Los ácaros podrían ser la clave para contrarrestar a los parásitos que atacan al ganado en México. La investigación realizada por la doctora mexicana Liliana Aguilar Marcelino podría disminuir la perdida de ganado ovino a causa de los parasitos intestinales que provocan al año perdidas millonarias en el país.
Por Carmen Báez
Ciudad de México, 13 de diciembre (Conacyt/SinEmbargo).- Descritas como criaturas microscópicas y omnipresentes los ácaros son pequeños artrópodos abundantes en la naturaleza; los especialistas en acarología estiman que existen alrededor de 10 millones de especies, de las cuales solo se han descrito cerca de 50 mil.
A menudo estas pequeñas criaturas se asocian con el desarrollo de alergias y enfermedades en el ser humano o bien, como plagas en plantas y cultivos de importancia económica. No obstante, existen especies que por sus características pueden ser útiles en la solución de otros problemas de salud animal, por ejemplo, para disminuir las cargas parasitarias del ganado ovino.
Los parásitos gastrointestinales del ganado son enfermedades que ocasionan un impacto económico negativo a nivel mundial; de acuerdo con el artículo Evaluación del impacto económico potencial de los parásitos del ganado ovino en México, las pérdidas anuales causadas por los principales parásitos del bovino en el país se estimaron en 141 mil millones de dólares, problema que interfiere en la rentabilidad de las explotaciones ganaderas.
Con este antecedente, la doctora Lilinana Aguilar Marcelino, investigadora del Centro Nacional de Investigación Disciplinaria en Parasitología Veterinaria del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (CenidPavet-Inifap), busca dar respuesta al problema de la parasitosis causada por nematodos, gusanos que habitan en el tracto digestivo del ganado bovino, a través de la posible aplicación de dos especies de ácaros nematófagos como agentes de control biológico.
Para lograr este objetivo, la investigadora desarrolló un método para cultivar en laboratorio ácaros de la especie Lasioseius penicilliger y Caloglyphus mycophagus, especímenes obtenidos a partir de muestras de suelo y hojarasca en los estados de Veracruz y Morelos. En palabras de Aguilar Marcelino se trata de un trabajo pionero en México, ya que hasta ahora no existen estudios científicos del uso de ácaros para estos fines.
“Proponemos el uso de antagonistas naturales que se encuentran en el suelo, estamos aprovechando estos ácaros para aislarlos, identificarlos y cultivarlos en el laboratorio. El cultivo de los ácaros los realizamos en placa de Petri —un recipiente redondo y transparente—, pero los hemos adaptado a nuestras condiciones y requerimientos. También usamos placas de tipo ‘relojero’, ahí llevamos a cabo la reproducción. Los alimentamos con un nematodo bacteriófago y de esa forma mantenemos nuestras colonias”, explicó la doctora en ciencias por el Colegio de Postgraduados.
CONTROL BIOLÓGICO VS MÉTODO TRADICIONAL
El método tradicional para el tratamiento de la parasitosis intestinales del ganado es el uso de antihelmínticos. Debido su constante aplicación, los parásitos han generado resistencia a estos medicamentos. “Los nematodos ya no se mueren cuando el productor y el ganadero tratan a los animales con estos productos. Lo que ha generado un problema alarmante y urgente, porque el uso de estos productos es un gasto innecesario y no se obtienen los resultados benéficos para la salud del ganado”.
Es por ello que el uso de antagonistas naturales de nematodos ha generado interés en investigadores para la búsqueda de un método alternativo de control biológico amigable con el medio ambiente y libre de efectos secundarios.
El trabajo de investigación, en el que colaboran los investigadores de la Unidad de Helmintología del Centro Nacional de Investigación Disciplinaria en Parasitología Veterinaria del Inifap y la doctora Teresa Quintero Martínez, adscrita a la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), inició en 2008 y continua con la identificación de nuevos especímenes y el desarrollo de una propuesta para su posible aplicación.
“Queremos aplicar estos ácaros nematófagos en la fase libres del parásito que se encuentran en la pradera del parásito y esa se encuentra en la pradera. El material fecal del ovino que se encuentran parasitados contienen huevos que caen al suelo y eclosiona posteriormente pasan a L1, L2 y L3. En los primero dos estadios, estas larvas se alimenta de material orgánico, bacterias y protozoarios que se encuentran en el medio ambiente, sin embargo la larva L3 no, esta puede permanecer en las praderas por mucho tiempo esperando a que llegue otro ovino y se infecte cuando se alimente de los pastos, ya que las larvas se encuentran en las puntas de estos”, detalló.
Hasta ahora, la línea de investigación ha obtenido resultados alentadores, ya que las dos especies de ácaros muestran un 100 por ciento de actividad depredadora en condiciones de laboratorio. “Esto puede ser crucial para futuros estudios enfocados a evaluar el uso potencial de ácaros en el control de nematodos parásitos de animales. Aún faltan estudios por realizar. Por ahora estamos en la búsqueda de un método de control amigable y sostenible nematodos parásitos de ovinos”, concluyó Liliana Aguilar Marcelino.