Casi 24 horas después de los atentados que golpearon París y que costaron la vida a al menos 127 personas, la ciudad siguió hoy consternada, con los principales centros turísticos cerrados, las calles y el metro prácticamente vacíos y los comercios casi invisibles.
Ciudad de México, 14 de noviembre (SinEmbargo/EFE).– Casi 24 horas después de los atentados que golpearon París y que costaron la vida de al menos 127 personas, la ciudad sigue hoy consternada, con los principales centros turísticos cerrados, las calles y el metro prácticamente vacíos y los comercios casi invisibles.
Tristeza era lo que se reflejaba en los rostros de las pocas personas que viajaban en los vagones de metro de una ciudad en estado de shock.
Excepcionalmente, la Torre Eiffel, icono de la capital francesa, se encontraba cerrada y los escasos turistas merodeaban por la zona, desubicados.
Entre policías y militares, se podía contar las personas que deambulaban por la Plaza del Trocadero, y en las inmediaciones de la Torre había algunos autobuses vacíos aparcados, «lo nunca visto», según los vendedores callejeros.
De forma espontánea, un desconocido tocó con un piano la canción frente a la sala de concierto Bataclan donde anoche perdieron la vida decenas de personas.
Aficionados de la Selección Francesa entonaron el himno nacional a la salida del Estadio de Francia tras los atentado. Un video difundido documentó el emotivo momento.
El horror vivido anoche en París se sigue respirando en las calles, tras el asalto a una de las zonas de fiesta más concurridas en las proximidades de la plaza Republique y bastante cerca de la redacción del semanario satírico «Charlie Hebdo», blanco de otro ataque terrorista el pasado enero.
En la Ópera de París, una zona muy frecuentada por los turistas, hay un matrimonio francés que ha venido a visitar a su hija, residente en la ciudad.
«Jamás habíamos visto la capital así, triste, desesperadamente calmada (…) Venimos de la Provenza (sureste de Francia) para ver a nuestra hija que precisamente vive en el barrio donde ocurrió todo», lamenta Eric Gilbert.
En la entrada del Louvre, un cartel indica «Por razón de duelo nacional decretado por el Presidente de la República, el museo permanece cerrado».
Los comercios y cafeterías que no tenían las persianas bajadas prácticamente estaban vacías, las cadenas de comida rápida desiertas y en los pasillos del metro de algunas estaciones reinaba un silencio sepulcral.
Un París a cámara lenta reflejo del «día después», una ciudad que despierta del horror aún estancada y a la que por una vez no se le puede aplicar el apelativo de «Ciudad de la Luz».
Desde el Cristo Redentor de Río de Janeiro al Empire State de Nueva York o la Ópera de Sidney, los colores de la bandera de Francia han teñido en las últimas horas los principales monumentos del mundo en solidaridad con los franceses, entre otras muestras de apoyo.
Estudiantes de la liga colegial de futbol americano de EU mostraron su apoyo a las víctimas de los atentados en París.