La investigación del Financial Times sobre el dinero que hay detrás de este rascacielos se han prologando durante 10 meses, en los que han examinado documentos legales, declaraciones firmadas y realizado más de una veintena de entrevistas a personas con conocimiento del proyecto y el dinero que fluyó a través de él.
Londres, 14 julio (EFE).- El rascacielos «Trump International Hotel y Tower Toronto», ubicado en esa ciudad canadiense, se financió con dinero ruso «oscuro», según ha revelado una extensa investigación del diario británico Financial Times (FT).
El principal inversor en la torre, que comenzó a construirse en 2007 y que contó con un presupuesto de 324 millones de euros, fue el multimillonario ruso-canadiense Alex Shnaider, explicó FT.
La fortuna de Shnaider, de acuerdo con el periódico, tuvo su origen «en la colisión del comunismo, el capitalismo y la KGB en la caída del imperio soviético».
Además, otro de los patrocinadores financieros del proyecto, un banco austríaco, sería poco después del inicio de la construcción acusado de no realizar controles suficientes sobre las fuentes del dinero de sus clientes ex-soviéticos.
La investigación del Financial Times sobre el dinero que hay detrás de este rascacielos se han prologando durante 10 meses, en los que han examinado documentos legales, declaraciones firmadas y realizado más de una veintena de entrevistas a personas con conocimiento del proyecto y el dinero que fluyó a través de él.
Así, la investigación, que se ha plasmado en un artículo titulado «Torre de los secretos: el dinero ruso detrás de un rascacielos de Donald Trump», ha concluido que «la empresa conecta al presidente de los Estados Unidos con un sombrío mundo postsoviético donde la política y el enriquecimiento personal se funden».
Según ha podido averiguar FT, el socio multimillonario de Trump en la torre de Toronto autorizó un pago secreto de 85 millones de euros a un intermediario con sede en Moscú que representaba a los inversores respaldados por el Kremlin.
El diario se puso en contacto con la Organización Trump pero la entidad se negó a responder alegando que «no era el propietario, desarrollador o vendedor» de la Torre, y que «no participó en la financiación del proyecto», sino que su papel se limitó a «otorgar licencias a su marca y administrar el hotel y las residencias, lo que sucedió hasta junio de 2017, cuando finalizó su acuerdo».
FT relata que «después de una serie de bancarrotas», Trump dejó el negocio inmobiliario que había heredado de su padre a comienzos de la década de los 2000, en gran parte por su «incapacidad de pedir prestado a los bancos convencionales» y tener que recurrir a patrocinadores «cada vez más oscuros».