El colibrí surcaliforniano, la mascarita peninsular, el huitlacoche peninsular, el gallito marino, el sarapico de pico largo y la garza blanca y gris son algunas de las especies más emblemáticas que pueden observarse sobrevolar las costas y los manglares de Baja California Sur.
Por Eduard Ribas
La Paz (México), 14 de marzo (EFE).- Las espectaculares puestas de sol moradas y rojizas del noroccidental estado de Baja California Sur son el bello escenario de una de las mayores migraciones de aves del mundo, lo que ha permitido impulsar la observación de pájaros como una actividad turística de primer orden.
Conocido como aviturismo, la observación de aves en su medio natural deriva del ecoturismo y se ha convertido en una actividad en constante crecimiento, basada en un turismo para los amantes de los animales y de las aventuras, sostenible con el medio ambiente.
El colibrí surcaliforniano, la mascarita peninsular, el huitlacoche peninsular, el gallito marino, el sarapico de pico largo y la garza blanca y gris son algunas de las especies más emblemáticas que pueden observarse sobrevolar las costas y los manglares de Baja California Sur.
«En el mundo hay cerca de mil 100 especies de ave y en México tenemos el 10 por ciento de todas las especies del mundo», dijo a Efe Víctor Ayala, investigador de la Universidad Autónoma de Baja California Sur.
Baja California Sur se encuentra ubicado en el corredor migratorio del Pacífico, «el más importante en número de especies», que llegan para pasar el invierno y reproducirse antes de migrar a la parte norte del continente americano.
«Llega un gran número de aves migratorias como los borregones o pelícanos blancos, los gansos de collar y muchas especies de aves rapaces, que son un gusto generalizado por todos los observadores de aves», sostuvo el académico.
Explicó que en el estado «los oasis son un punto de alta actividad biológica, donde podemos observar una mayor riqueza de aves», a lo que hay que sumar los distintos humedales y bahías costeras.
En el estado existen muchas zonas de observación; por ejemplo, Guerrero Negro, donde los prestadores de servicios turísticos han adoptado esta nueva actividad en los últimos años con notable éxito.
Los grupos de turistas llevan un manual en el que figuran las distintas especies endémicas y migratorias de la región y las van tachando conforme las van avistando, contó a su vez el guía turístico José Collins.
Mientras que el pato buzo y el canadiense de cuello verde son algunas especies de aves migratorias que se observan en las costas de la Península de Baja California, es el pelícano albino canadiense el ejemplar que más llama la atención, explicó a Efe.
A bordo de pequeñas lanchas para evitar la alteración del medio ambiente, los turistas recorren los humedales, lagos y costas de la región, donde disfrutan de bandadas de centenares de pájaros descansando o recorriendo los cielos de la zona.
Baja California Sur no solo es hogar de numerosas variedades de aves, sino que su biodiversidad se extiende a incontables especies de tortugas, ballenas y peces.
El Archipiélago de Espíritu Santo, parte del municipio de La Paz, capital del estado, es el principal ejemplo de esta biodiversidad, tanto de aves como de animales marítimos, por lo que es conocido como «el acuario del mundo».
Por ello, el estado de Baja California Sur es visitado por un número creciente de usuarios, principalmente turistas, quienes realizan actividades basadas en la naturaleza como el buceo, la pesca deportiva o la navegación.