Rosario Cruz, originaria de San José Chiltepec, en el sureño estado de Oaxaca, viajará a Europa acompañada de los elementos que la acompañan siempre en su cocina: chiles endémicos de su región, cucharas y medidas de madera, una piña adornada con listones de colores como distintivo personal y un molcajete, utensilio de piedra que sirve para moler especias en México.
Oaxaca (México), 8 sep (EFE).- La mexicana Rosario Cruz, una mujer indígena chinanteca de 53 años, es una de las 400 cocineras tradicionales que serán reconocidas como «Guardianas de la Tradición» en el primer Congreso Internacional de Guisanderas y Cocineras Tradicionales.
Este evento se celebrará a mediados de septiembre en Asturias, España, y galardonará a esta cocinera por su aportación a la gastronomía mundial al preservar las recetas originales de la comida mexicana.
Originaria de San José Chiltepec, en el sureño estado de Oaxaca, viajará a Europa acompañada de los elementos que la acompañan siempre en su cocina: chiles endémicos de su región, cucharas y medidas de madera, una piña adornada con listones de colores como distintivo personal y un molcajete, utensilio de piedra que sirve para moler especias en México.
Este último instrumento de cocina que sostiene con sus manos tiene su historia, tal y como explicó este miércoles a Efe: «Este molcajete es el más viejito que tengo, tiene la edad que tengo yo cocinando, 35 años y ya está desgastado».
La mujer nunca imaginó viajar a Europa acompañada de esta herencia de su madre, quien la instruyó en las técnicas de la cocina y le inculcó el amor por los alimentos, que tratados con sus manos se transforman en guisos.
Rosario -la hija menor en una familia con 15 hermanos, 8 mujeres y 7 hombres- todavía recuerda cuál fue su primer acercamiento con la cocina tradicional de su región, cuando tuvo que cocinar 500 tacos de picadillo (pollo, tomate, cebolla y chiles) para una fiesta.
«Quedaron tan bien que inmediatamente supe que me dedicaría a esto. Y ahora hasta allá (España) me voy a ir a mostrar lo que me enseñó mi mamá», subrayó.
Mientras adereza con ajo y especias el estofado sotaventino, un platillo original y nativo de la región chinanteca de Oaxaca, compuesto por carne de pollo acompañada de tomate, chiles, cebolla y su sazón secreta, la mujer expresa el sentimiento que le produce haber sido seleccionada para llevar la comida oaxaqueña al mundo.
«Primero ni me la creía y ahora estoy muy contenta. (…) Dios no se equivoca y hoy me toca poner en alto mi país y sobre todo a Oaxaca», afirmó la mujer, que enviudó debido a la pandemia de COVID-19.
Y agradeció la oportunidad de quienes la promovieron para esta distinción, que le permitirá consolidar su trabajo como cocinera y, por ende, dar a conocer sus recetas y obtener recursos para que sus dos hijos concluyan sus estudios académicos.
Asturias acogerá FéminAs, el primer Congreso Internacional de Gastronomía, Mujeres y Medio Rural que se celebrará en el Principado entre el 13 y 15 de septiembre y en el que se analizará el rol que desempeñan las mujeres en todo el mundo como guardianas de la cocina tradicional.
Organizado por Vocento Gastronomía y con el Principado de Asturias como promotor institucional, FéminAs pretende rendir homenaje a las mujeres vinculadas al mundo de la cocina y al medio rural y convertirse en un evento único de apoyo y defensa a las actividades que redunden en la visibilización de la mujer en la hostelería y el sector primario, así como en la concienciación social para la defensa de la sostenibilidad más necesaria, la de las comunidades rurales.