Los fieles reaccionaron con sorpresa, confesando que no sospechaban nada sobre la vida sentimental del clérigo, aunque no dudaron en expresarle su apoyo.
Ciudad de México, 13 de abril (RT).– El párroco de la iglesia de San Felice del municipio de Massa Martana, en la provincia italiana de Perugia, decidió renunciar al orden sacerdotal a raíz de haberse enamorado de una vecina de la localidad, informa la agencia ANSA.
Don Riccardo Ceccobelli anunció su decisión a sus parroquianos tras oficiar la misa el pasado domingo acompañado por el obispo de la diócesis de Orvieto-Todi, el monseñor Gualtiero Sigismondi.
«Amo y respeto a la Iglesia. No puedo dejar de ser coherente, transparente y correcto como siempre lo he sido hasta ahora. Mi corazón está enamorado, aunque nunca ha podido transgredir las promesas que hice. Quiero intentar vivir este amor sin sublimarlo, sin rechazarlo», explicó el cura, citado por medios locales.
Ceccobelli ya fue apartado del ministerio eclesial y comenzó los procedimientos para regresar al estado laico. Los fieles reaccionaron con sorpresa, confesando que no sospechaban nada sobre la vida sentimental del clérigo, aunque no dudaron en expresarle su apoyo.
«No lo esperábamos, pero, según el dicho, no puedes mandar a tu corazón, y don Riccardo demostró ser valiente y franco. Definitivamente, la suya debió ser una decisión difícil», expresó Marcello Granocchia, jefe de un grupo de donación de sangre.
«No estamos interesados en chismes y suposiciones y no creo que podamos permitirnos juzgar. Estamos acostumbrados a ver a los sacerdotes de otra forma, pero las cosas han cambiado y don Riccardo es un sacerdote moderno. Incluso los curas tienen sentimientos y él fue lo suficientemente honesto para decirlo tal y como es. No hay nada malo en ello», opinó Luciano Perni, director del centro social para mayores de la localidad.
«Me apena que nos esté dejando, será una gran pérdida para la comunidad. Él es un hombre exuberante, siempre dispuesto a arremangarse y a aventurarse a las cosas con entusiasmo. Su elección fue inesperada, pero debe ser respetada. Para mí y muchos otros continúa siendo un amigo que seguiremos apreciando», expresó Giovanni Barlozzari, jefe de la división local de la Cruz Roja.
De momento no ha trascendido el nombre de la mujer que llevó al religioso a colgar la sotana.