Manuel Domínguez fue atropellado por una revolvedora de cemento en la Alcaldía Benito Juárez de la Ciudad de México. El hombre de 72 años perdió la vida el 30 de noviembre. Fue un accidente por “negligencia” y falta de protocolos de seguridad, acusó Esther Domínguez, hija del difunto.
Esther ha vivido en carne propia las deficiencias del sistema de justicia y la ausencia de los responsables: la constructora y la cementera que según ella, no le dan la cara. Es un accidente pero también, es un tema de ética. Hay “patanes” y no hay disculpas, dijo la doliente a SinEmbargo.
Ciudad de México, XX de diciembre (SinEmbargo).- Ya pasaron dos semanas desde el día del accidente. Los familiares de Manuel Domínguez están a la espera de una tercera audiencia en tribunales y su hija Esther busca que la situación no se repita; que «se tomen cartas en el asunto” porque “esto le puede suceder a cualquier persona”.
Para Esther, la muerte de su padre se debió a la falta de medidas de protección civil en la obra.
En los videos presentados ante el MP se observa a cuatro trabajadores platicando. Uno de ellos es el conductor de la revolvedora de cemento, quien fue identificado como Margarito Alejandro Hernández.
Segundos más tarde se ve al señor Hernández abordar la unidad y pisar el acelerador. Justo en ese momento, Manuel Domínguez cruza la calle por el lado derecho del camión y ocurre el accidente: la revolvedora le pasa por encima.
“Mi papá camina sobre avenida Coyoacán hasta donde está la obra; pero estaban los albañiles en la banqueta parados, platicando, en la chorcha… Se ve muy claro, en uno de los videos que tenemos, cómo nadie está alerta al paso de ninguno de los peatones. Ahí siempre hay grava y hay cosas que no te dejan pasar; y si ves a un grupo de albañiles que están en una banqueta, que además está más reducida de lo normal o de lo que establece la ley y no hay nadie que te esté cuidando, pues el acto inconsciente o por lógica es pasar la banqueta y rodeas”, explicó Esther.
Así murió Manuel, atropellado por una revolvedora de cemento porque una constructora bloqueó la banqueta y no implementó medidas de seguridad para los peatones. La familia tuvo que conseguir videos del momento y aún con las pruebas no hay ningún detenido pic.twitter.com/L03ys2iiZO
— Ciro Gómez Leyva (@CiroGomezL) December 12, 2019
La hija de Manuel también comentó que una hora antes del accidente, una vecina del lugar de la obra tomó fotos y alertó al comité de vigilancia de su edificio acerca de la falta de medidas de seguridad en la obra.
Aunque hubo trabajadores, «no hubo quién dirigiera a los peatones; tampoco hubo abanderados y guías, o conos, señalamientos y tambores”. Además, el MP le dijo a Esther que el camión de la cementera no estaba asegurado y que el conductor de la unidad no tenía licencia o identificación al momento de ser detenido por la policía local.
De acuerdo con el Reglamento de Construcciones capitalino, en ese momento el director responsable de obra tenía la obligación de “dirigir, vigilar y asegurar” (artículo 35, fracción II) que la ejecución de la obra se cumpliera con estricto apego a lo establecido en los ordenamientos. Esto incluía contar con seguros y señalamientos de obra relacionados con vehículos de descarga, así como con garantías para no «afectar la funcionalidad de la vía pública con equipos, maquinaria y actividades de obra relacionadas con la misma” (artículos 46 BIS y TER).
EL CALVARIO LEGAL
Al día de hoy ya hubo dos juicios orales: uno el día 2 y otro el día 6 de diciembre.
Durante las primeras 48 horas posteriores al accidente, las autoridades liberaron al conductor –que pudo haber intentado darse a la fuga, según Esther– y el MP dio sus primeros resultados.
“Yo la verdad es que me fui a rendir mi declaración muy confiada de que hay policías que están haciendo su trabajo”.
Esther narró que los policías la llevaron en una patrulla a declarar como parte del debido proceso. Ese día, el MP le presentó al juez “una versión de los hechos donde dice que mi papá iba caminando y que no le cedieron el paso y que era un adulto de la tercera edad y que no había un sólo video. Entonces el juez cuestiona la falta de un video porque parece que es una investigación pobre”.
En ese momento, una duda cruzó por la mente de la hija de Manuel Domínguez.
“Yo no pienso mal de la autoridad, ¿me explico? Porque fue un fin de semana en que la gente no trabajó y pensé: ‘igual y por eso no consiguieron los videos’”.
Después de esa primera audiencia con un juez de la Alcaldía Bénito Juárez, Esther hizo lo que el MP no pudo y se puso en contacto con testigos y poseedores de videos que le ofrecieron ayuda el mismo día del accidente.
“Yo recuerdo haber visto el cuerpo de mi padre; cómo quedó y yo sí pensé, bueno, ¿qué pasó? Le pegó otro coche y rebotó; o sea, no era congruente lo que estaban diciendo las autoridades y cómo yo había visto y reconocido el cuerpo”, explicó Esther.
