Bagdad, 10 jun (EFE).- Las autoridades iraquíes han exhumado 613 cadáveres en 13 fosas comunes localizadas en la provincia de Saladino, donde el grupo terrorista Estado Islámico (EI) cometió ejecuciones sumarias, informó hoy el ministro iraquí de Derechos Humanos, Mohamed al Bayati.
En una rueda de prensa en Bagdad, el ministro mencionó las violaciones practicadas por los extremistas en algunas provincias que dominaron durante el último año, y que van desde asesinatos hasta secuestros.
Al Bayati detalló que los yihadistas asesinaron a 547 presos chiíes en la cárcel de Badush, ubicada a unos 15 kilómetros al oeste de la ciudad septentrional de Mosul, y a otros mil 700 miembros y reclutas del campamento de las Fuerzas Áreas en la base militar de Spiker.
De las trece fosas comunes, diez fueron localizadas en el campamento militar, y de ellas fueron exhumados 597 cuerpos.
Todos los cadáveres fueron trasladados al instituto forense para determinar su identidad.
El 12 de junio de 2014, un día después de que el EI tomara Tikrit, los yihadistas afirmaron haber asesinado a mil 700 «miembros chiíes del Ejército», y publicaron vídeos de cientos de hombres capturados que, según dijeron, se habían rendido en la base militar Spiker.
Por otro lado, Al Bayati acusó al EI de matar a cientos de miembros de tribus y civiles cristianos, turcomanos, de la minoría étnica shabak y yazidíes que luchaban contra esta organización.
Asimismo, advirtió de que los yihadistas han seguido cometiendo violaciones dirigidas contra grupos vulnerables, entre ellos niños, ancianos y personas discapacitadas.
Como ejemplo, el ministro citó el secuestro de 900 mujeres yazidíes, que en su mayoría fueron vendidas en mercados de esclavas en Nínive, en el norte de Irak, y otras provincias en Siria.
Otras mujeres fueron obligadas a contraer matrimonio con los yihadistas.
Al Bayati denunció también el reclutamiento de niños para los combates y para ser usados como escudos humanos.
Asimismo, su Ministerio documentó la destrucción total de 42 iglesias y 25 templos yazidíes, además de un gran número de mezquitas y santuarios de profetas y santos.
La publicación de estos datos coincide con el primer aniversario de la toma de Mosul, la segunda ciudad de Irak, por los yihadistas.
Con estas cifras, las autoridades iraquíes buscan documentar los crímenes del EI en el país para enviarle sus propios informes al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
