Ciudad de México, 25 de febrero (SinEmbargo).- La reciente ganadora del Oscar a mejor largometraje animado Big Hero 6 es más que una colección de fantasías surgidas de un cómic. También hay algo de ciencia dura detrás de los robots suaves como Baymax, el protagonista de esta singular historia.
El robot inflable diseñado para cuidar a los humanos que aparece en el filme puede parecer tan poco viable como un árbol que dé dinero. Sin embargo, Chris Atkeson, profesor de robótica en la Universidad Carnegie Mellon (CMU, por sus siglas en inglés) en Pittsburgh se encuentra trabajando en una versión real de este autómata, aunque para la mala fortuna Big Hero 6, su creación no vendrá incluida con conocimientos de karate y armadura.
Tendemos a pensar en los robots como objetos rígidos hechos de acero y plástico, pero tal combinación no es siempre la mejor opción, sobre todo si tomamos en cuenta que los seres humanos no están hechos de tales materiales. Por otra parte, a medida que la población mundial envejece, se van haciendo necesarios más robots enfocados en el cuidado de los más viejos ya sea como enfermeros y acompañantes.
Sin embargo, para que dicho cuidado sea posible, es necesario que los autómatas –además de ser capaces de operar en un ambiente humano– no representen una amenaza y, sobre todo, que no tengan el potencial de causar lesiones.
«Creo que vamos a tener un gran problema [en el futuro] en la búsqueda de robots para cuidar a la gente» afirma Atkeson, quien además pone como ejemplo las peripecias por las que pasan los pacientes cuando incluso sus ayudantes son muy débiles para poder auxiliarlos. «Un robot blando sería suficiente fuerte para hacerlo.»
El enfoque de la universidad ubicada en Pittsburgh es el de desarrollar robots «suaves» que prescindan de los típicos engranajes y poleas, así como de su estructura dura, en favor de telas, globos y compuestos de plástico ligero con músculos artificiales neumáticos.
Tales robots acojinados no sólo serían más seguros para quien se encuentre cerca de ellos, sino que también serían más ligeros, barato, portátiles e incluso desechables parcialmente. Además, Atkeson y sus colegas ven en sus robots posibilidades de actuar como ponibles. Es decir, que podrían incorporarse en moldes y soportes para que los pacientes se apoyen y los ayuden de esta manera a restaurar la movilidad de las extremidades lesionadas de los humanos.
Sin embargo, Atkenson agrega además que hay dos retos principales para poder volver realidad un concepto como el Baymax: «Una de ellas es que tenemos que encontrar la manera de que los robots sean seguros cuando están muy cerca de las personas, para que puedan ayudar a vestir o peinarse. El segundo gran reto es dándole un cerebro. Tiene que ser tan inteligente como el Baymax en la película, así sabrá lo que debe hacer y cómo mantener una conversación y tal vez hasta encontrar la manera de ayudar a la gente.»
El equipo de Atkeson jugó un papel importante en el desarrollo de la película para el Baymax que apareció en la pantalla. No sólo explicaron la ciencia detrás del robot, sino que también hicieron posible que el personaje tuviera sentido visual. Sin embargo, no todo han sido noticias buenas para los desarrolladores. En noviembre pasado, el equipo trató de ejecutar una campaña para conseguir la financiación para una versión totalmente funcional de su creación robótica. Sin embargo, la campaña no tuvo éxito. Quizás ahora, con la fiebre por los premios Oscar, el proyecto vuelva a despegar.