Por Mihaela Marín
Ciudad de México, 14 de abril (SinEmbargo/TICbeat).- Aunque todavía le queda un largo camino por delante, la creciente demanda del mercado de consumo de la impresión 3D sigue dando suficientes motivos a las empresas para encontrar nuevas formas de llegar a los usuarios finales.
Años atrás era imposible comprar una impresora de bajo coste. Debido a los precios prohibitivos, la oferta existente quedaba disponible solo para las compañías y otras entidades interesadas en usar la tecnología en proyectos de prototipado, diseño, investigaciones o con fines educacionales. Pero si todavía no le hemos reservado un sitio al lado de la máquina de café, puede que sea solo una cuestión de tiempo. La generación de impresoras de bajo coste podría tener suficiente fuerza para impulsar los experimentos caseros de fabricación de objetos en tres dimensiones.
En este sentido, la aparición de nuevas impresoras 3D al mercado indica que hay un importante segmento de consumidores que están a la espera de productos más asequibles y de fácil uso. Lo demuestra Tiko, un proyecto iniciado por una startup que quiere dar más acceso a la impresión 3D a través de un dispositivo cuyo precio de venta no pasará de los 179 dólares (alrededor de 2 mil 700 pesos).
A poco más de una semana de promocionarse a través de una campaña en Kickstarter, el equipo ha conseguido superar con creces el objetivo inicial de 100 mil dólares, logrando recaudar más de 1.3 millones de dólares.
Pero ¿qué es lo que más ha convencido a sus entusiastas? El precio desde luego ha sido un incentivo suficientemente atractivo para aportar una donación, pero no el único. Según explica la startup, el diseño también ha jugado un papel muy importante en la diferenciación de la impresora de otros productos similares.
Sus creadores han apostado por el diseño monobloque, sustituyendo el sistema de raíles de calibración, típico para una impresora normal, con un trípode que dirige el cabezal hacia abajo. De esta forma los brazos del trípode se mueven al unísono para controlar el cabezal, mientras que la plataforma de impresión se queda inmóvil:
“Con este simple cambio en el diseño, todos los problemas generados por el sistema de raíles separados desaparecieron”, declaran los desarrolladores de Tiko.
El sistema de pieza única y el mecanismo de impresión en triángulo proporcionan una “alta repetibilidad mecánica”, sin necesidad de componentes de alta precisión. En una de las pruebas, Tiko ha logrado imprimir un objeto a una resolución de 200 micras, pero podría llegar a una precisión de hasta 50 micras, añaden estos.
El grupo también desarrolló su propio software alojado en la nube que permite a los usuarios imprimir desde los dispositivos móviles y ha reemplazado los cables USB por la conexión WiFi para facilitar más la cosas a la hora de conectar la impresora a los ordenadores.
El hecho que pesa menos de dos kilogramos y es fácil de mover de un sitio a otro se convierten en otras ventajas en comparación con una impresora convencional más robusta.
Aun así, hay que reconocer que muchas veces la sencillez de un producto no viene acompañada por la calidad de sus componentes. Aunque la compañía pretende reducir el precio para ofrecer un dispositivo mucho más fácil de usar, habrá que ver si el invento puede convertirse en una alternativa mucho más rentable que las impresoras 3D tradicionales o, simplemente, es una opción barata que se ajustará a las necesidades de los aficionados principiantes.