Las autoridades del del país dieron a conocer las medidas de control a implementar para evitar que el virus provoque una crisis sanitaria similar a la de la década pasada. A su favor, la nación cuenta con vacunas experimentales que ya han probado ser eficaces en otros lugares de la región, pero el desafío se agrega a la problemática mundial de la COVID-19.
Dakar, 14 feb (EFE).- Guinea-Conakri declaró oficialmente este domingo, con al menos siete contagios y tres muertes confirmadas, su primer brote de ébola desde la gran epidemia desatada entre 2014 y 2016 en África Occidental, que dejó al menos 11 mil 300 muertos y tuvo su origen precisamente en este país a finales de 2013.
El resurgimiento del virus se ha detectado en la zona de Gouécké, en el sureste del territorio guineano, cercano a la localidad de N’Zérékoré, una de las ciudades más pobladas del país.
«La primera investigación llevada a cabo ha contabilizado siete casos, todos mayores de 25 años (cuatro hombres y tres mujeres), entre los cuales (hay) tres muertes (…) Las tres primeras muestras enviadas a los laboratorios de Guéckédou y Conakri se han revelado positivas por ébola», detalló este domingo la gubernamental Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria (ANSS) en un comunicado.
En consecuencia, el Ministerio de Salud guineano declaró oficialmente la existencia de una epidemia de ébola en la zona sureste del país, si bien la detección de contagios probables la había adelantado ya este sábado el Ministro de Salud guineano, Rémy Lamah, con base en unos primeros exámenes que estaban a la espera de ser reconfirmados en laboratorios de Conakri.
Déclaration du gouvernement de Guinée sur l’épidémie de la maladie à virus #Ebola. https://t.co/wHBLOql971
— Agence Nationale de Sécurité Sanitaire (@anss_guinee) February 14, 2021
UN FUNERAL, FOCO DEL REBROTE SEGÚN LAS PRIMERAS INVESTIGACIONES
Las personas hasta el momento afectadas mostraron los síntomas característicos de la enfermedad -diarreas, vómitos y sangrados- tras asistir, el pasado 1 de febrero, al funeral de una enfermera que también podría haber muerto por ébola a finales de enero.
Con esos datos preliminares, la Organización Mundial de la Salud (OMS) había manifestado ya esta mañana su preocupación por el posible resurgimiento del ébola en esta zona tan castigada del continente africano.
«Muy preocupada por las informaciones de cuatro muertes sospechosas de ébola en Guinea (incluida la enfermera). La OMS está acelerando la preparación y los esfuerzos de respuesta ante el posible resurgimiento del ébola en África Occidental, una región que sufrió mucho por el ébola en 2014», había dicho hoy la directora de la Organización Mundial de la Salud para África, Matshidiso Moeti, en Twitter.
Con la declaración oficial de la nueva epidemia, las autoridades guineanas anunciaron también medidas de control para intentar evitar que el virus cause una catástrofe sanitaria como la de mediados de la década pasada.
Entre ellas figuran protocolos de rastreo y aislamiento de los posibles contagios y una «aceleración» de los esfuerzos del país, junto a la Organización Mundial de la Salud (OMS), en materia de vacunación.
PRIMER RESURGIMIENTO DEL ÉBOLA EN LA ZONA EN CINCO AÑOS
En Guinea-Conakri no se habían detectado contagios de la enfermedad del ébola desde el fin de la gran epidemia que sacudió África Occidental entre 2014 y 2016.
Very concerned by reports of 4 suspected Ebola deaths in Guinea. @WHO is ramping up readiness & response efforts to this potential resurgence of #Ebola in West Africa, a region which suffered so much from Ebola in 2014. pic.twitter.com/9eyMLeZutK
— Dr Matshidiso Moeti (@MoetiTshidi) February 14, 2021
Sus primeros casos habían surgido precisamente en este país, a finales de 2013, y se expandieron posteriormente por Sierra Leona y Liberia.
La falta de medidas de control y los débiles sistemas de salud de estos países, así como las particulares características del virus y su impacto en las prácticas sociales (como los entierros de los contagiados), alimentaron la rápida propagación del virus que, para julio de 2014, estaba ya en las capitales de estos tres países.
Una vez en las ciudades, en comparación con las zonas más rurales, el virus encontró «oportunidades de transmisión sin precedentes», según la OMS.
Derivados de los focos en esta zona se registraron también contagios en otros países de la región, como Nigeria (19), Mali (7) o Senegal (1).
Pero incluso más allá de las fronteras de África, hubo casos en países como Estados Unidos (4), Italia (1) o España (1), de acuerdo a datos recopilados por la OMS.
Aquella terminó siendo la peor epidemia de ébola de la historia, con 11 mil 300 fallecimientos y más de 28 mil 500 personas contagiadas, si bien esas cifras, según admite la agencia de las Naciones Unidas para la salud, podrían ser conservadoras.
De cara a este rebrote, Guinea-Conakri cuenta con la ventaja de la experiencia de aquella gran epidemia y con la de tener vacunas experimentales (como la rVSV-ZEBOV, aprobada en 2019 en Estados Unidos) que ya dieron buenos resultados en los últimos años en lugares como la República Democrática del Congo (RDC).
En el lado negativo, el rebrote será un esfuerzo sanitario añadido al requerido por la pandemia de COVID-19, enfermedad de la que hasta la fecha Guinea-Conakri ha registrado 14 mil 895 casos, con 84 muertes.
El virus del ébola se transmite a través del contacto directo con la sangre y los fluidos corporales contaminados de personas o animales.
Provoca fiebres hemorrágicas y puede llegar a alcanzar una tasa de mortalidad del 90 por ciento si no es tratado a tiempo.
El de Guinea-Conakri no es el resurgimiento único del ébola que preocupa en África. Paralelamente, en los últimos días se reportaron cuatro casos de ébola en la zona noreste de la República Democrática del Congo (RDC), en el centro del continente, un país que sufre con relativa frecuencia el azote de este virus.