La estrategia de militarizar la seguridad implementada por Felipe Calderón sigue cobrando víctimas y dando de qué hablar. Tras la difusión de la supuesta ejecución extraoficial en Palamarito, el ex Presidente señaló su apoyo a las Fuerzas Armadas, pero pidió que se investigue este hecho.
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Ciudad de México, 13 de mayo (SinEmbargo).- El ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa dijo este día que aunque aprueba el apoyo del Ejército en los operativos en Palmarito, Puebla, está a favor de que se investigue la supuesta ejecución extraoficial que quedó evidenciada en un video.
«Yo apoyo al Ejército, a las Fuerzas Armadas, [pero] desde luego eso no implica que deban actuar fuera de la ley y cuando hay alguna observación que se investigue», dijo a reporteros Calderón Hinojosa, quien por primera vez acompañó a Josefina Vázquez Mota a un mitin en Amecameca, Estado de México.
«El titular de la Secretaría de la Defensa Nacional tiene razón en exigir que las autoridades civiles, municipales, que cumplan con su responsabilidad de depurar los cuerpos policiacos y ministeriales […] para que la seguridad esté en manos de policías confiables y no de quienes trabajan para la delincuencia», sostuvo.
Los videos en los que aparece un militar disparando contra un civil desarmado durante los enfrentamientos en Palmarito el pasado 3 de mayo, han causado críticas contra la participación de las Fuerzas Armadas en este tipo de acciones.
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Ayer, el General Salvador Cienfuegos Zepeda, titular de la Sedena, reiteró que este operativo correspondía a los gobiernos locales, no a las fuerzas federales.
Por su parte, la organización #SeguridadSinGuerra expresó que “los lamentables eventos ocurridos el 3 de mayo en Puebla […] son prueba fehaciente de que la militarización de las tareas de seguridad pública conlleva el uso desmedido de la fuerza letal u otras graves violaciones de derechos humanos. Es predecible que de aprobarse la Ley de Seguridad Interior este tipo de situaciones continúen ocurriendo”.
La ONG señaló que los hechos de Palmarito, sumados a otros ya conocidos por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), como el de Tlatlaya, confirman que las actividades de seguridad pública no son propias las Fuerzas Armadas y que “desnaturalizan” – en palabras del Secretario de Defensa Nacional – las acciones del Ejército.