Los daños ambientales provocados por Pemex, una de las 10 empresas que más contamina a nivel mundial, han llevado a que chontales de Macuspana presenten enfermedades y afectaciones económicas. Poblaciones indígenas del municipio de donde es originario el Presidente López Obrador hicieron un llamado al Jefe del Ejecutivo y a dependencias como la Semarnat y Conagua para que intervengan en la zona y creen un programa de desarrollo sustentable, pues critican que Pemex sólo les ha dejado pobreza y pueblos contaminados.
Ciudad de México, 14 de febrero (SinEmbargo).– La operación del Complejo Procesador de Gas Ciudad Pemex, así como de dos subsidiarias de Petróleos Mexicanos (Pemex), ha provocado enfermedades respiratorias, daños en la piel de pobladores, la contaminación de una laguna y afectaciones en las viviendas de al menos 45 comunidades chontales de Macuspana, Tabasco. Los daños socioambientales han sido expuestos ante autoridades estatales y federales desde hace décadas, 26 años atrás incluso el Presidente Andrés Manuel López Obrador se sumó a las exigencias de las y los indígenas por frenarlos pero, hasta hoy, las denuncias siguen sin ser atendidas.
El Complejo de Petróleos Mexicanos (Pemex) -instalado en 1959- y las subsidiarias Pemex Exploración y Producción y Pemex Transformación Industrial producen gas y azufre para todo el país. Además, el subsuelo del municipio tabasqueño que alberga el recinto, y de donde es originario el Jefe del Ejecutivo, es atravesado por líneas de gasoductos.
Las operaciones generan diariamente partículas de dióxido de azufre, ácido sulfúrico –que se manifesta en lluvia ácida– quema de carbono, metano y humo contaminante que se emite durante el proceso de conversión de gas amargo a dulce, lo que afecta la salud de al menos 50 mil habitantes que viven en un rango de 15 kilómetros del Complejo Procesador de Gas.
A ello, se suma que con la lluvia ácida, además de la piel de la población, el patrimonio de familias se ve afectado porque las láminas de los techos de sus casas y sus alambradosse corroen; el estado de sus plantas y animales también se ve afectado.
Las irregularidades que comete Pemex son conocidas a nivel mundial ya que tiene antecedentes de estar poco comprometida con el medio ambiente. Un estudio elaborado por el Instituto para la Responsabilidad Climática de Estados Unidos y difundido en octubre del año pasado por el diario The Guardian mostró que ocupa el noveno lugar en un lista de las 20 empresas que más han contaminado al mundo desde 1965.
«Nuestros pueblos aportan muchos recursos naturales al país y a cambio solo recibimos destrucción a nuestra flora, fauna y contaminación que ha dejado a nuestra gente enfermedades», criticó Pedro Mateo Morales, Delegado indígena del poblado Aquiles Serdán, quien esta semana acudió a la Ciudad de México en representación de 40 comunidades indígenas para buscar reuniones con autoridades federales.
En los últimos meses, delegados de comunidades indígenas y representantes de organizaciones y cooperativas han expuesto la problemática mediante escritos dirigidos a Pemex, a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), al Senado de la República, y a través de una denuncia popular interpuesta ante la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA); además, esta semana las y los locatarios exigieron la intervención inmediata de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
AMLO CONOCE EL TEMA, DEBE RESPONDER
En Macuspana, autoridades indígenas de 45 comunidades chontales realizan asambleas y se organizan para conseguir que Pemex se responsabilice por los daños, lo mismo hacen las costureras organizadas en la Cooperativa Exótica Textiles. Lo que más molesta a quienes encabezan la lucha es que sus exigencias son conocidas desde hace décadas tanto por funcionarios que hoy laboran en Pemex, por el Gobernador de Tabasco, Adán Augusto López Hernández, hasta por el mismo Presidente López Obrador, pero, acusan, sigue sin haber voluntad para resolverlas.
Y es que esta no es la primera vez que comunidades chontales evidencian los daños ocasionados por Petróleos Mexicanos en Macuspana. En 1993, campesinos tabasqueños exigieron que la empresa pagará por las afectaciones que causó a sus tierras, en esa ocasión López Obrador -quien un año antes había concluido su periodo como presidente estatal del PRD – se sumó a las protestas durante semanas, pero se separó de la fracción de manifestantes que, ante la omisión de las autoridades federales y estatales, optó por bloquear los accesos a la petrolera en Tabasco.
Gracias a la presión de la población tabasqueña, el 20 de octubre de 1993 Augusto López Hernández, que en ese entonces se desempeñaba como Subsecretario de Gobierno de Tabasco, representantes de Pemex y de las comunidades indígenas firmaron una minuta en la que se comprometieron a cubrir los daños ocasionados por la lluvia ácida, así como a contratar a una institución de reconocimiento internacional que analizará los daños ambientales y sus consecuencias en la salud de la población.
Sin embargo, las autoridades no cumplieron los acuerdos por lo que las protestas se volvieron cada vez más fuertes y derivaron en el encarcelamiento de febrero a marzo de 1994 del defensor Julio César Álvarez, actual Presidente del Movimiento México Despierta A.C., por delitos que no cometió. Julio recuerda que cuando estuvo en prisión Andrés Manuel López Obrador fue a visitarlo y ahí le le externó su apoyo y el respaldo a sus demandas contra Pemex, Muestra de ellos fueron los pronunciamientos que el ahora dirigente de la nación hizo públicamente.
