La crisis sanitaria por el coronavirus ha tenido consecuencias demoledoras en la industria cinematográfica, que se vio obligada a suspender todos sus rodajes incluyendo, entre muchas otros, los de superproducciones como las secuelas de Avatar, Mission: Impossible 7, Jurassic World: Dominion, The Batman o la nueva cinta de The Matrix.
Los Ángeles (EU), 14 de junio (EFE).– La Academia de Hollywood decidirá el lunes sobre un posible retraso de la gala de 2021 de los Óscar, prevista para el 28 de febrero, debido a la crisis del coronavirus.
The Hollywood Reporter explicó hoy que la Junta de Gobernadores de la Academia, el órgano que rige la visión y el funcionamiento de esta institución, se reunirá el lunes de manera virtual para tomar una decisión sobre la 93 edición de los Óscar.
Esta revista aseguró que es «probable» que se aplace la ceremonia hasta ocho semanas más tarde, lo que podría llevar la gran fiesta del cine a finales de abril.
Otro medio con gran acceso a Hollywood como Variety ya había señalado a mediados de mayo que el aplazamiento de los Óscar estaba sobre la mesa.
E incluso el presidente de la Academia, David Rubin, mostró en abril sus dudas sobre cómo podrían celebrarse los Óscar en este complejo contexto de pandemia.
«Es imposible saber cómo será el panorama», dijo a Variety.
«Sabemos que queremos celebrar las películas, pero no sabemos qué forma exactamente tendrá eso», añadió.
El portal Indiewire aseguró hoy que «nadie» en la comunidad cinematográfica espera que la gala se pueda celebrar el 28 de febrero.
Si finalmente se retrasara, esto conllevaría que los Óscar amplíen su fecha límite de admisión de candidatas.
Tradicionalmente, una película tenía que estrenarse durante el año natural que precede a la gala (esto es, que se vea en 2020 para poder estar en la ceremonia de 2021).
Pero si se retrasara la gala del año que viene, la organización probablemente establezca una fecha más allá del 31 de diciembre.
Además, un cambio en el calendario de los Óscar alteraría el curso habitual de la temporada de premios de Hollywood, que normalmente comienza a principios de enero con los Globos de Oro y que en las semanas siguientes hasta los Óscar sigue con los galardones de los sindicatos (SAG de actores, PGA de productores, DGA de directores, etc.).
Resulta razonable pensar que, si los Óscar optan por aplazar su gala, el resto de premios sigan sus pasos.
No sería la primera vez que los Óscar retrasan su ceremonia, ya que también se aplazaron las ediciones de 1938 (por una inundación en Los Ángeles), de 1968 (por el asesinato de Martin Luther King) y de 1981 (por el intento de asesinato del entonces presidente estadounidense Ronald Reagan).
CAMBIOS POR LA CRISIS
La crisis sanitaria por el coronavirus ha tenido consecuencias demoledoras en la industria cinematográfica, que se vio obligada a suspender todos sus rodajes incluyendo, entre muchas otros, los de superproducciones como las secuelas de Avatar, Mission: Impossible 7, Jurassic World: Dominion, The Batman o la nueva cinta de The Matrix.
El cine también se vio gravemente afectado por el cierre total de las salas, que llevó a aplazar los estrenos de películas como No Time to Die (James Bond), F9 (Fast & Furious), Mulan, Black Widow, Wonder Woman 1984, Ghostbusters: Afterlife, Top Gun: Maverick o Soul.
A finales de abril, la Academia efectuó una serie de cambios en las reglas de los Óscar para adaptarlos al extraordinario marco del coronavirus.
Así, se aprobó una excepción para permitir que películas que no se hayan proyectado en los cines puedan ser candidatas a estos galardones.
«Hasta nuevo aviso, y solo para la 93 edición, las películas que tenían planificado un estreno en cines, pero que antes estén disponibles en un servicio de emisión digital -streaming-, podrán ser elegibles para las categorías de mejor película, los apartados generales y de especialidad», detallaron.
Se trata de la primera vez que los organizadores de los Óscar acceden a esta medida, que dejaría de aplicarse una vez que las autoridades federales, estatales y locales permitan la reapertura de cines.
Hasta ahora, la normativa exigía que las cintas aspirantes a los Óscar se proyectasen en cines del condado de Los Ángeles y durante al menos siete días consecutivos, algo que, por ejemplo, Netflix tuvo que hacer para que Roma (2018) o Marriage Story (2019) entrasen en concurso.
La Academia eliminó ahora la exclusividad de Los Ángeles e incluyó a Nueva York, San Francisco, Chicago, Miami y Atlanta como otras áreas metropolitanas válidas para el estreno de las aspirantes.