México, 13 May. (Notimex).- Especialistas del Instituto Nacional de Salud Pública destacaron que los problemas de obesidad y sobrepeso en el país iniciaron hace 50 años, lo que demuestra que no es consecuencia del gen del mexicano, sino por el entorno que ha generalizado comer mal, de más y el sedentarismo.
Durante la inauguración del Foro Internacional: Políticas de Combate de la Obesidad, los expertos resaltaron que para poder frenar este problema, es necesario legislar como se hizo con el tabaco, para frenar la venta de comida chatarra, pues la autoregulación de las empresas de alimentos industrializados no ha servido de nada.
Aunado a ello, subrayaron que en México el etiquetado sobre el contenido calórico y nutricional de los productos es un chiste, porque además de que no se entiende, son engañosos, pues dicen contener ciertos alimentos o nutrientes que no tienen.
En su participación, el fundador y director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública, Juan Rivera Dommarco, sostuvo que por malos hábitos en la alimentación, los mexicanos han acostumbrado a sus genes a comer de más, lo que se refleja en los problemas con el peso.
Sostuvo que ese problema que enfrenta México, donde siete de cada 10 adultos tienen problemas de sobrepeso y obesidad, así como tres de cada 10 niños, es consecuencia al entorno social, no por cuestión genética, porque ahora se tiene más acceso a los llamados alimentos chatarra y al bajo costo de productos de ese tipo.
«Tenemos que modificar el entorno, porque déjenme decirles que con los mismos genes, el humano no había experimentado este aumento de obesidad, a pesar de tener los mismos genes, de manera que el entorno es el que ha cambiado, y es el entorno el que debe ser modificado», sostuvo.
Agregó que ese entorno es global, «me refiero tanto al entorno de la información, el entorno físico de la disponibilidad de alimentos y bebidas y el entorno legal y regulatorio, que debe ser modificado, sin manera alguna, para lograr que en nuestro país se revierta esta tremenda epidemia de obesidad y sobrepeso».
En ese contexto, insistió en la necesidad de fortalecer una estrategia nacional multisectorial, que opere sobre el entorno regulatorio, de la información y el legal, que permita como país empezar a revertir esta «epidemia que está poniendo en riesgo la sobrevivencia de nuestra especie tal y como la conocemos».
En su oportunidad, el asesor regional en Alimentación Saludable y Vida Activa de la Organización Panamericana de la Salud, Enrique Jacoby, también advirtió de la urgencia de que México regule los alimentos chatarra, tal y como lo hizo con el tabaco y no dejarse intimidar por las grandes empresas trasnacionales.
Dijo que aunque están «contentos que tengamos tantos países que han decidido tomar la medida de acción regulatoria y contentos de que existan posibilidades, también dentro de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de ver que la OMS actúe en el Sistema de las Naciones Unidas y se tomen decisiones similares a las que tomó como el tabaco».
Consideró que se debe crear una convención marco a nivel mundial, como la que le dio valor a los países y a los gobiernos para actuar contra el consumo de tabaco, a pesar de la presión de la industria.