Lo llaman Brian. Fue un niño de la calle. Comenzó a drogarse “con cualquier cosa que tuviera a la mano” a los siete años de edad. Hoy tiene 28 y cuando le preguntan qué sueño fantástico le gustaría alcanzar en su vida dice sin duda: – Ninguno. Ya cumplí mi sueño: dejar las drogas y la calle. Él es uno de los tantos casos que la iniciativa Street Soccer ha rescatado de un destino fatal y cambiado la historia negra de la marginalidad hacia un rumbo donde el horizonte tiene forma de pelota de futbol.
Abraham Miranda, al frente de una organización que organiza campeonatos de balompié entre los niños y jóvenes de zonas desprotegidas, administra con ojo firme el presupuesto de una fundación que no cesa en el empeño de dar contención y arraigo a los seres que una sociedad materialista e indiferente pretende condenar al olvido y a la inanición. Campeonatos regionales, luego uno nacional y finalmente un mundial que este año se llevará a cabo en Ámsterdam, propician el milagro y la esperanza que refulgen en este reportaje.
Ciudad de México, 7 de junio (SinEmbargo).– En estos días, como contrapartida a los casos de corrupción denunciados por una fiscal estadounidense en contra de la FIFA, la máxima organización del futbol en el mundo, circula un video de la iniciativa “Feel my style”, que mucho ha conmovido a los internautas.
Titulado “Respect”, el video acumula escenas de abrazos entre jugadores, entre los ídolos y los fans que ingresan intempestivamente a la cancha de juego, de niños que miran embelesados el rostro de los futbolistas que admiran y a los que desean parecerse.
El video dura casi 10 minutos, pero vale la pena verlo. Los que aman el futbol, considerado sin exageración el deporte más bello del mundo, se reconciliarán con la mejor materia prima del balompié: los jugadores.
No amamos el futbol por lo que hay de futbol en encopetados escritorios de dirigentes millonarios. Lo amamos por los futbolistas y por las coreografías imposibles que generan en el césped los magos de la pelota.
YA CUMPLÍ TODOS MIS SUEÑOS
Lo llaman Brian, un nombre que ganó en la calle. Es menudo y sonriente, tiene los ojos más vivaces del mundo. Se acerca con timidez y cordialidad a la charla con SinEmbargo. Tiene un gran defecto: le va al América.
Cuando le preguntamos qué cosas le gustaría lograr en la vida, ahora que tiene tan sólo 28 años, dice que ya cumplió su sueño máximo y que todo lo que venga después será ganancia: Dejar las drogas.
“Consumí cualquier sustancia desde los siete años”, confiesa Brian, ex niño de la calle, hoy un joven rehabilitado que trabaja en el marco de Street Soccer, una ong subvencionada por Fundación Telmex y que se dedica a contagiar de futbol a niños que ya no tienen ningún sueño posible… mucho menos uno imposible.
“Ahora veo las drogas y trabajo con chicos que consumen, pero no me llaman la atención”, asegura con voz firme y mirando de frente. Claro, también le gustaría ser entrenador de algún grupo regional, pero por lo pronto, la vida le ha devuelto en bienestar el gran esfuerzo que ha hecho para rehabilitarse, salir de la calle y entrar a una cancha de futbol.
¿QUÉ ES EL STREET SOCCER?
Street Soccer o Futbol de la Calle corresponde a un concepto que da nombre a una asociación sin fines de lucro, destinada a asistir a niños, adolescentes y jóvenes marginales.
“Usando al deporte como una herramienta de cambio, tratamos que los chicos que participan con nosotros, vivan experiencias que los alejen de las drogas, de las calles y de estilos de vida poco saludables, y que al mismo tiempo, les devuelvan una imagen digna y respetable de sí mismos”, afirma el acta constitutiva de la asociación.
«Nuestra intención, es que al participar en cualquiera de los eventos propuestos por la asociación, la experiencia ayude a los muchachos a construirse desde una perspectiva distinta de la que socialmente se les ha dado. Los entrenamientos, las sesiones y la participación en los torneos se convierten entonces en espacios de transformación, donde el joven pasa de estar en situación de marginación, a tener status de actor social”, agrega.
“Organizamos el torneo De la calle a la cancha y trabajamos con torneos a nivel nacional e internacional, que culmina con un campeonato mundial en correspondencia con la organización Homeless World Cup”, explica en entrevista Abraham Miranda, presidente de Street Soccer México.
