El plasma contiene una carga importante de anticuerpos y el protocolo del programa busca extraerlo del componente sanguíneo de los pacientes recuperados, y con esto contribuir a salvar vidas.
Por Lidiet Mexicano
Saltillo, Coahuila, 14 de junio (Vanguardia).– En homenaje a los “soldados caídos”, un médico y un enfermero del Hospital COVID en Monclova, Coahuila, se unieron al Programa de Plasma Convaleciente como alternativa de tratamiento para pacientes graves por coronavirus.
“Es bonito salvar vidas y si en nuestras manos está ayudar, lo vamos hacer, las veces que sea necesario”, expresaron el urgenciólogo, Isaac Montaño Ceniceros, y el subjefe de Enseñanza de Enfermería y especialista en cuidados intensivos, José Ubaldo Hernández Rodríguez.
Luego de cubrir los criterios para adherirse al programa, ambos se trasladaron a Monterrey, Nuevo León, para acudir a la Unidad Médica de Alta Especialidad No. 34, una de las unidades en el país donde se realiza el procedimiento.
El plasma contiene una carga importante de anticuerpos y el protocolo del programa busca extraerlo del componente sanguíneo de los pacientes recuperados, y con esto contribuir a salvar vidas.
La jefa de Trabajo Social de la clinica Rubina Valdez Fermín, destacó la labor de cada uno de los profesionales de salud e informó que su departamento sigue como enlace y convoca a quienes superaron el SARS-CoV-2.
ES UN HOMENAJE A LOS “SOLDADOS CAÍDOS”
Al respecto, Montaño Ceniceros expuso que después de la experiencia de vivir con el virus, valora más la vida y en homenaje a los “soldados caídos” de la familia IMSS, se propuso ayudar a otras personas que enfrentan el padecimiento.
Relató que se contagió en marzo y luego de realizarse una prueba el día 29 del mismo mes, se enteró que era positivo y tuvo que aislarse en casa por 14 días.
“No sólo tuve síntomas como fiebre y un extremo dolor muscular, además viví una de las experiencia más duras de mi vida, mis hijas también se enfermaron y nos aislamos todos”, manifestó. Por fortuna todos se recuperaron.
Consideró que aunque sintió en algún momento miedo tras la muerte de un amigo urgenciólogo y el estado grave de salud de otros colegas, siempre trató de mantenerse positivo.
Después de su resultado negativo, sostuvo que se sintió bendecido por Dios, y se reincorporó a trabajar. “Mi vida si cambió después de la COVID. Mi papá me dijo que Dios tenía una misión importante para mí, y por eso seguía de pie”.
Siente que el haber sido portador del virus le trajo más sensibilidad y empatía con sus pacientes, lo hizo ver lo importante que es la familia. Actualmente volvió a sus labores y forma parte de los equipos COVID. “Mi mensaje es que todos se cuiden y se protejan”.
ENFERMERO SUPERVIVIENTE
Los pronósticos no eran nada alentadores para el subjefe de Enseñanza de Enfermería y especialista en cuidados intensivos, estuvo intubado por casi una semana en el “Piso de la Esperanza” y su recuperación representa otro caso de supervivencia.
A finales de marzo, se aisló en su casa luego los primeros síntomas, pero el 3 de abril ingresó al hospital al área de cuidados intensivos con una neumonía atípica, un diagnostico nada favorecedor.
Su función en enseñanza era instruir al personal en el uso correcto del equipo de protección y como recorría todas las áreas del hospital, desconoce dónde y cómo pudo contagiarse, ya que considera que siempre fue cuidadoso.
“El 10 de abril me dieron de alta, mi recuperación, aunque lenta, fue favorable, me siento afortunado; ahorita estoy de vacaciones, pero ya estoy listo para volver”, añadió.
El 30 de abril lo convocaron para la donación de plasma, lo que aceptó sin dudarlo, ya que no quiere que nadie viva su experiencia. Con su ejemplo de lucha, afirmó que la guerra contra la COVID-19 no está perdida. “Gracias a todos por su apoyo, pronto saldremos de esto”, concluyó.