Francisco Ortiz Pinchetti
14/07/2017 - 12:05 am
El mito de Lino Korrodi
Korrodi Cruz, a quien ahora no pocos medios atribuyen ser el creador de Amigos de Fox, describía así su trabajo: “A nosotros nos toca la friega de darle seguimiento a los ofrecimientos que él consigue, de andar tras los centavos como cobradores.
Quien le haya vendido a Andrés Manuel López Obrador la idea de que Lino Korrodi Cruz fue el creador u organizador de Amigos de Fox lo timó. No lo fue. El controvertido tamaulipeco que hoy se suma a los simpatizantes de Morena en medio del escozor de unos y la sorpresa de otros, fue en efecto, junto con 150 guanajuatenses encabezados por el empresario neolonés José Luis González y González, El Bigotón, uno de los fundadores de la agrupación que sería plataforma para la victoria electoral del candidato de la Alianza por el Cambio en el año 2000; pero desde un principio, y hasta el final, nada tuvo que ver realmente con la estructura para-partidaria que provocó a la vez celos y desconfianzas entre la dirigencia panista.
El verdadero, principal promotor de Amigos de Fox fue Vicente Fox Quesada. Korrodi Cruz estuvo todo el tiempo dedicado a la parte financiera de la campaña, junto con Carlos Rojas, que era el administrador. Y ni siquiera era él quien conseguía las aportaciones de empresarios de todo el país. Se asumía como “el recaudador” de esos fondos. Y esa era su chamba.
“Nosotros somos simples cobradores” nos dijo más de una vez durante la campaña presidencial, que cubrí de cabo a rabo para el semanario Proceso junto a Francisco Ortiz Pardo. “Vicente es buenísimo para convencer en corto a la gente”, platicaba Lino. Reconocía siempre que Vicente era el gran promotor, el motivador de esos financiamientos. “’Inviertan en mí, soy un buen producto’, les dice a los empresarios. Y los convence”.
Korrodi Cruz, a quien ahora no pocos medios atribuyen ser el creador de Amigos de Fox, describía así su trabajo: “A nosotros nos toca la friega de darle seguimiento a los ofrecimientos que él consigue, de andar tras los centavos como cobradores. Y no es nada fácil en la circunstancia mexicana. Muchos empresarios, por ejemplo, están dispuestos a colaborar, pero temen represalias. Por eso piden absoluta discreción, anonimato, seguridades. Digamos que tenemos que hacerle un traje a la medida a cada uno. Luego hay algunos que dan, pero en abonos, y es necesario estar sobre ellos”.
La asociación civil Amigos de Fox quedó formalizada en febrero de 1998. Fox Quesada era todavía gobernador de Guanajuato, pero estaba ya en abierta precampaña por la candidatura presidencial. Y tenía claro que la estructura del PAN, con unos 360 mil militantes y adherentes en la República, no sería suficiente para alcanzar su objetivo presidencial. Estaba convencido de que era necesario involucrar a ciudadanos comunes y corrientes de todo el país. Así que se reunió con algunos empresarios que habían sido sus compañeros en la Coca Cola y concibieron una asociación cívica autónoma, al margen de la estructura partidista, aunque vinculada a ella.
González y González fue su primer coordinador nacional y, él sí, creador de la estructura original. Un año más tarde, sin embargo, sobrevino una desavenencia entre él y el virtual candidato presidencial y dejó la agrupación. Ya durante la campaña, ese cargo lo asumió con evidente eficacia José Antonio Fernández. El Bigotón murió en un accidente de motocicleta en Valle de Bravo, en noviembre de 2003.
En nuestro libro El Fenómeno Fox (Ed. Planeta, 2001), una crónica completa de la campaña, Ortiz Pardo y el que esto escribe describimos pormenores de la estructura operativa de Amigos de Fox, que llegó a tener casi cinco millones de miembros. La estrategia estaba basada en el convencimiento de persona a persona, al estilo de las redes comerciales estadunidenses: cada amigo convencía a otras cinco, seis o siete personas de afiliarse, y así sucesivamente. La organización estaba estructurada en grupos de 70 personas, enlazadas a través de cadenas telefónicas o por Internet.
Korrodi Cruz no tuvo nada que ver con todo eso. Desde un principio le fue encomendada el área de finanzas, particularmente la ya descrita de recaudar los donativos que conseguía Fox Quesada en reuniones, comidas y cenas con empresarios. Y era también junto con Carlos Rojas celoso administrador de esos recursos, cuyo destino principal fue el pago de espacios publicitarios en medios electrónicos, sobre todo la televisión, en la que se invierte el 70 por ciento de los egresos totales. “Nos alcanzó apenitas”, contaba Lino.
El PAN aportó a la campaña 163 millones de pesos y el Partido Verde otros 50 millones. Amigos de Fox consiguió a final de cuentas otros 226 millones. En total, el gasto de la campaña fue de 439 millones de pesos, cantidad que quedó unos 50 millones por debajo del tope oficial de 490 millones.
Sobre la ruptura de Korrodi Cruz y Fox Quesada hay dos versiones. Según la primera, habría ocurrido a raíz de la decisión del Presidente de contraer matrimonio con su hasta entonces vocera Martha Sahagún, con quien el ex financiero de la campaña tenía fuertes diferencias. La otra, más creíble, es que el empresario tamaulipeco –que, eso sí, fue el primero en entrarle con su cuerno al donar 450 mil pesos para el arranque del proyecto de Amigos de Fox en 1998— se habría sentido traicionado cuando el entonces panista, su amigo de 30 años, no lo incluyó entre los puestos claves de su gabinete.
Tres años después de la victoriosa elección foxista, en 2003, el entonces IFE multó al PAN con casi 400 millones de pesos por irregularidades detectadas en el manejo de recursos provenientes de Amigos de Fox, incluidas posibles aportaciones desde el extranjero. Korrodi Cruz, sin embargo, nunca fue inculpado por ese tema. No me queda claro cuáles son las “culpas” de las que ahora es absuelto por el dirigente y candidato presidencial de Morena, que lo acoge en sus filas a partir de la convicción de que “todos los seres humanos merecemos una nueva oportunidad en nuestra vida”. Válgame.
@fopinchetti
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