Tokio, 14 oct (EFE).- China y Japón preparan una nueva cumbre entre sus respectivos líderes, Shinzo Abe y Xi Jinping, que se celebraría a mediados de noviembre con el objetivo de mejorar sus relaciones tras los últimos roces, informaron hoy los medios nipones.
El encuentro sería el primero desde el pasado abril, y se está gestando en medio de un nuevo encontronazo entre Tokio y Pekín, debido a la inclusión en el Registro Memoria del Mundo de la UNESCO de los documentos presentados por China sobre la matanza de Nankín, cometida por tropas japonesas entre 1937 y 1938.
El consejero de Estado chino, Yang Jiechi, viajó el martes a Tokio para reunirse con el consejero de Seguridad Nacional japonés, Shotaro Yachi, y tiene previsto mantener un encuentro hoy con Abe, según recoge la agencia local de noticias, Kyodo.
El objetivo de estas reuniones es tratar los principales contenciosos entre los países vecinos con vistas a allanar el camino para una nueva cumbre bilateral, señalaron por su parte fuentes gubernamentales al diario nipón Nikkei.
En particular, el responsable japonés recalcó a Pekín su preocupación sobre el inicio de operaciones en las plataformas gasísticas que China ha instalado junto a aguas japonesas, ya que según Tokio podrían acabar extrayendo recursos pertenecientes a Japón.
«Hay problemas por resolver como la situación en el Mar de China Oriental, pero queremos seguir intercambiando opiniones para desarrollar nuestros lazos amistosos», dijo Yachi al término de su encuentro con Yang, en declaraciones a los medios nipones.
Durante la reunión, el Ejecutivo nipón insistió en su descontento por el reconocimiento de la UNESCO de los documentos sobre la matanza de Nankín, tras presentar una protesta formal ante Pekín al considerar que el Gobierno chino ha utilizado a este organismo internacional con fines políticos.
Si ambas partes logran acercar posturas, la nueva cumbre entre Abe y Xi tendrá lugar a mediados de noviembre, en el marco de la reunión de líderes del G20 que se celebra en la ciudad turca de Antalya, añadieron las antes citadas fuentes niponas.
La matanza de Nankín (este de China) es considerado uno de los capítulos más sangrientos de la invasión japonesa, y en ella murieron 300 mil personas y se violaron a 20 mil mujeres y niñas, según cifras chinas.
Pekín y Tokio sufren frecuentes choques diplomáticos por la disputa sobre la soberanía de las islas Diaoyu/Senkaku, reclamadas por ambos países, así como por el recuerdo de la invasión japonesa de 1937.