Ricardo Anaya Cortés salió del tercero y último debate presidencial peleado contra el mundo: desde correligionarios en el PAN, hasta sus contendientes en la campaña y con el propio Presidente Enrique Peña Nieto. Sin embargo, nadie dentro de su equipo había reconocido las grietas que el panista ha abierto para consumar su aspiración de llegar a Los Pinos.
«Él [Ricardo Anaya Cortés] jodió a todos para llegar allí. Por otro lado, muchas personas intentan fastidiar a muchas otras y no llegan donde él está”, dijo Jorge Castañeda Gutman a Kirk Semple, corresponsal de The New York Times en México y Centroamérica, quien hoy publica una pieza titulada: “El ‘despiadado’ candidato mexicano va lejos. Pero solo hasta ahora”.
«En México, se supone que debes ser despiadado sin que nadie se dé cuenta», añadió Castañeda. «Él neutralizó a las personas de una manera espectacular. Obviamente que hay un costo por eso”, dijo el coordinador de Estrategia de la campaña de Anaya.
Ciudad de México, 14 de junio (SinEmbargo).- Jorge Castañeda Gutman, coordinador de Estrategia de la campaña presidencial de Ricardo Anaya Cortés, reconoció que para llegar a donde está, el panista “jodió a muchos” y neutralizó a personas “de manera espectacular, aunque “hay un costo” por sus acciones.
Entrevistado por The New York Times para la realización de un perfil del candidato presidencial de la coalición “Por México al Frente”, Castañeda Gutman confirmó lo que, después del tercero y último debate presidencial, quedó a la vista: en el camino a su nominación como candidato presidencial por su partido, Acción Nacional (PAN), y luego ya en la campaña rumbo al próximo 1 de julio, Anaya Cortés ha abierto frentes de batalla con todo mundo, incluido el Presidente Enrique Peña Nieto, a quien ha prometido en diversas ocasiones que lo meterá a la cárcel por corrupto.
«Él [Ricardo Anaya Cortés] jodió a todos para llegar allí. Por otro lado, muchas personas intentan fastidiar a muchas otras y no llegan donde él está”, dijo Jorge Castañeda a Kirk Semple, corresponsal del New York Times en México y Centroamérica.
«En México, se supone que debes ser despiadado sin que nadie se dé cuenta», añadió Castañeda. «Él neutralizó a las personas de una manera espectacular. Obviamente que hay un costo por eso», comentó el también ex titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) en el Gobierno del panista Vicente Fox Quesada.
Semple publicó hoy una semblanza del camino de Anaya rumbo a los comicios presidenciales, que tituló: “El ‘despiadado’ candidato mexicano va lejos. Pero solo hasta ahora”.
Ahí, el periodista recoge, además, comentarios del también panista Jorge Luis Lavalle Maury, Senador del PAN en la LXIII Legislatura –que está por terminar– y un abierto crítico de Anaya, quien incluso lo ha llamado a renunciar a su candidatura presidencial para que responda ante la justicia por las acusaciones que ha recibido de un presunto lavado de dinero que lo favoreció con financiamiento para su campaña.
«Su filosofía desde que vino [al PAN] es: estás conmigo o eres mi enemigo», dijo Lavalle Maury al Times. «Hizo un daño terrible al PAN», afirmó el legislador blanquiazul.
En tanto, Carlos Bravo Regidor, profesor asociado del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), dijo que Anaya ha sido «una bestia» al derrotar a sus rivales.
«Por supuesto es política, y es ruda y revuelta», dijo Bravo. «Pero [Anaya] jugó particularmente duro», añadió Bravo Regidor al Times.
Las cosas se pusieron aún más feas en los últimos días para Anaya, comenta Semple en su entrega de este jueves.
“Los enemigos del señor Anaya han circulado videos que pretenden corroborar algunas de las acusaciones que el candidato ha negado rotundamente. El señor Anaya y su equipo, a su vez, han acusado al señor López Obrador de hacer un pacto con el presidente Peña Nieto para proteger al presidente de ser enjuiciado durante la próxima administración, una acusación que la campaña del señor López Obrador y el PRI niegan”.
Además, plantea Kirk Semple, la campaña de Anaya ahora tiene votantes indecisos y con ciudadanos que no están lo suficientemente seguros para cambiar de lealtades en el último momento.
“Pocos fuera del círculo interno del señor Anaya parecen creer que una victoria es remotamente posible”, consignó.
“Los analistas dicen que con o sin las acusaciones de corrupción o las fallas en su campaña, el señor Anaya ha estado demasiado vinculado a uno de los principales partidos políticos culpados por los males del país y no ha convencido a suficientes personas de que representa un cambio del pasado”, plantea Semple.
ANAYA CONTRA EL MUNDO
Mientras cae en las encuestas, Anaya Cortés parece jugarse el todo por el todo, y va contra el mundo.
En el peor momento de su campaña, cuando todas las encuestas indican que lleva un mes perdiendo puntos, el candidato panista se ha endurecido. Y su entorno, también, se ha endurecido contra él.
Durante su participación, el martes, en el Tercer Debate, Anaya dijo en cuatro ocasiones que Peña Nieto es corrupto. Y lo mismo dijo de Meade. Señaló que los meterá a la cárcel, si llega a ser Presidente. “No les tengo miedo”, dijo.
“Voy a meter a la cárcel a Meade y a su jefe [el Presidente Enrique Peña Nieto]”, repitió Anaya ayer por la mañana en una entrevista con Ciro Gómez Leyva.
Se fue contra Andrés Manuel López Obrador, candidato de Morena a la Presidencia. “Es evidente y cada vez más claro que Andrés Manuel López Obrador claudicó y decidió pactar con el gobierno. Cuando le preguntan si los va juzgar él dice que ‘no’. En eso coincide su acuerdo, en no tocarlos”, dijo ayer el panista.
Y también en contra del Senador Ernesto Cordero, su compañero de partido. “Es una verdadera vergüenza lo que está haciendo”, dijo Anaya ayer en entrevista con Grupo Fórmula.
Esto luego de que el lunes, Cordero Arroyo, lo denunció ante la Procuraduría. Y esa denuncia fue usada para turnar su caso, como indiciado por lavado de dinero, ante la SEIDO. El anuncio de que esa unidad contra la delincuencia organizada iba contra él se dio a unas horas del debate. Sólo la voluntad presidencial pudo orientar ese atino, lo que dice que el entorno de Anaya es peligroso en un país en donde el Jefe del Ejecutivo dicta la tarea al resto de los poderes.
La aparición de Ernesto Cordero es apenas un capítulo de otro de los pleitos que sostiene Anaya a muerte: el que libra dentro de su propio partido. Cordero, quien juega con el PRI y le ha servido al Gobierno federal, sigue siendo miembro del PAN, pero Damián Zepeda Vidrales, el amigo de Anaya y líder nacional del panismo, ha prometido echarlo.
Cordero es parte de un equipo que se ha desmoronado y que es una ala peligrosa para el futuro de Anaya. Margarita Zavala, ex candidata presidencial independiente, dejó el partido echándole en cara una lluvia de calificativos. Felipe Calderón abre Twitter para hacer lo mismo. Otro más pragmático, menos escrupuloso, el Senador Javier Lozano, de plano se volvió parte del PRI.