En la década de los 70 los astronautas del programa Apolo instalaron sensores en la superficie de la luna para ver la temperatura del cuerpo celeste. Durante 43 años los científicos han observado como subía la temperatura en la luna y por fin han resuelto el misterio.
Ciudad de México, 13 de junio (TicBeat/SinEmbargo).-Parece que los astronautas del programa Apolo dejaron más rastro en el cuerpo celeste que las 6 banderas que plantaron. La temperatura de la luna lleva subiendo 40 años y parece que los visitantes de la NASA son los responsables del cambio.
En las misiones Apollo 15 y Apollo 17 instalaron sensores de temperatura en el astro; para ello, cavaron hoyos de entre 1 metro y 2,2 metros de profundidad. Esto les permitía a los científicos consultar la temperatura del satélite en tiempo real desde la tierra.
En 1975, alrededor de 4 años después de insertar los sensores en la superficie, los investigadores de Apolo empezaron a percibir cambios en la temperatura del planeta. Desde entonces la temperatura de la luna ha subido 6ºF y los científicos llevan 43 años intentando resolver el misterio.
El análisis de datos ha permitido por fin confirmar las sospechas de la comunidad científica: el incremento de la temperatura puede atribuirse a la visita de los astronautas, informan desde Business Insider. Parece que no hay duda de que la exploración llevada a cabo por los humanos en las misiones Apolo provocó que aumentaran los grados pero, ¿por qué?
Durante su visita los astronautas caminaron por la luna y condujeron el vehículo llamado ‘rover’ levantando así el regolito de la superficie, una capa de materiales no consolidados como fragmentos de roca, granos minerales y otros depósitos.
Esta alfombra de restos que recubre la superficie lunar tiene una tonalidad oscura, lo que provoca que absorba más la luz. Por lo tanto, dejar expuesto el regolito probablemente fuera lo que provocó que subieran las temperaturas debido a una mayor absorción del calor.
El reciente descubrimiento puede servir como advertencia para la próxima vez que el hombre ponga pie en la luna. Tan solo unas pequeñas alteraciones pueden provocar un cambio climático en la luna, por lo que deberán extremar el cuidado para que los instrumentos empleados afecten al entorno lo mínimo posible.