De acuerdo con Unicef, si continua la tendencia observada en los matrimonios a edad temprana, para el año 2030 la región tendrá uno de los índices más elevados de matrimonio infantil del mundo, solo por detrás del África subsahariana.
Panamá, 12 oct (EFE).- En Latinoamérica, una de cada cuatro mujeres contrajo matrimonio antes de los 18 años, una situación que tiene efectos perjudiciales como el abandono de los estudios y la exposición a la violencia por la pareja, indicó un informe difundido este viernes por Unicef.
Estos datos extraídos del «Perfil del matrimonio infantil y las uniones tempranas» refleja que a pesar de que cada vez más países de la región cuentan con leyes contra las uniones temprana, aún tiene vigencia, señaló un comunicado de la oficina regional de Unicef, con sede en Panamá.
«Las uniones tempranas o matrimonios infantiles dificultan que las mujeres jóvenes puedan desarrollar un proyecto de vida (…) no podemos mantener los ojos cerrados ante esta gran pérdida de potencial y derechos olvidados», dijo el director regional interino de Unicef para América Latina y el Caribe, Bernt Aasen.
El informe señala que las naciones que encabezan la prevalencia de matrimonios antes de los 18 años son: República Dominicana (36), Nicaragua (35), Honduras (34) y Belice (33), seguido de Guyana (30), Barbados y Guatemala (29); Brasil, México y Panamá (26). Mientras que los más bajos son Jamaica (8) y Trinidad y Tobago (11).
De acuerdo con Unicef, si continua la tendencia observada en los matrimonios a edad temprana, para el año 2030 la región tendrá uno de los índices más elevados de matrimonio infantil del mundo, solo por detrás del África subsahariana.
Esto estaría vinculado a que en Latinoamérica y el Caribe las niñas con mayor riesgo a enfrentar una situación de matrimonio infantil viven en áreas rurales, en hogares pobres y con menos acceso a la educación.
En cuanto a la maternidad temprana, el mismo informe arrojó que un 58 por ciento de las mujeres que se casó o unió durante la infancia dio a luz antes de los 18 años, y un 28 por ciento antes de cumplir los 20 años.
«Si no actuamos ahora contra las uniones tempranas y el matrimonio infantil el presente y futuro de las adolescentes están en riesgo por el fuerte impacto que tiene la maternidad temprana, los riesgos elevados por la violencia de pareja y las consecuencias del abandono escolar», dijo por su parte la asesora regional de Género en Unicef para América Latina y el Caribe, Shelly Abdoll.
Mencionó que si no se interrumpe esta cadena de consecuencias, el ciclo se repetirá en las próximas generaciones, y agregó «¿Hasta cuándo seguiremos callados ante esta brutal reproducción de la desigualdad?».
En cuanto a la salud reproductiva, en toda la región, alrededor de un 25 por ciento de las mujeres jóvenes no ven satisfechas sus necesidades de anticonceptivos con métodos modernos.
Ante esta situación, Unicef junto al Fondo de Población de las Naciones Unidas y ONU Mujeres trabajan con varios actores en la región para revertir las tendencias alarmantes e históricas, al colocar a niñas y adolescentes al centro de las soluciones.
Las tres agencias internacionales piden un mayor alineamiento de los marcos nacionales a las normas internacionales, programas robustos para apoyar el empoderamiento de las niñas y adolescentes; y políticas y servicios que prevengan el matrimonio infantil o las uniones tempranas.
En la actualidad, el matrimonio infantil se ha posicionado con firmeza en la agenda de desarrollo global, en especial a través de su inclusión en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, especialmente el objetivo número 5 sobre Igualdad de género, cuyo fin es erradicar esta práctica para el año 2030.