El programa constaba de técnicas como la privación del sueño, posturas estresantes, frío, el uso de perros, música estridente o ahogamiento simulado.
Washington, 13 oct (EFE).- Dos supervivientes de los interrogatorios secretos de la Agencia Central de Inteligencia de EU (CIA) y la familia de otro que falleció demandaron hoy a dos psicólogos a los que acusan de ser los arquitectos del programa de torturas de los años de la guerra global contra el terrorismo.
La demanda fue interpuesta ante un tribunal federal del estado de Washington en nombre de las víctimas por la Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos (ACLU) contra James Mitchell y Bruce Jessen, dos expsicólogos militares contratados por la CIA para diseñar y poner en marcha un programa de interrogatorios y torturas durante el gobierno de George W. Bush.
Ambos se enriquecieron diseñando un programa que constaba de técnicas como la privación del sueño, posturas estresantes, frío, el uso de perros, música estridente o ahogamiento simulado para obtener información de sospechosos de colaborar con Al Qaeda.
Los demandantes Suleiman Abdullá Salim y Mohamed Ahmed Ben Sud fueron secuestrados por la CIA, trasladados a dos prisiones clandestinas de la Agencia Central de Inteligencia en Afganistán y, tras varios años de torturas, liberados sin cargos.
Los dos aseguran que fueron expuestos a frío, oscuridad, ruidos ensordecedores o colocados en cajas muy pequeñas con el objetivo de obtener confesiones.
Salim, de Tanzania, fue detenido en Kenia en 2003, trasladado a Afganistán y liberado en 2008.
Ben Sud, de nacionalidad libia, fue arrestado en Pakistán, trasladado también a Afganistán y enviado a Libia en 2005, donde fue recluido en cárceles del régimen del Muamar al Gadafi, hasta la caída del dictador en 2011.
Ambos pasaron por una prisión clandestina conocida como Salt Pit, donde supuestamente falleció por hipotermia Gul Rahman, secuestrado por la CIA y cuya familia se ha sumado a la demanda.
Rahman, cuya muerte fue examinada por un comité del Senado estadounidense, fue uno de los dos detenidos muertos en custodia de la CIA de los que se tiene conocimiento.
Nadie ha sido imputado por ninguna de esas dos muertes, que ocurrieron después de exponer a los detenidos a duras técnicas de interrogatorios, eliminadas completamente durante el Gobierno del actual Presidente de EU, Barack Obama.