Uno de los pilares del pacto fiscal global, aboga por imponer un tipo mínimo del impuesto de sociedades de al menos el 15 por ciento a las empresas con una facturación de al menos 750 millones de euros.
Bruselas, 12 julio (EFE).- La Secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, instó este lunes a todos los países de la Unión Europea (UE) a unirse al acuerdo global sobre fiscalidad para multinacionales que el sábado apoyó el G20.
Asimismo, llamó a que la UE mantenga las medidas de apoyo a la economía durante 2022 y a que los Estados miembros consideren otras nuevas en el futuro.
Yellen se pronunció en ese sentido durante un debate que mantuvo hoy en Bruselas con los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona (Eurogrupo) y del resto del club comunitario.
«Esperamos que todos los Estados miembros de la UE se unan al consenso», afirmó en la reunión, tras referirse de manera explícita al segundo pilar del pacto fiscal global, que aboga por imponer un tipo mínimo del impuesto de sociedades de al menos el 15 por ciento a las empresas con una facturación de al menos 750 millones de euros.
Según la declaración que publicó el Departamento del Tesoro, Yellen subrayó ante los ministros de los Veintisiete que se necesitan «fuentes de ingresos sostenibles que no dependan de gravar aún más los salarios de los trabajadores y exacerbar las disparidades económicas que todos estamos comprometidos a reducir».
«Necesitamos poner fin a que las corporaciones transfieran ingresos de capital a jurisdicciones de impuestos bajos y a que recurran a trucos contables que les permitan evitar pagar su parte justa» de impuestos, dijo.
Aseguró que la carrera «a la baja» en el ámbito del impuesto de sociedades «debe terminar».
El 1 de julio, 130 países y jurisdicciones de los 139 que forman parte del llamado marco inclusivo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se sumaron a un acuerdo que abre la puerta a una nueva fiscalidad de las multinacionales.
Entre los países que no se han sumado, figuran miembros de la UE, como Irlanda, Estonia o Hungría.
Los ministros de Finanzas del G20 respaldaron el sábado ese pacto durante una reunión celebrada en Venecia.
El sistema fiscal se sustenta en dos pilares; el primero concierne a todas las compañías con una facturación mundial superior a los 20 mil millones de euros y con una rentabilidad (relación entre beneficios e ingresos) superior al 10 por ciento.
Los países en los que esos grupos obtengan ingresos superiores a un millón de euros (o a 250 mil, en el caso de pequeños Estados) tendrán derecho a recibir una parte del impuesto que habrán de abonar.
El segundo pilar es el impuesto de sociedades de al menos el 15 por ciento.
LAS DUDAS DE IRLANDA
En la rueda de prensa posterior a la reunión de ministros, el presidente del Eurogrupo y titular de Finanzas irlandés, Paschal Donohoe, aseguró que Dublín seguirá «implicándose en la negociación y el proceso en la OCDE hasta octubre», cuando se espera haber concluido el trabajo técnico que permitirá implementar el acuerdo global.
Si bien Irlanda rechaza por el momento respaldar el pacto, Donohoe dijo que quiere ver un acuerdo en la OCDE.
«Voy a hacer mi parte para ver si Irlanda puede ser parte de esto y si podemos apoyarlo más tarde este año», apuntó.
En paralelo a la negociación global, la Comisión Europea preparaba una propuesta para tener un impuesto comunitario sobre las grandes empresas digitales que funcione como recurso propio para financiar el presupuesto de la UE.
EU desconfiaba de esa iniciativa y Bruselas anunció hoy que la deja en suspenso para concentrarse en las labores técnicas que aún se deben realizar para poder implementar el acuerdo de la OCDE respaldado por el G20.
El intercambio con la secretaria del Tesoro estadounidense permitió, igualmente, tratar «los desafíos que en la actualidad afronta la economía global, empezando, por supuesto, por nuestra lucha contra la COVID», señaló Donohoe.
¿MÁS APOYO?
Ante los ministros, Yellen también subrayó que la respuesta Fiscal de la UE y sus Estados miembros a la crisis del coronavirus fue «decisiva y sin precedentes» y que el BCE reaccionó «rápido y con fuerza».
Apuntó que en un contexto en el que «la incertidumbre sigue siendo alta», es «importante» que la política fiscal proporcione apoyo durante 2022 y que, en adelante, los Estados «consideren seriamente medidas fiscales adicionales para asegurar una recuperación robusta» y «duradera».
Opinó que una parte fundamental de esa recuperación es crear un marco fiscal para la UE «con suficiente flexibilidad para permitir a los países responder con fuerza a crisis e invertir», pero también destacó la importancia «crítica» de la sostenibilidad fiscal «a largo plazo».
Los ministros de la eurozona, ya a solas, trataron la situación fiscal del área del euro y las perspectivas para 2022, año en el que mantendrán el apoyo a la economía.
El Eurogrupo considera que el respaldo fiscal previsto «parece suficiente» ante las circunstancias actuales, detalló Donohoe.
La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, aprovechó su participación en el Eurogrupo para presentar la decisión del emisor europeo de subir su objetivo de inflación al 2 por ciento.