Después de siete semanas de estricto confinamiento en la ciudad china, basándose en una fuerte política de «cero COVID», el Gobierno de Shanghái contempla la posibilidad de paulatinamente regresar a las actividades normales tras un mayor control del brote de la enfermedad.
BEIJING, 13 de mayo (AP).— Shanghái volverá a intentar regresar a la normalidad en unos días luego de eliminar la transmisión de la COVID-19 entre la población, a medida que el brote vaya remitiendo en la ciudad más grande de China, dijo un funcionario el viernes.
El estricto confinamiento impuesto hace siete semanas en la ciudad, que se ha levantado y reforzado en algunas ocasiones para frustración de sus residentes, forma parte de la política de “cero COVID” del Gobernante Partido Comunista. Estas medidas tienen un costo económico cada vez más elevado y hasta la Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que puede ser insostenible.
El objetivo en Shanghái es lograr la “eliminación [del virus] en la sociedad”, lo que significa que los nuevos positivos se darían entre personas ya aisladas, apuntó el teniente de Alcalde de la ciudad, Wu Qing, en una conferencia de prensa. Esto permitiría una “apertura ordenada, un flujo [de población] limitado y una gestión diferenciada», agregó.
No se ha dado una fecha exacta más allá de mediados de mes, y Wu tampoco dijo cómo se llevaría a cabo la reapertura salvo señalar que la ciudad pretende restablecer gradualmente la producción industrial, la educación y los servicios médicos.
Las autoridades de Shanghái ya realizaron afirmaciones similares en el pasado, pero volvieron a imponer las restricciones incluso ante el descenso de los casos en la ciudad de 25 millones de habitantes.
Las quejas sobre la falta de comida y otras dificultades, y los videos publicados en internet que mostraban a residentes en la metrópolis y en otras zonas discutiendo con la policía han sido eliminados por los censores.
En Beijing, que registra un brote mucho más pequeño, se han ordenado más pruebas diarias, se suspendieron las clases y se decretó que, quienes puedan, trabajen desde casas. Además, los restaurantes solo pueden servir comida para llevar y muchas tiendas, lugares turísticos, bancos y oficinas gubernamentales están cerrados.
Algunas comunidades residenciales están aisladas y se advirtió a la población que evite moverse entre los distintos distritos de la capital.
Shanghái reportó el viernes dos mil 096 nuevos casos de COVID-19, de los cuales solo 227 mostraron síntomas. Beijing, por su parte, confirmó 50 contagios, en la línea con los datos de los últimos días.