Ciudad de México, 19 de enero (SinEmbargo).- Para enfermar por culpa del alcohol no es necesario ser un bebedor empedernido a lo largo de años, pues un reciente estudio descubrió que una sola borrachera puede debilitar el sistema inmunológico, facilitando la entrada y permanencia de infecciones.
«Ha habido bastante investigación, sobre todo en animales, que ha observado qué sucede después de que el alcohol ya ha dejado el sistema, por ejemplo un día después beber. Y se ha mostrado que si hay una infección o lesión, el cuerpo tendrá menos capacidad de defenderse», dijo el doctor Majid Afshar, profesor asistente de los departamentos de medicina y salud pública de los Sistemas de Salud de la Universidad de Loyola en Maywood, Illinois en declaraciones recogidas por MedLine.
Para llegar a esta conclusión los médicos analizaron muestras de sangre de ocho mujeres y siete hombres de entre 25 y 30 años de edad, 20 minutos después de haber tenido un atracón de alcohol, luego lo volvieron a hacer a las dos y cinco horas. A las muestras se les agregó bacteria potencialmente dañina.
Los encargados de la investigación pidieron a los sujetos beber cuatro o cinco copas de 1.5 onzas de vodka, dependiendo de su peso, y aunque todos ellos ya se habían emborrachado antes en su vida, no reportaron tener antecedentes personales y familiares de alcoholismo, además de que contaban con buena salud.
Las medidas consumidas son equiparables a una copa de vino o a una botella de cerveza, especificó el equipo en el documento publicado en la revista Alcohol.
Con la primera prueba, llevada a cabo a los 20 minutos, los expertos encontraron que el sistema inmunológico se había activado más, es decir, había niveles más altos de tres tipos de glóbulos blancos (leucocitos, los monocitos y las células «asesinas naturales»).
Sin embargo, a las dos y cinco horas siguientes la actividad de este sistema que ayuda al cuerpo a defenderse de infecciones, virus y agentes externos, estaban por debajo de los niveles en que se encuentran cuando un individuo está en sobriedad, con una reducción en los monocitos y las células «asesinas», y un aumento en la proteína Citoquina, que alerta sobre una baja en la actividad inmunitaria.
Afshar explicó que estos resultados pueden significar que si ya se tiene alguna infección en el cuerpo, ésta puede empeorar con el consumo excesivo de alcohol, o en su defecto, hará al organismo más susceptible a contagiarse con una, aunque, dijo, no pueden responderlo de forma directa.
«El punto es que no todo el mundo se da cuenta de que apenas un solo atracón de bebida puede ser nocivo. Éste fue un solo episodio en personas sanas, y esto es lo que hallamos, así que sin duda vale la pena explorarlo más», dijo.
MedLine cita además al médico Sean Patrick Nordt, profesor de la Universidad del Sur de California, cuando dice que no se deben de exagerar los resultados, «es realmente difícil determinar cuál es el riesgo para el sistema inmunitario relacionado con un episodio de consumo excesivo de alcohol, y qué podría relacionarse con la bebida crónica, que puede conducir a una mala nutrición en general y a problemas médicos crónicos», dijo.
De acuerdo con datos de el Instituto Nacional sobre el Abuso del Alcohol y el Alcoholismo de Estados Unidos, un atracón de bebida ocurre cuando los niveles de concentración de alcohol en la sangre llegan a 0.08 gramos por decilitros.
Los hombres pueden en promedio, llegar a este nivel luego de tomar cinco o más copas en dos horas, y las mujeres tras cuatro bebidas.