El peso mexicano es arrastrado a la baja ante una mayor demanda del dólar como activo de refugio en el mercado internacional. Además, resintió las preocupaciones de que un posible deterioro en la salud de la candidata presidencial demócrata, Hillary Clinton, pueda beneficiar a su rival republicano Donald Trump. El billete verde se vende hasta en 19.47 pesos en ventanillas de Bancomer –29 centavos más que al cierre de la jornada anterior– mientras que en su cotización interbancaria alcanza máximos no registrados desde la votación a favor del Brexit, al intercambiarse en 19.08 unidades.
Ciudad de México, 12 de septiembre (SinEmbargo).– Este lunes la moneda mexicana continuó debilitándose frente al dólar en medio de las preocupaciones de que un deterioro en la salud de la candidata presidencial demócrata, Hillary Clinton, pueda beneficiar a su rival republicano Donald Trump. El billete verde cerró a la venta hasta en 19.47 pesos en ventanillas de Bancomer –29 centavos más que al cierre de la jornada anterior–, mientras que en su cotización interbancaria alcanzó los 18.93, 0.15 centavos menos que los máximos alcanzados esta mañana y que no se veían desde la votación a favor del Brexit, al intercambiarse en 19.08 unidades.
De acuerdo con CI Banco, las monedas de naciones emergentes, incluido el peso mexicano, se ven sometidas a la baja como respuesta a la fortaleza del dólar en el mercado internacional.
En el caso de México, explicaron en un comunicado, el dólar puede llegar esta semana los 20 pesos. El máximo histórico de este año es de 19.71, el cual se alcanzó el 11 de febrero.
Aunado a esto, el peso resintió las preocupaciones por la neumonía de la candidata presidencial demócrata, Hillary Clinton.
Un reporte de Banco Base señaló que un deterioro en la salud de Clinton podría elevar las preferencias por Trump, lo cual es visto con nerviosismo por los mercados globales y afectaría de manera particular al peso mexicano.
Banorte-Ixe, por su parte, mencionó que «estaba generando cierta preocupación» el hecho de que Clinton haya cancelado un viaje a California programado para este lunes luego de haberse retirado de un evento el domingo por una neumonía que padece.
En el mercado energético, los precios del petróleo abrieron con un descenso. El barril de Texas retrocedió 1.53 por ciento y cotizaba a 45. 18 dólares el barril, pero subió 0.89 por ciento y cerró en 46.29 dólares, recuperando parte de las fuertes pérdidas del viernes y en medio de relativa normalidad de los mercados.
El Brent registró un precio de 47.31 dólares, lo que representa una caída del 1.45 por ciento frente al cierre del viernes. Cerró en 48.32 dólares, un 0.64 por ciento más que al término de la sesión anterior.
Por su parte, la Bolsa Mexicana de valores (BMV) registró una pérdida de 0.58 por ciento a media sesión y el Índice de Precios y Cotizaciones (IPC), cedió 0.58 por ciento, quedando en 46,187.73 puntos, influenciado por la creciente incertidumbre sobre el alza de tasas de la Reserva Federal (Fed). Sin embargo al cierre de la jornada terminó con una alza de 0.56 por ciento y el IPC cerró en las 46 mil 720.96 unidades.
En tanto, Wall Street amplió las ganancias y hacia la media sesión el Dow Jones, su principal indicador, subó un 0.70 por ciento impulsado por el sector tecnológico y el sanitario y pese a la incertidumbre sobre los tipos de interés en Estados Unidos.
Diversos economistas mantuvieron las previsiones de que la economía seguirá creciendo los dos años próximos, aunque volvieron a rebajar sus expectativas sobre el volumen de ese crecimiento.
La mediana de la estimación de expertos encuestados por la National Association for Business Economics (NABE) indicó un crecimiento del producto interno bruto del 1.5 por ciento este año, por debajo del 1.8 por ciento previsto en junio.
La previsión para el año que viene es de un crecimiento del 2.3 por ciento.
Además, el 81 por ciento de los encuestados dijeron que no esperan que la economía estadounidense toque techo al menos hasta 2018.
La asociación señaló que su informe de septiembre, difundido hoy, es el cuarto sondeo trimestral consecutivo en el que los economistas participantes han rebajado sus expectativas de crecimiento del PIB en 2016.
El grupo señaló a una menor previsión de inversiones corporativas como principal motivo, si bien las preocupaciones sobre el resultado de las elecciones presidenciales de noviembre también han sido un factor. Poco más de la mitad de los economistas consultados dijo que la incertidumbre electoral había tenido un impacto «negativo moderado» en su previsión del PIB para este año.
La asociación añadió que el 56 por ciento de los encuestados dijo ver la posibilidad de una victoria de Hillary Clinton como un efecto neutral en sus expectativas. El 60 por ciento dijo que una victoria de Donald Trump tendría un efecto negativo.
Por el lado bueno, los economistas no esperaban que las expectativas reducidas del PIB se extendieran al gasto del consumidor. La previsión mediana en el consumo real personal es de un crecimiento de 2.7 por ciento en 2016 y el 2.6 por ciento en 2017.
Ambas predicciones suponen un aumento de 0.1 puntos porcentuales respecto a los datos de junio.
Además, el panel esperaba unos beneficios corporativos planos en 2016, mejor que la mediana de un 2 por ciento de declive estimada en junio. Para 2017 esperan un aumento del 4.2 por ciento.
El sondeo a 46 expertos se realizó entre el 8 y el 25 de agosto.
–Con información de EFE y AP