Por Octavio Cárdenas, cortesía para SinEmbargo.
Ciudad de México, 25 de junio (SinEmbargo/VICE News).- Esta crisis comenzó hace un lustro. Bastaba con que algún internauta comentara que su animal de compañía estaba enfermo —y que la había adquirido en Maskota— para que llovieran denuncias por maltrato animal.
Claro, un par de años antes, sitios especializados como Muy Animal, ya habían advertido sobre la crianza masiva de animales de compañía. De acuerdo con Mónica Elmira Pineda, de la organización Gente por la Defensa Animal, esta práctica «provocada principalmente por las tiendas de animales como Maskota» forma parte de una industria cruel que explota perras durante toda su vida reproductiva.
Estas fábricas de cachorros viven en jaulas en condiciones deplorables, sin los estándares mínimos de bienestar animal, según Elmira Pineda. Además, las crías son separadas antes de tiempo, lo que provoca una incapacidad de generar anticuerpos que se traduce en enfermedades.
Para 2009, las denuncias comenzaron a subir de tono y surgieron blogs que recopilaron testimonios de personas preocupadas por el trato que reciben los animales de compañía en esta tienda, como KotaMata (que dejó de funcionar en 2012). El común denominador son las condiciones en las que están los animales en las instalaciones de Maskota, sobre todo aquellas ubicadas en plazas comerciales y que no tienen espacio para su esparcimiento, sólo para jaulas.
Un año después, en 2010, la perrita Airedale fue el foco de atención, pues crecía y crecía sin que nadie se animara a pagar 12 mil pesos por ella. Como ya no cabía en la jaula, su precio fue rebajado a 5 mil y encontró un hogar.
Las denuncias continuaron y encontraron eco en redes sociales, en perfiles como Denuncia a +Kota, que surgió en 2013 y hoy suma más de 74 mil seguidores.
También en sitios como Mi Ambiente, que citando a protectores de animales, advirtieron a posibles clientes sobre la situación de los animales. A decir de ellos, 90 por ciento están enfermos y estresados.
Luego siguieron las guerras de Twitter, con etiquetas como #CerremosMakotaMexico, lo que obligó a las autoridades a tomar cartas en el asunto o, al menos, hacer públicas sus intervenciones en esta tienda de animales.
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) anunció que entre 2010 y 2014 había realizado 20 procedimientos contra Maskota, aunque más enfocados a la legal procedencia de los animales o al comercio de especies en peligro. Esto se tradujo en el cierre del centro de distribución de la empresa y el decomisó de 187 ejemplares.
«Derivado de diversas denuncias ciudadanas, la Profepa realizó una visita de inspección a dicho centro de distribución, localizado en territorio mexiquense, donde se detectaron como principales irregularidades: no acreditar la legal procedencia de los animales y no exhibir el registro o autorización para la comercialización de ejemplares de vida silvestre», reza el comunicado de prensa de la procuraduría.
Además, la tienda ha recibido multas onerosas. La más reciente por 4.3 millones de pesos por el delito de comercialización ilegal de ejemplares de vida silvestre en condición de riesgo y peligro de extinción. Al parecer en respuesta, Maskota firmó un convenio con Profepa para crear un patrón de compradores de aves exóticas importadas. Sí, una vez más nada se dice de las condiciones en sí que viven los animales al interior de la tienda.
¿NUEVO RUMBO?
Todas estás denuncias le han costado a Maskota más que su reputación. De acuerdo con una columna de negocios, en 2012 abrieron 60 tiendas y otras 80 en 2013, pero el año pasado cerraron 15.
Por ello, recientemente anunció un convenio con la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, para recibir asesoría para el óptimo manejo de los animales en las tiendas, que, al parecer, todavía no entra del todo en vigor.
Este convenio con la UNAM sirvió como marco para anunciar la apertura de otras 50 tiendas en todo el país, a lo largo de este año. Murry Tawil, presidente del consejo de administración de Maskota, afirmó que luego de «concentrar sus esfuerzos en mejorar los estándares para la tenencia de animales», retomarán planes de crecimiento.
Por lo pronto, la tienda informó que levantó una denuncia en el Ministerio Público contra los empleados que aparecen en los más recientes videos de abuso animal relacionados con Maskota. Además, la tienda donde se grabó el video ya fue clausurada e incluso Anonymous publicó un video donde amenaza a los responsables y se les exige que pidan perdón.
¿Los convenios y la denuncia serán suficiente para detener las críticas en redes sociales? Quizá no, pero mientras la gente —en lugar de adoptar— siga comprando mascotas como si fueran de peluche y mas impulsados por un simple capricho, el trato ético que demandan los protectores de animales seguirá siendo un tema que dé de qué hablar.
Por que no solamente se trata de Maskota. Con todo y la tan anunciada ley que prohibe su venta en domicilios particulares, mercados fijos y sobre ruedas en el DF, continúa su comercialización por todos lados, en cajuelas de autos estacionados frente a plazas comerciales o en parques, por ejemplo.
Para muestra, este tierno video de un bebé con su pollito. ¿A quién se le ocurre?