Leer

14/02/2013 - 12:02 am

Aquí,
en esta ciudad y laberinto,
de islas púrpura
y murallas al viento,
donde las primeras
formas comunes de escritura
(que mal llamamos fenicias)
llegaron en barco y
fueron pronunciadas
por humanos de mares
y horizontes distintos,
se tenía la certeza de que todo se conecta
y lo que digas aquí
descifrando un gesto escrito,
resuena en otras regiones
y hasta en otros mundos.

Mientras una mano duda
hoy
entre dos libros,
arriba,
estrellas paralelas
a las acciones
de nuestro pensamiento
se apagan
y se encienden
indecisas.

Aquí abres una página,
allá un volcán dormido
se despierta.
Cuando desencadenas
en tu boca abierta o cerrada
la primera letra muy amplia
de una palabra,
un viento Alisio
entra a Mogador
y se desboca.

Leer es activar
los ecos
del fondo sin fin
de los espejos
del universo,
de las sutiles
fugaces
inesperadas
correspondencias.

Aquí y allá
la noche es piel adentro
y nuestras
constelaciones
brillan.

Una estrella fugaz
y de golpe
olvido.
Otra,
o la misma,
y recuerdo.

Un corazón se agita
 y “la música del cuerpo”
se convierte en misteriosa armonía
de las estrellas.

Mi aliento se corta ante la amada,
cuando la leo
con las manos
con los ojos,
con la boca.

Cada cosa inventa
al asombro,
cuando amanece.
Letras nuevas nos pronuncian,
nos describen,
lentamente o de golpe,
de adentro hacia afuera.

Leer es sentir que tiembla.
Dejarse habitar
por la mano del mundo,
donde una intimidad inesperada
nos ata y nos lee
letra a letra.

Leer es renacer
en otro cuerpo
y otra vida.
Llevarla más allá
de sus fronteras.
Descubrir que somos más
de lo que el espejo nos dice.
Y menos también,
porque todo se mueve,
todo ondula
y cristaliza.
Y tarde o temprano
se quiebra.

Lee es descubrir que somos muchos
habitando la misma sombra.
Que el cuerpo obscuro
de cada letra
puede llevarnos
de su sombra
al claroscuro
del asombro.
Que cuando me lees
miro por tus ojos
y tú por los míos.
Que cuando se cierra un libro,
lentamente,
todo en él escapa
y se multiplica.

Leer quema,
irrita,
enloquece.
Ilumina.

Quien escribe invoca al fuego,
quien lee lo enciende.

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Alberto Ruy-Sánchez
Escritor y editor. Hizo estudios de literatura y lenguajes sociales con Roland Barthes y de filosofía política con Jacques Rancière, Michel Foucault y Gilles Deleuze. Ha publicado más de 26 libros de narrativa, ensayo y poesía, entre los cuales las cinco novelas experimentales donde investigó y narró, una larga búsqueda del deseo: Quinteto de Mogador. Codirige con Margarita De Orellana desde 1988 el proyecto editorial independiente Artes de México. En el libro editado por Ricardo Raphael, El México indignado, explica su militancia por la poesía como socialmente urgente e indispensable para entrar en contacto con la realidad, más profundamente, con más libertad e imaginación. Foto de @Nina Subin.
Alberto Ruy-Sánchez
Escritor y editor. Hizo estudios de literatura y lenguajes sociales con Roland Barthes y de filosofía política con Jacques Rancière, Michel Foucault y Gilles Deleuze. Ha publicado más de 26 libros de narrativa, ensayo y poesía, entre los cuales las cinco novelas experimentales donde investigó y narró, una larga búsqueda del deseo: Quinteto de Mogador. Codirige con Margarita De Orellana desde 1988 el proyecto editorial independiente Artes de México. En el libro editado por Ricardo Raphael, El México indignado, explica su militancia por la poesía como socialmente urgente e indispensable para entrar en contacto con la realidad, más profundamente, con más libertad e imaginación. Foto de @Nina Subin.
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