Estudio prueba, otra vez, que vacuna tripe viral no causa autismo

27/04/2015 - 12:00 am

Ciudad e México, 27 de abril (SinEmbargo).- Un estudio realizado con más de 90 mil niños estadounidenses comprueba, nuevamente, que no existe ninguna relación entre la vacuna triple viral y el autismo, como muchos detractores señalan.

Publicado en la revista de la Asociación Médica Americana (JAMA, por sus siglas en inglés) y financiado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH), el estudio evaluó a 95 mil 727 niños de Estados Unidos, incluido un dos por ciento que tenían un hermano mayor con autismo.

Así notaron que de ese total, sólo 994, es decir, poco más del uno por ciento, fue diagnosticado con autismo, cantidad insuficiente para asegurar que la vacuna contra el sarampión, paperas y rubéola, lo provoca.

«A pesar de que las investigaciones no muestran ningún vínculo entre la vacuna triple vírica y los trastornos de espectro autista, la creencia de que la vacuna causa autismo persiste, derivando en niveles bajos de vacunación», escribe Anjali Jain, de la firma consultora de salud The Lewin Group y su equipo en JAMA.

Así concluyeron que «en esta amplia muestra de niños con seguro médico privado y hermanos mayores con algún trastorno del espectro autista, la recepción de la vacuna triple viral no se asoció con un mayor riesgo de desarrollar estos desórdenes. Estos hallazgos no indican ninguna asociación peligrosa entre la vacuna y el autismo, incluso entre niños que ya tienen un mayor riesgo».

A inicios de 2015, los grupos antivacunación se volvieron a poner en boca de todos luego de que se diera un brote de sarampión entre niños de California, el cual parece, empezó en un parque de diversiones de Disney.

Entonces expertos de salud culparon a estas campañas de difundir creencias erróneas entre la comunidad y causar que un buen grupo de niños no esté vacunado contra una enfermedad que parecía erradicada desde el año 2000.

Todo comenzó con un estudio publicado en 1998 por el médico británico Andrew Wakefield, donde aseguró que existía una relación entre la aplicación de la vacuna triple viral y el autismo en los niños, cuyos supuestos hallazgos provocaron pánico entre los padres de familia, que suscitó a su vez una fuerte caída en las tasas de vacunación tanto en Reino unido y Estados Unidos, país que registró en 2008 una de los grandes brotes de sarampión, en donde 90 por ciento de los infectados no contaban con dicha protección, de acuerdo con los Centro de Prevención de Enfermedades (CDC).

Foto Shutterstock
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Fue hasta 2011 que el British Medical Journal (BMJ) desmintió lo publicado por Wakefield y lo señalizó como todo un “elaborado fraude” en el que el autor “malinterpretó o alteró” los historiales médicos de los 12 pacientes que formaron su base de datos, lo cual había dejado un daño a largo plazo en la salud pública mundial.

“Una cosa es tener un mal estudio, uno lleno de errores, y que los autores admitan que los cometieron. Pero en este caso, tenemos un panorama muy diferente de lo que parece ser un intento deliberado de crear una impresión de que había un vínculo al falsificar los datos”, dijo la editora en jefe del BMJ a CNN en su momento.

Y aunque Wakefiel fue despojado de su licencia médica en el mismo 2011, “el daño a la salud pública continúa, impulsada por los reportes desequilibrados de los medios y una respuesta poco efectiva de los gobiernos, investigadores, revistas y la profesión médica”, escribieron en el BMJ.

REGISTRADAS 1.5 MILLONES DE MUERTES POR FALTA DE VACUNACIÓN

En días pasados, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que la ausencia de vacunaciones rutinarias de niños causa cada año 1.5 millones de muertes que podrían haberse evitado.

Mediante un comunicado, la OMS lamentó que uno de cada cinco niños no está lo suficientemente inmunizado contra enfermedades que podrían costarle la vida. “Resulta esencial que la comunidad internacional realice un esfuerzo colectivo y cohesionado” para lograr los objetivos de vacunación, dijo Flavia Bustreo, directora de la OMS para familia, mujeres e infancia.

En 2012, los 194 Estados miembro de la organización se comprometieron a llevar a cabo un plan de acción global que garantizara que cualquier persona recibiera las vacunas básicas. Sin embargo, en torno a un 16 por ciento de los niños no está vacunado contra el sarampión.

Para 2013, año del que se tienen los últimos datos disponibles, 145 mil 700 personas murieron a causa de esa enfermedad. Ese mismo año, 22 millones de niños no recibieron las tres dosis necesarias para inmunizarse contra la difteria, el tétanos y la tos ferina.

en Sinembargo al Aire

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