“Que Pemex aplique un programa de desarrollo social en las zonas petroleras de Tabasco y ponga equipos anticontaminantes en todas sus instalaciones: porque es injusto que alrededor de los pozos de oro negro, haya tanta miseria”, expuso el entonces perredista como consta en una nota publicada por La Jornada el 18 de marzo de 1994.
A 26 años de esos hechos, Pedro Mateo Morales opina que la cercanía de López Obrador con las exigencias de habitantes de Macuspana lo obliga en mayor medida a hacerles frente. “Esperamos que nuestro hermano y paisano, el Presidente López Obrador, recuerde que el abanderó este movimiento, él conoce bien este tema”, dijo.
Conforme los meses pasaron el acuerdo alcanzado en la década de los 90 dejó de importarle a Pemex, que solo cumplió con la entrega de materiales para restaurar algunas viviendas, los demás acuerdos no se cumplieron. Julio César Álvarez recordó que el 26 de octubre de 2016 funcionarios del Gobierno estatal y por parte de Pemex Fausto Villagómez Grimaldi, quien era Subgerente de Desarrollo Social de Pemex y hoy se desempeña como titular de la Gerencia, firmaron otra minuta con indígenas de 10 zonas cuyos acuerdos también fueron incumplidos. Esta omisión ha sido considerada por las y los manifestantes como “una burla”, como lo externaron en un escrito en manos de este diario digital que fue presentado ante la CNDH el 20 de enero de este año.
El descontento de las comunidades chontales de Macuspana radica también en la desigualdad, pues aseguran que Pemex pregona el desarrollo solo para sus trabajadores, pues las y los pobladores siguen sin tener oportunidades.“Vemos grandes desigualdades, sin médicos nuestros centros de salud, sin medicinas, sin servicio de agua potable, las calles destrozadas, a veces las ambulancias no pueden operar porque no hay combustible”, lamentó el Delegado Pedro Mateo Morales.
Las cifras dan cuenta de esos contrastes, pues en Macuspana 54.1 por ciento de la población vive en situación de pobreza, de acuerdo con la medición municipal de pobreza elaborada por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). Mientras que a nivel estatal, 53.6 por ciento está en la misma situación.
EL AGUA EN CRISIS
Otro ejemplo de la contaminación que ha dejado la actividad petrolera en Macuspana es el estado actual de la laguna “El Limón”, la cual es usada como “el basurero de los desechos de hidrocarburos” de Pemex”, como expuso Julio César Álvarez. El Complejo Procesador de Pemex cuenta con dos centros de descarga que vierten sus desechos a la laguna afectando así a las 12 comunidades chontales cercanas.
En la denuncia popular que las comunidades presentaron ante la ASEA el 11 de febrero -y a la que SinEmbargo tuvo acceso- describieron que “el lecho de la laguna se observa lodoso y con mal olor, y la superficie del agua se ve aceitosa y presenta manchas iridiscencias”.
“Los compañeros que vivían de esa laguna, que se dedicaban a la pesca ya no pueden hacerlo porque ya no hay peces, ni tortugas, ni siquiera pejelagartos”, reclamó Alicia Jiménez Hernández, presidenta de la cooperativa Exótica Textiles.
En ello coincidió Claudia Campero, integrante de la Alianza Mexicana contra el Fracking, quien aseguró que la población de Macuspana ha sido vulnerada no sólo por exponer su salud ante partículas nocivas, sino también económicamente. “La contaminación que ha generado la industria les ha impedido tener otras actividades económicas como la producción de la tierra, pues ésta se ha visto severamente dañada”, dijo.
La contaminación al agua quedó evidenciada en un video que pobladores de la Ranchería Simón Sarlat tomaron y difundieron en sus redes el mes pasado. Las imágenes muestran a cómo un hombre llena dos recipientes del agua de un pozo y al vaciarla esta se ve espesa y oscura, pues se tomó de uno de los tres pozos petroleros que quedaron al descubierto en la ranchería desde hace 10 años y donde se siguen derramando hidrocarburos.
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Ante todos los daños causados por Pemex a Macuspana, las y los indígenas organizados no piensan conformarse con alguna compensación económica.“Buscan una solución a las violaciones a sus derechos socioambientales, ven los daños al ser humano y a los recursos naturales generados por Pemex. La empresa impunemente ha causado daños ambientales [en Tabasco y otras regiones] porque el resarcimiento económico ha salido del erario público, pero ya no queremos un resarcimiento, queremos un cambio de prácticas que deje de dañar al planeta”, expuso en conferencia Miriam Grunstein, analista de asuntos energéticos.
Las comunidades exigen que se construya un programa de desarrollo sustentable que tome en cuenta sus opiniones, la creación de otro enfocado en la protección y restauración de la laguna “El Limón”; piden que instancias educativas nacionales y de otros países realicen estudios que evidencien y cuantifiquen los niveles de contaminación causados por el Complejo de Pemex hasta ahora, también buscan que Pemex ofrezca una disculpa pública a las decenas de campesinos y pescadores a los que ha afectado.
“[En Tabasco] Pemex sigue saqueando y a los pueblos nos dejan abandonados, excluidos y contaminados. Le hacemos un llamado al Presidente de la República, para que no se olvide de su pueblo que hoy lo necesita. Que no se olvide de Macuspana, que no se olvide de donde viene”, pidió hoy la defensora de derechos humanos Alicia Jiménez y, haciendo suya una de las frases más repetidas por López Obrador en sus mítines a lo largo del país, aseguró: “No vamos permitir que exista un Pemex rico con un pueblo pobre”.