Los investigadores franceses determinaron que las pruebas psicológicas anuales para todos los pilotos «no son efectivas ni benéficas», a casi un año del siniestro en los Alpes franceses, en el que 150 personas perdieron la vida cuando un copiloto de Germanwings, en estado depresivo, estrelló el avión.
LE BOURGET, Francia, 13 de marzo (AP) — Investigadores franceses de seguridad aérea pidieron este domingo nuevas normas de aviación civil para exigir que los médicos alerten a las autoridades cuando la salud mental de un piloto pueda amenazar la seguridad pública, después de la muerte de 150 personas el año pasado cuando un copiloto de la aerolínea Germanwings estrelló un avión de forma deliberada en los Alpes franceses.
El copiloto de Germanwings, Andreas Lubitz, había recibido tratamiento por depresión en el pasado, y la investigación determinó que había acudido a consultas de decenas de médicos en las semanas previas al siniestro del 24 de marzo de 2015.
Pero ninguno de los muchos médicos informó a las autoridades de sus preocupaciones por su salud mental, indicó la agencia de investigación francesa BEA. Un médico derivó a Lubitz a una clínica psiquiátrica dos semanas antes del choque, indicó BEA en su reporte sobre el desastre.
«Los expertos encontraron que los síntomas (que presentaba en ese momento) podían ser compatibles con un episodio psicótico», dijo a la prensa Arnaud Desjardin, que dirigió la pesquisa. Esta información «no se proporcionó a Germanwings», añadió.
Como Lubitz no informó a nadie de las advertencias de sus médicos, señaló la BEA, «las autoridades o su empleador no habrían podido tomar ninguna medida para impedirle volar».
Germanwings su empresa matriz, Lufthansa, han rechazado de plano cualquier mala práctica que llevara al suceso, e insistieron en que el copiloto de 27 años estaba acreditado para volar.
Pero los familiares de los fallecidos han señalado a una serie de personas que, afirman, pudieron dar la alarma y detener a Lubitz, desde los días en que empezó su formación de piloto en 2008.
La pesquisa de BEA está separada de la investigación por homicidio de la fiscalía francesa para determinar si se exigen responsabilidades penales por el suceso. Su trabajo se centró en emitir recomendaciones para evitar incidentes similares en el futuro, en especial en materia de salud mental de los pilotos y de mejorar el proceso de certificación de los pilotos.
La agencia determinó que ese proceso de certificación no identificó los riesgos que planteaba Lubitz. Un factor que podría haber jugado un papel es «la falta de recomendaciones claras en la normativa alemana sobre cuándo la amenaza para el público supera» a la privacidad del paciente.
Las leyes de privacidad alemanas impiden la difusión de información personal sensible, aunque los médicos están autorizados a suspender la privacidad del paciente si existe un peligro concreto para la seguridad del paciente o de otras personas.
Desjardin señaló que la normativa de privacidad alemana es especialmente estricta y los médicos temen perder su empleo si informan innecesariamente de un problema a las autoridades.
«Por eso creo que hacen falta normas más claras para mantener la seguridad del público», dijo a la prensa el investigador, en una rueda de prensa en la ciudad gala de Le Bourget.
Las recomendaciones de la BEA incluyen también grupos de apoyo entre compañeros y otras medidas para eliminar el estigma y el temor a perder el empleo que sufren muchos pilotos al enfrentarse a problemas mentales.
Los médicos que atendieron la depresión y enfermedad mental de Lubitz se negaron a hablar con los investigadores de la BEA, de acuerdo con familiares de las víctimas, quienes conocieron el reporte desde el sábado.
Cuando iba media hora de vuelo, el capitán Patrick Sondenheimer entregó los controles a Lubitz y fue al servicio. Cuando regresó, Sondenheimer encontró la cabina cerrada desde dentro. Al parecer Lubitz desactivó el control que hubiera permitido al capitán abrir la puerta. Poco después, el Airbus A320 se impactó en los Alpes franceses, cerca del poblado Le Vernet.
Anteriormente, Lubitz había recibido tratamiento por depresión y tendencias suicidas, y documentos incautados por los fiscales muestran que ocultó parcialmente su historial médico a sus superiores.
Los investigadores franceses determinaron que las pruebas psicológicas anuales para todos los pilotos»no son efectivas ni benéficas», y en su lugar la BEA recomendó mayor supervisión al personal que ha tenido problemas mentales en el pasado.
Desde la tragedia, Germanwings cambió su nombre y ahora la aerolínea se llama Eurowings.