Ella quería esclarecer los hechos. Al principio se apoyó en un asesor jurídico de la Alcaldía y posteriormente, contrató a un abogado. Pero en la segunda sesión, la del día 6 de diciembre, Esther y su equipo legal tuvieron problemas para integrar las pruebas a la carpeta de investigación.
En una primera instancia, el tribunal no le dejó utilizar los videos que consiguió. Sin embargo, ese día el juez reconoció que conocía el caso y aceptó que el MP utilizara como evidencia los videos y solicitó que se hiciera una investigación más exhaustiva porque habían cometido errores.
A estas alturas Esther había tenido que soportar malas actitudes, tanto de la autoridad competente como de las empresas relacionadas con el caso.
“Si te quejas la gente se enoja; y si no dices nada, pues las cosas siguen igual. Y a veces la gente, porque es un tema engorroso, delicado y les da miedo, no quieren salir a cuadro y declarar”.
Cuando Esther se dio cuenta de la falta de pruebas por parte del MP y de las deficiencias en el acompañamiento durante el debido proceso, se imaginó lo peor.
”Allí es donde me doy cuenta que yo había provocado o habíamos descubierto que algo pasaba. Es lo único que te puedo decir, de verdad. El MP me pide una disculpa y el juez le pide que integre nuevamente la carpeta con los hechos para poder seguir el caso”.
DEUDA MORAL Y RESPONSABILIDAD
Esther Domínguez lamenta que al momento del accidente “nadie hiciera nada”, que «dejaran el cuerpo aventado” y que en lugar de responder los trabajadores, fueran los porteros del edificio de enfrente y algunos conductores quienes actuaran para detener al conductor de la revolvedora de cemento.
Ella asegura que al día de hoy, ni la constructora encargada de la obra, Coldwell Banker, ni la cementera dueña del camión involucrado en el accidente que mató a su padre, Grupo Kinkla, han pedido disculpas o se han contactado con ella para resolver la situación y ofrecer ayuda. Sólo supo que la cementera envió a la aseguradora para resolver la situación legal del conductor que fue liberado.
«El chofer se ha reservado el derecho de hablar. Yo sí le dije: ‘di la verdad, di cómo sucedieron las cosas; di cómo estás entrenado para trabajar; di qué te dicen cuando tienes un percance así». Para Esther, el chofer “evidentemente sintió cómo pasó encima de un cuerpo. Puedo entender que se haya espantado, pero que se haya dado a la fuga y no pararse me parece terrible. No lo estoy acusando, pero en el video se ve cómo avanza y se da la vuelta”.
Esther tampoco sabe, a ciencia cierta, si la banqueta estaba obstruida al momento del percance, pero confirmó que “sí obstruyen la banqueta cuando los trabajadores abren la puerta de la obra, que abre hacia afuera» (lo que también está penado por ley).
También explicó que fue hasta que ella buscó apoyo en medios de comunicación, que las autoridades y la defensa legal de la constructora empezaron a operar.
“Si yo llego con la cámara de algún programa de tele, inmediatamente [los trabajadores de la obra] salen y empiezan a poner conos y empiezan a poner al abanderado. También sale el director responsable de la obra y pone cara de enojado y la verdad es que yo honestamente creo que esa actitud no es la correcta. A la gente no le gusta que le digan que hace mal su trabajo. Lamentablemente sí es un accidente y se pierden vidas por negligencia y por no hacer bien el trabajo”, acusó.
La hija de Manuel Domínguez mencionó que en los próximos días le darán a conocer la fecha de la siguiente audiencia en donde serán señaladas las pruebas y será defendido su caso. Mientras tanto, dice que las empresas no han saldado su deuda como responsables de la obra.
El Reglamento de Construcciones capitalino (artículos 46 BIS y TER) indica que “el constructor será el responsable” cuando existan daños en la obra o a terceros que hayan sido generados por el incumplimiento de la normatividad vigente. También linda responsabilidades cuando las obras ponen en riesgo la vida de la gente por cualquier circunstancia no atendida.
De ser probado que hubo negligencia y falta de aplicación de protocolos de protección civil, existe la posibilidad de sanciones (artículos 228-I, 248, 251-b y Capítulo II Sanciones) como la “suspensión total de las obras”, multas de 3 mil 775 a 60 mil 392 pesos, e inclusive la cancelación del registro del director responsable de la obra (DRO), el arquitecto Adolfo Carlos Alavez Szymanski.
«Hoy la obra está abierta, hay trabajadores, hay movimiento, todo está normal y el chofer está suelto porque hay que volver a integrar la carpeta. El dueño de ese camión sabía del percance y no dijo nada y no dio la cara ese fin de semana”, lamentó Esther. «Es un problema de ética y educación. Nadie da la cara o se disculpa; y la actitud hacia mí ha sido de patanes todos. Patanes”.