López-Gatell recordó que la intención de imponer medidas obligatorias para contener la epidemia podrían provocar violaciones graves como en Jalisco, donde el joven Giovanni López murió por el abuso de la fuerza pública.
Ciudad de México, 13 de agosto (SinEmbargo).- Hugo López-Gatell Ramírez, Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, aseguró este miércoles que el uso obligatorio de cubrebocas que pretenden imponer en algunas entidades del país, podría vulnerar los derechos humanos de los ciudadanos.
El el epidemiólogo mexicano sostuvo lo anterior después de que el Gobernador de Colima, Ignacio Peralta, enviara un iniciativa al Congreso estatal en la que se impondría una multa de más de 40 mil pesos a quienes no usen cubrebocas en el espacio público.
Durante su conferencia de prensa diaria sobre el desarrollo de la epidemia de COVID-19 en México, López-Gatell señaló que «el cubrebocas es una medida de uso personal y si se impone como una disposición obligatoria, en vez de una recomendación, hay un riesgo importante de que se cometan abusos».
El Subsecretario aseguró que, aunque el Gobierno federal respeta la soberanía de Colima, las autoridades de la entidad deberían ser cautos al momento de responsabilizar a las personas de las medidas de control sanitario, pues estas se multiplican por 127 millones.
En este sentido, dijo que el Gobierno de México tiene un compromiso «irrestricto» con la protección, promoción y defensa de los derechos humanos en todos los aspectos y sobre todo en el sector salud, debido a la emergencia sanitaria actual.
López-Gatell recordó que la intención de imponer medidas obligatorias para contener la epidemia podrían provocar violaciones graves como los sucedido en el estado de Jalisco, donde en un operativo local, el joven Giovanni López murió por el abuso de la fuerza pública, pues no había «cumplido» la disposición local del uso de cubrebocas.
Por otra parte, insistió en que el cubrebocas es un instrumento auxiliar para prevenir enfermedades respiratorias como la COVID-19, cuya función es interferir con la salida de las partículas líquidas de la nariz y de la boca que llevan el virus para que no lleguen a la cara, la vía respiratoria o a los ojos de una persona.
«En cambio no hay evidencia científica útil -y lo más probable es que no sea desafortunadamente una cualidad del cubrebocas- de su capacidad de interferir con la llegada de los virus, a menos que sea una barrera de suficiente densidad del material, es decir, que sea muy grueso como son los cubrebocas N95», explicó.
López-Gatell recordó que los ciudadanos salen de sus hogares -aunque se recomendó no hacerlo- porque tienen necesidades principalmente económicas, por lo que están obligados a transitar en el espacio público.
Sin embargo, indicó que «cuando se hace responsable a la persona de lo que le ocurre a los demás con un carácter obligatorio y se establece coerción por parte de la fuerza del Estado (…), puede resultar en el enorme riesgo de que se vuelvan a abusar de los derechos humanos».