Ciudad de México, 5 de marzo (SinEmbargo).- En los últimos 20 años, Björk Guðmundsdóttir es sinónimo de innovación en el mundo de la música. Sin embargo, en los últimos 20 años, no sólo los melómanos han recibido su tajada por parte de esta islandesa de 49 años de edad.
En 2013, Björk lanzó su futurístico álbum Biophilia en forma de app. A ello le siguió Vulnicura, filtrado meses meses antes de lo previsto a principios de este año, y Bjork ya tiene algunos planes innovadores sobre el mismo. La tendencia es clara: la cantante ha hecho de su fascinación por la tecnología el vehículo para poder transmitir su música.
En una reciente entrevista a Fast Company, la cantante habló, además de las indeseables filtraciones, sobre la retrospectiva que el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) inauguró el pasado sábado y del video musical para la canción «Stonemilker». El clip, dirigido por Andrew Thomas Huang, quien ya ha colaborado con la islandesa con el video del tema «Mutual Core», estará disponible para Oculus Rift. Björk sigue siendo apta para todo tipo de geeks.
Cuando se le preguntó sobre la razón por la que se inclina por este peculiar maridaje entre tecnología y música, bastante alejado de su coqueteo con las apps, Björk dice: «No puedes sólo trabajar con el gadget para el beneficio del gadget. También se trata de presupuestos. Puedes hacer aplicaciones a bajo costo. Las aplicaciones eran algo punk en realidad. Era como empezar una banda de punk de nuevo. Filmar para Oculus Rift no lo es.»
Oculus Rift es un casco de realidad virtual que está siendo desarrollado por Oculus VR. Técnicamente, se trata de un casco con un sistema que se ajusta a la cabeza de los usuarios de videojuegos y funciona como un monitor y control. Al mismo tiempo, los jugadores controlan al personaje que aparece en pantalla por medio de los movimientos de su cabeza y pareciera como si estuvieran dentro del mundo virtual. El Oculus se conecta a una computadora, en donde se genera la mayoría del procesamiento de imágenes que aparecen frente a ellos.
De momento la firma ha recibido el apoyo de compañías de videojuegos en Estados Unidos como Valve, Epic Games y Unity. Sin embargo, nadie de la industria de la música ha contemplado en sus planes utilizar este recurso. Hasta ahora.
No obstante, aunque se conozcan de sobra las capacidades del casco de realidad virtual, aún no hay pistas de cómo se verá el video; pero se espera que mantenga la tendencia de los anteriores proyectos, en donde el aspecto visual siempre va de la mano con la interacción tecnológica.
«Es fácil ser realmente íntimo [con la realidad virtual]. Es casi más íntimo que la vida real», dice la cantante. «También tiene esta loca calidad panorámica. Creo que es realmente emocionante», agrega.
Sin embargo, la islandesa también afirma que no piensa que este esfuerzo conjunto se quede aislado en un solo tema. «Cuando hice la app del álbum, se basaba todo en pantallas táctiles y en el hecho de que yo sabía que podía [crear] una escuela de música [virtual], un sueño desde mi infancia», dice, sobre la posibilidad de realizar un disco completo para esta plataforma virtual.
A pesar de esto, descarta el hecho de volver a involucrar a los escuchas durante la reproducción del disco. «Sólo hice ese álbum porque sentía como si tuviera contenido que tenía sentido que pudiera relacionarse con la tecnología», agrega.
DE MUSEO
Antes de esta nueva aventura, el último álbum estudio de Björk fue Biophilia, el séptimo en la lista de la artista islandesa, y fue lanzado en octubre de 2011 para sistemas operativos iOS y Android. La app, aún disponible para ser descargada, le permite a los escuchas «contribuir» con las canciones al reproducirlas con visuales interactivos en la pantalla, con la opción de grabar y guardar las versiones de los usuarios.
Casi tres años después, esta producción discográfica se convirtió en la primera app descargable en unirse a la colección permanente del MoMA. En última instancia, fue la interactividad la que le valió ganar un sitio en la colección.
«Con Biophilia, Björk verdaderamente innovó la forma en la que la gente experimenta la música, haciéndoles participar en la realización y haciendo la música y los visuales, en lugar de escuchar pasivamente», dijo entonces Paola Antonelli, curadora del MoMA, en el blog de esta institución.
«Es como todo: Es la forma en que la usamos [la tecnología]», dice Bjork respecto al formato de Biophilia que en su momento causó revuelo por lo distinto que era a los formatos convencionales. «Depende de qué tipo de historia que quieres contar. […] Hay todo tipo de música. Muchas de las canciones que escucho, no quiero oírlos como álbumes. Y luego hay otras a para las que necesito sentarme y escuchar».
«Siempre hay ese miedo de la aceptación de la herramienta. Tienes que definir la moralidad de la misma: ¿Vas a destruir con ella o vas a ser creativos con ella? Es una elección», agrega
Por otra parte, cabe destacar que el álbum de esta cantante no se trató de la primera aplicación que se unió a la colección del museo; tan sólo fue primera descargable. La primera aplicación fue en realidad de recolección de «Reactive Books» de John Maeda que consistía en una serie de ahora primitivos disquetes metidos dentro de libros físicos. Cómo han pasado los años.