El Presidente Enrique Peña Nieto sorprendió con el nombramiento de Augusto Gómez Villanueva, un viejo «lobo de mar» del sistema político mexicano, con tan larga trayectoria, el mejor ejemplo de lo que en el argot político se conoce como “dinosaurio” y en su carrera política postuló los dogmas del llamado nacionalismo revolucionario, representado de manera muy especial por los ex mandatarios Luis Echeverría y José López Portillo.
Por Francisco Ortiz Pardo
Ciudad de México, 13 de septiembre (SinEmbargo/Libre en el Sur).– Si para la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México, el Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, designó este martes a Porfirio Muñoz Ledo, el más veterano y experimentado legislador de la izquierda mexicana, el Presidente Enrique Peña Nieto sorprendió con el nombramiento de Augusto Gómez Villanueva, un viejo «lobo de mar» del sistema político mexicano, con tan larga trayectoria que en tiempos de Luis Echeverría Álvarez ya era uno de los hombres más poderosos.
La designación de uno y otro, de acuerdo con las facultades que tienen tanto Peña como Mancera de nombrar seis constituyentes (tres hombres y tres mujeres) en cada caso, no es casual: Según lo estipulado por el Congreso federal, quien presidirá la Asamblea Constituyente será el Diputado más longevo.
En realidad quien tiene mayor edad de entre los diputados constituyentes es la perredista Ifigenia Martínez, de 88 años. Gómez Villanueva tiene un año menos que ella. Pero el priista cuenta con la ventaja de tener mayor experiencia legislativa, algo que se discute como una condición para presidir la Asamblea. En cambio Porfirio Muñoz Ledo tiene 83 años de edad.
Lo más interesante del caso es que Gómez Villanueva viene de una casta muy diferente a la de priistas como Peña, que se encumbraron en el neoliberalismo tras el paso de Carlos Salinas de Gortari por la Presidencia de México. Gómez Villanueva es el mejor ejemplo de lo que en el argot político se conoce como “dinosaurio” y en su carrera política postuló los dogmas del llamado nacionalismo revolucionario, representado de manera muy especial por Echeverría y José López Portillo. Hasta Wikipedia lo dice: “(Gómez Villanueva) se ha mantenido vigente en la política como principal representante del Echeverrismo».
Fue Gómez Villanueva precisamente quien, como dirigente de la Confederación Nacional Campesina (CNC) –uno de los sectores históricos del Partido Revolucionario Institucional (PRI)–, encabezó en 1969 la proclamación de Echeverría como candidato presidencial, es decir como Presidente. Había pasado ya la matanza de estudiantes en Tlatelolco.
Ya en el gobierno, Luis Echeverría nombró a Gómez Villanueva secretario de la Reforma Agraria, uno de los temas torales de aquella gestión. La primera vez que Gómez Villanuevo presidió la Cámara de Diputados fue en 1965. De ahí en adelante tuvo una provechosa carrera legislativa, que se extendió hasta finales del siglo pasado. En 1996 apareció en una fotografía tomada en San Lázaro al lado del coordinador de los diputados tricolores, Humberto Roque Villanueva, cuando éste último festejaba con una seña obsena –«la roqueseñal, se le llamó»– que el PRI se impuso para aumentar el IVA del 10 al 15 por ciento.
Curisoso es que Porfirio Muñoz Ledo proviene de la misma clase política, pues fue presidente nacional del PRI en las gestiones de Luis Echeverría y López Portillo, hasta que en 1987 rompió con Miguel de la Madrid para ir en apoyo de la candidatura presidencial de Cuauhtémoc Cárdenas, postulado por un frente de partidos de izquierda.
De aquellos años se recuerda a un entonces joven militante del PRI, Andrés Manuel López Obrador, quien ahora, como dirigente del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), busca que sea el ex panista Bernardo Bátiz quien presida la Asamblea Constituyente. Bátiz cumple este 14 de septiembre 80 años de edad.
La Asamblea Constituyente será instalada el próximo jueves 15, en lo que por décadas fue recinto del Senado en una casona de la calle de Donceles, en el Centro Histórico. Sesenta de sus diputados fueron electos por el voto ciudadano y otros 40 designados por las cámaras de diputados y de senadores, así como por el Presidente de la República y el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México.
Acaso todo sea un tema de nostalgia para que recuperemos aquellas imágenes de priístas muy ufanos que «desde la más alta tribuna de la nación» controlaban el congreso y aplastaban y se burlaban de la oposición, siempre a capricho del «señor Presidente».