El tiktoker @micro_terra puso al microscopio este producto que se hizo parte de nuestra vida cotidiana y mostró imágenes de todo lo que podemos encontrar si no lo cambiamos a diario.
Ciudad de México,13 de octubre (SinEmbargo).- Durante la pandemia por COVID-19 se generalizó el uso del cubrebocas como una de las medidas para evitar el contagio. Autoridades sanitarias han hecho énfasis en cambiarlos diariamente, en el caso de los desechables, o lavarlos después de usarlos en el caso de los de tela.
El tiktoker @micro_terra que se dedica a publicar videos de distintos objetos y alimentos que observa bajo el microscopio, revisó un cubrebocas con tres días de uso para ver si guardaba algún tipo de residuos y suciedad.
La mascarilla que analizó fue una de tres capas y puso al microscopio la parte que estaba en contacto con la piel de la persona que la usaba.
“Y vaya que está sucia. Está llena de vellos faciales, piel muerta, restos de saliva y mocos y en algunos casos, maquillaje. Curiosamente la capa intermedia no se encuentra tan sucia, y la parte exterior, la que está en contacto con el ambiente, se ve menos sucia”, señaló el tiktoker en su video.
Y cuestionó “si así se ve una mascarilla con tres días de uso, imagínense cómo se ven esas mascarillas que algunas personas sacan de sus bolsillos, todas hechas chicharrón tras semanas o meses de uso. Pero aquí recordemos que muchas personas no tienen la posibilidad de cambiar constantemente sus mascarillas”.
Un artículo escrito en The Conversation por Laura (Layla) H. Kwong, investigadora de la Universidad de California, señala que la gente ha usado mascarillas para evitar contraer enfermedades desde la gran plaga de Manchuria de 1910.
@micro_terra Mascarilla de tres días de uso, bajo el microscopio. #microscopio #aprendeentiktok #micro_terra #mascarilla #salud
“Durante la pandemia del coronavirus se ha puesto el foco en las mascarillas en la medida en que suponen un instrumento para impedir que los contagiados contaminen el aire situado a su alrededor (el conocido como “control de fuente”). Y las evidencias obtenidas en estudios de laboratorio recientes defienden esta teoría. En abril de 2020 se demostró que las personas infectadas con un coronavirus (pero no el SARS-CoV-2) exhalaban menos cantidad de ARN vírico en torno de ellas cuando llevaban puesta la mascarilla. Existen otros estudios de laboratorio que, de igual modo, respaldan su eficacia”, explicó.
“La próxima vez que se pregunte si debería usar mascarilla, sea consciente de que la respuesta es que sí. Las mascarillas textiles probablemente son mejor que nada, pero las mascarillas quirúrgicas de alta calidad o incluso aquellas que poseen una eficacia de filtrado y una capacidad de ajuste a la cara mayores que estas últimas (como las KF94, las KN95 o las N95) son las más efectivas para evitar contagios de COVID-19”, recomendó.
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