Ciudad de México, 21 de marzo (SinEmbargo).- La homeopatía no funciona para el tratamiento de condiciones médicas y las personas que la utilicen podrían poner en riesgo su salud al rechazar otras alternativas que sí cuentan con evidencia de efectividad, informó así el Consejo Nacional de Salud e Investigación Médica de Australia (NHMRC, por sus siglas en inglés).
«No hay evidencia de buena calidad que sustente la afirmación de que la homeopatía es eficaz en el tratamiento de condiciones de salud», es la frase contundente con la que las autoridades de salud australianas comienzan su posicionamiento publicado en días pasados.
Tras revisar más de mil 800 estudios, los expertos encontraron que sólo 250 de ellos cumplieron los criterios para ser incluidos en su examen de efectividad de la homeopatía.
«La revisión no encontró estudios de buena calidad, bien diseñados ni con suficientes participantes para apoyar la idea de que la homeopatía funciona mejor que un placebo o causa mejoras para la salud igual a éstos o a algún otro tratamiento», escribieron en un comunicado de prensa.
Aunque algunas investigaciones sí reportaron que la homeopatía era eficaz, la calidad de los estudios se evaluó como de mala calidad, por la poca inclusión de participantes, mal diseño y mala conducción para ser lo suficientemente confiables.
De acuerdo con el director del organismo, el profesor Warwick Anderson, «todos los tratamientos médicos e intervenciones deberían basarse en pruebas fiables. La revisión del NHMRC muestra que no hay evidencia de buena calidad para apoyar la afirmación de que la homeopatía funciona mejor que un placebo».
El experto incluso advirtió que su uso puede ser perjudicial para la salud si se utiliza para tratar enfermedades crónicas o graves.
«Las personas que eligen la homeopatía pueden poner en riesgo su salud si rechazan tratamientos para los cuales hay buena evidencia de su seguridad y eficacia. Las personas que están considerando la posibilidad de utilizar la homeopatía deben primero obtener el asesoramiento de un profesional de la salud certificado y mientras tanto mantener cualquier otro tratamientos prescrito».
Hizo un especial énfasis en que los médicos y practicantes de salud deben siempre ofrecer a sus pacientes las terapias basadas en la mejor evidencia disponible.
«A partir de esta revisión, la principal recomendación para los australianos es que no deben confiar en la homeopatía como un sustituto tratamientos eficaces», concluyeron.
«NHMRC también es consciente de las concepciones fuertemente arraigadas sobre este tema por lo que es importante tener en cuenta que el proceso fue completamente consultivo y que el público fue invitado a presentar información y pruebas, todo lo cual fue considerado por nuestro comité de trabajo de expertos.
¿QUÉ ES LA HOMEOPATÍA?
Esta técnica está basada en el principio de la relación de similitud, con el que diluidos de distintas sustancias totalmente naturales se intenta imitar los síntomas del paciente, para que en dosis bajas, lo termine aliviando.
En esta práctica no se busca aliviar enfermedades como un “estándar” si no que se concentra en las particularidades del individuo, bajo la creencia de que “no existe la tuberculosis, sino los tuberculosos”.
Además, funciona con el dicho de Primum non nocere o “primero no dañar”, con el que, al igual que en la medicina tradicional, se busca evitar todo efecto secundario de las terapias y sólo devolver la salud al paciente.
Las sustancias que los médicos, identificados con el naturalismo, utilizan para sus compuestos pueden ser de origen vegetal, mineral y animal.
Lissete García Salgado, médico cirujano egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México, dijo a SinEmbargo: ”considero que la práctica de la medicina homeopática no tiene bases científicas sólidas, pues se basa en la administración de dosis mínimas muy diluidas de sustancias de origen vegetal, mineral o animal, contenidas en pequeños glóbulos azucarados”.
Pese a que desde 1978, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció oficialmente la terapia homeopática, (no la normalizó ni regularizó), a lo largo de los años siguientes ha emitido diferentes informes en los que aconseja tomar precauciones sobre el consumo único de este tratamiento frente a enfermedades sobre todo crónicas.
En 2009 respondieron a la petición de un grupo de médicos ingleses y africanos que estaban preocupados por la popularización del uso de este tipo de medicamentos para atender el VIH/SIDA, la tuberculosis, la malaria, la diarrea infantil y la gripe común.
En su respuesta, la OMS fue muy clara: la homeopatía no es efectiva ni para la prevención, ni para la cura de estas enfermedades.
“Necesitamos que los gobiernos reconozcan el peligro de promocionar la homeopatía. Esperamos que difundiendo la postura de la OMS, conseguiremos apoyar a la gente que está luchando contra estas prácticas, potencialmente desastrosas”, dijo Robert Hagan, uno de los médicos integrantes del grupo The Voice of Young Science que mandó la carta.
Sin embargo, el uso de este tipo de remedios está extendido en 80 países, que la aceptan como una práctica complementaria a la medicina tradicional, dan cursos y certificaciones en escuelas de renombre.