La campaña “#NoMaízGringo”, lanzada el pasado viernes por integrantes de diferentes organizaciones, propone realizar un boicot al maíz que se envía a México desde Nebraska, Iowa, Minnesota e Indiana, estados clave en la victoria del Presidente Donald Trump.
“México es el segundo socio comercial de los Estados Unidos en la compra de maíz y soya: dos productos que solían ser producidos en México. La mayoría de los productores de maíz estadounidense viven en estados que apoyan y respaldan las políticas anti-migrantes y anti-mexicanas de la presidencia de Trump”, dice la petición de firma electrónica dirigida a que el Senado desvíe todas las inversiones de importación de dichos cultivos de origen estadounidense.
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Ciudad de México, 14 de febrero (SinEmbargo).- En México, que se considera tierra originaria de la planta del maíz, la producción de este grano básico ha sido insuficiente para el mercado interno, por lo que, en promedio, se importan casi ocho millones de toneladas al año, la mayoría procedentes de Estados Unidos.
Y, en ese país, los principales productores del maíz que se envía a México son Nebraska, Iowa, Minnesota e Indiana; estados que, de acuerdo con una coalición a favor de la migración mexicana, fueron determinantes para darle el triunfo a Donald Trump en la elección por la Presidencia de Estados Unidos.
Por eso, integrantes de diferentes organizaciones decidieron que sería el maíz norteamericano el producto que llamarían a boicotear en protesta por las políticas del nuevo mandatario estadounidense hacia México y la comunidad mexicana.
“Mexicanos de todo el mundo estamos iniciando un boicot, pidiendo al Senado Mexicano que desvíe todas las inversiones de importación de maíz y soya estadounidense, y mandar así una señal al Presidente Donald Trump de la necesidad de tener una relación de respeto con el pueblo mexicano”, convoca la campaña “#NoMaízGringo”, lanzada el pasado viernes.
“México es el segundo socio comercial de los Estados Unidos en la compra de maíz y soya: dos productos que solían ser producidos en México. La mayoría de los productores de maíz estadounidense viven en estados que apoyan y respaldan las políticas anti-migrantes y anti-mexicanas de la presidencia de Trump”, agrega la petición de firma electrónica.
De acuerdo con Luis Ávila, activista en Arizona e integrante de la coalición, la campaña retoma parte de las actividades desplegadas en Arizona en 2010, cuando la comunidad de activistas en defensa de la población migrante también enfrentó con boicots la propuesta de Ley SB1070, o Ley de Apoyo a Nuestras Fuerzas de Orden y Vecindarios Seguros y que, se ha criticado, criminalizaba la migración al permitir revisiones por perfil racial.
“Hace unas semanas evaluamos cuáles tácticas usamos durante la protestas contra SB1070, cuando hicimos muchas cosas en respuesta a esta ley, y nos reunimos para ver cuáles cosas nos funcionaron entonces contra la ley antimigrante, y nos dimos cuenta que el boicot funcionó”, dice Avila.
“En todo el Estado de Arizona le pedimos a artistas, conferencistas, a compañías para que no vinieran al estado, y en los primeros seis meses hubo reportes de perdidas de millones de dólares para el estado, por la combinación de cancelación de conferencias, negocios, conciertos o compañías que cambiaron su ubicación. Entonces, nos dimos cuenta de que la industria, la gente de dinero del Estado de Arizona que no había metido la mano para dar su opinión y se vieron obligados a tener una opinión hasta que les toco el bolsillo y tuvieron que decir algo”, agrega.
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El también integrante de la Fundación Isac Amaya (que promueve educación entre inmigrantes) informó que la campaña fue expuesta el pasado fin de semana durante el encuentro denominado “Agenda migrante”, en el que participaron organizaciones y también senadores mexicanos que acudieron a la capital de ese estado norteamericano como parte del grupo “Operación Monarca”, formado por legisladores de estados expulsores de migrantes.
“Toca al Senado restringir o encontrar nuevos socios comerciales, encontrar quienes vendan maíz y con mejores tratos”, dijo Ávila. “En su mayoría, (los senadores) dijeron que querían analizar el tema”, agregó.
La campaña #NoMaizGringo es de las primeras que surgen entre la población mexicana en Estados Unidos para resistir las políticas de Trump hacia México, ya que desde la campaña llamó “violadores” a los mexicanos y prometió construir un muro en la frontera de los dos países.
El pasado 5 de febrero, en Tijuana, Baja California, se registró un descenso de cruces hacia el lado norteamericano luego de que en redes sociales cobrara fuerza el llamado #UnasHorasPorMéxico, mientras que la organización El Poder del Consumidor también llamó a dejar de consumir productos norteamericanos.
“Los consumidores mexicanos no tienen una historia ni una postura de tradición del boicot, pero creo que esto podría ser el inicio”, dijo en días pasados Alejandro Calvillo Unna, director de la organización El Poder del Consumidor y quien convocó a la campaña “¡Consumidores al grito de guerra!”
“Mientras Trump esté en el poder y mientras esté implementando políticas contra México, va a generar esta reacción. ¿Qué podemos hacer? Lo que puedo hacer como ciudadano es fijarme en qué compro”, agregó Calvillo.