Ciudad de México, 31 de marzo (SinEmbargo).- Las redes sociales lo advirtieron y ayer se volvió realidad:
ALERT: JACK WHITE IS SIGNING THINGS. http://t.co/BcAzD3oW0Z #TIDALforALL pic.twitter.com/pDY9ihXasC
— Noisey (@NoiseyMusic) marzo 30, 2015
El relanzamiento del servicio de música en streaming Tidal acaparó menciones en todo internet hace apenas unas horas. Se trató sin duda del primer gran anuncio en materia tecnológica y musical de la recién estrenada primavera; pero, ¿por qué tanto alboroto?
Si bien, es cierto que cualquier proyecto en el que el señor White esté inmiscuido no es un asunto menor, su presencia –junto con la de otra docena de figuras del mundo de la música– significó más un show mediático que una fuente de respuestas para los curiosos.
Pero, para salir de dudas, mejor los hechos.
Adquirida en enero pasado por el rapero y empresario Jay Z, por la cantidad de 56 millones de dólares, Tidal pretende competir con otros grandes del servicio musical en línea como Spotify y Rdio. Sin embargo, a primera vista no parece ser más que otra aplicación que se unirá al panteón de los servicios musicales en línea.
De acuerdo con el sitio web de Tidal, este es el primer servicio de música en streaming que ofrece la mejor fidelidad de audio en comparación a la de los servicios existentes. En este caso, se tomó como ejemplo a plataformas como Spotify y iTunes, con una velocidad de 320 kbps y 256 kbs respectivamente, contra las que Tidal se ostenta como un rival ampliamente superior con hasta mil 411 kbps.
No obstante, en los últimos años ha quedado claro que a un gran número de cibernautas les tiene sin cuidado la calidad musical, siempre y cuando puedan acceder a la música de sus artistas favoritos sin restricciones y a la hora que quieran. Así lo demuestra la gran cantidad de usuarios de la red de redes que optan por escuchar álbumes completos en plataformas gratuitas como YouTube.
Buscando proporcionar una función extra a los servicio tradicionales Tidal ofrecerá la posibilidad de visualizar videos en alta definición que, a su vez, tendrán como característica principal una mayor calidad de sonido. Sin embargo, como muchos saben, es en la exclusividad en donde está la clave.
Así, de la misma manera en que será posible visualizar contenido exclusivo, curado por un equipo editorial, la aplicación también se ha hecho de los servicios de un buen número de artistas que le darán prioridad a Tidal para colocar su música. Otra cosa más: estos artistas también son sus propietarios.
De esta manera, los dueños de Tidal son: Alicia Keys, Beyoncé, Calvin Harris, Chris Martin de Coldplay, Daft Punk, Jason Aldean, J Cole, Win Butler y Régine Chassagne de Arcade Fire, Jay Z, Kanye West, Deadmau5, Madonna, Rihanna, Nicki Minaj, Usher y el ya mencionado Jack White.
Sin duda, se trata del sueño de todo músico. Tidal se convierte así en la primera plataforma digital de música que es propiedad de artistas y cuenta –de inicio– con un catálogo musical que se extiende a los 25 millones de canciones a las que se puede tener acceso por una cuota mensual de 19.99 dólares al mes, en el caso de la versión «Hi-Fi», y de 9.99 dólares para la opción más económica llamada simplemente «Premium». Hasta ahí todo bien, sólo queda solucionar un pequeño problema para conquistar el mundo: no se encuentra disponible en gran parte del orbe.
Así es. De modo que –para todos aquellos que no vivimos en Estados Unidos o en otro de los 30 países seleccionados inicialmente y de los cuales ninguna nación latinoamericana forma parte– el disfrute de Tidal tendrá que esperar por algún tiempo. Mientras tanto, el sitio web permite anotar la cuenta de correo electrónico de los interesados, a quienes se les dará prioridad de uso apenas se habilité este servicio en su región.
Con todo y sus «detalles», la maniobra de Jay Z suena bien. Sin embargo, es inevitable que también traiga a la mente el servicio de streaming del también rapero Dr. Dre, Beats Music, el cual fue anunciado con bombo y platillo el año pasado y aún permanece estancado, esperando su relanzamiento para junio próximo.
¿Se tratará este de un nuevo intento fallido por derrotar al todopoderoso Spotify y sus más cercanos competidores, o realmente Jay Z tiene en sus manos una nueva mina de oro que lo reafirmará como uno de los más grandes visionarios de la música del siglo XXI?