“Organizamos torneos en todos los Estados de la República, haciendo alianzas con los DIF locales, con Institutos de la Juventud, haciendo el acento en las comunidades de extrema pobreza y sacamos de esos juegos sacamos a jóvenes para conformar una selección femenina y otra masculina”, agrega.
Estas dos selecciones se quedan a cargo de nuestras alianzas, preparando a estos chicos para poderlos llevar a un torneo nacional, que habitualmente se realizan en el Zócalo de la ciudad de México.
De ahí salen dos selecciones nacionales mexicanas que van a representar a nuestro país en el Campeonato Mundial, a llevarse a cabo este año en Ámsterdam, Holanda.
“La pelota es un motivador muy grande para sacar a los niños y jóvenes de las drogas y de la calle”, asegura Abraham Miranda con entusiasmo.
El sentido de pertenencia y la motivación son elementos que se despliegan en la vida de un joven marginado luego de que haya sido convencido de ingresar a un centro de rehabilitación. Son procesos muy duros y desafiantes: dejar las drogas no es tarea fácil.
Para Miranda, mucho del problema radica en que el tratamiento de los centros de rehabilitación que el Estado pone a disposición de los ciudadanos contempla sólo el aspecto de la adicción. Muchas veces esos niños no tienen adónde ir luego de rehabilitarse, no tienen que comer y el hambre funciona muchas veces como una vía de regreso a las sustancias que hacen volar y olvidar la falta de alimento.
Street Soccer México nació hace 10 años, inspirado en la experiencia de Street Soccer Canadá. Una década de trabajo intenso que ha cambiado la vida de 20 mil jóvenes y niños marginados, contando sólo la participación en los torneos regionales.
“Dirigimos también un programa que se llama “Ligas formativas”, un programa educativo que nos permite trabajar en forma permanente con la comunidad en los que han sido llamados, por la Secretaría de Desarrollo Social, polígonos emergentes, sitios donde reinan la violencia, adicciones, embarazos de adolescentes y la pobreza extrema, por caso la Colonia Terremoto en San Luis Potosí”, explica Miranda.
Un cuestionario al inicio y otro al final de la intervención comprueba el éxito de la iniciativa. Niños que habían desertado de la escuela vuelven a clases, otros dejan las drogas y muchos deciden buscarse un destino de integración a través del deporte.
“Por supuesto que hay mucho por hacer y todavía hay demasiados jóvenes y niños en la calle, pero estamos trabajando también mucho para que la situación se mejore. Ahora, por ejemplo, estamos atendiendo a un grupo que vive debajo de un puente en Taxqueña”, cuenta el dirigente.
“Llegamos con una pelota en la mano y con el poder de la palabra abordamos a los jóvenes y tratamos de convencerlos. Se nos hace más fácil ahora que tenemos a muchos jóvenes rehabilitados y son ellos los que invitan a sus amigos y compañeros a rehabilitarse”, explica.
“Los recursos no alcanzan, porque la necesidad es muy grande e inicia con el problema diario: -¿Qué voy a comer hoy”, es la gran pregunta de los chicos. Quieren jugar pero no tienen tenis ni pantalones. Es ahí que llegamos para proveer lo más que podamos”, se emociona Abraham.
El hambre es la gran tragedia de los chicos que viven en la calle, no las drogas. Las drogas son la consecuencia del hambre y la marginación, no el motor.
“A veces pedimos un peso no para drogarnos, sino para comer un taco al día, por eso duele tanto cuando la gente en lugar de darnos un peso nos da un escupitajo”, cuenta Brian.
Abraham Miranda, como entrenador del seleccionado masculino, tiene muchos trofeos en su oficina, tres de ellos corresponden a un triple subcampeonato mundial de Street Soccer, donde México se ha erigido como una verdadera potencia.
“No hacemos aquí los mejores futbolistas, sino los mejores seres humanos”, afirma orgulloso el dirigente, sin dejar de admitir por ello que a menudo se encuentra entre sus equipos con verdaderos cracks del balompié.
Los torneos estatales están que arden. Pronto llegará la final en el Zócalo y luego el Mundial en Holanda.
Así las cosas, así el futbol de los sueños, el que cambia vida y mejora a las personas.
Más información en http://www.streetsoccermexico.org/