De acuerdo con lo aseverado por el equipo de López Obrador, entre las 13:00 y 14:00 horas locales, la delegación estadounidense se desplazará las oficinas de transición del izquierdista, ubicadas en la céntrica colonia Roma de la capital.
Durante la visita, los secretarios estadounidenses tratarán con miembros del próximo Gobierno mexicano temas de seguridad, migración, comercio y cooperación para el desarrollo.
Por Isabel Reviejo
México, 12 de julio (EFE).- El futuro Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se reunirá mañana con una delegación de altos funcionarios estadounidenses encabezada por el Secretario de Estado, Mike Pompeo, en una visita con carácter simbólico en la que también se empezará a definir la nueva etapa de la relación bilateral.
En la comitiva que llegará mañana y que también se reunirá con el actual mandatario, Enrique Peña Nieto, estará el asesor y yerno del Presidente Donald Trump, Jared Kushner; la Secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen; el Secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y el encargado de Negocios de la embajada de Estados Unidos en México, William Duncan.
Se trata del primer acercamiento en persona entre el equipo de López Obrador, ganador de las elecciones del 1 de julio con 53.19 por ciento de los votos, y el Gobierno de Trump, quien ya ha hablado vía telefónica con el líder del Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
En primer lugar, la delegación conversará con Peña Nieto en la residencia oficial de Los Pinos. Asimismo, está previsto que Pompeo se reúna con el Secretario de Relaciones Exteriores de México, Luis Videgaray.
De acuerdo con lo aseverado por el equipo de López Obrador, entre las 13:00 y 14:00 horas locales (18.00-19.00 GMT) la delegación estadounidense se desplazará las oficinas de transición del izquierdista, ubicadas en la céntrica colonia Roma de la capital.
Durante la visita, los secretarios estadounidenses tratarán con miembros del próximo Gobierno mexicano temas de seguridad, migración, comercio y cooperación para el desarrollo.
«Es una delegación del más alto nivel, lo cual es un buen síntoma y una buena señal en continuación a la conversación que tuvo el presidente Donald Trump con el próximo presidente» mexicano, dijo esta semana Marcelo Ebrard, designado por López Obrador, como futuro Canciller.
Pese a que el futuro encargado de las relaciones exteriores de México ha llegado a declarar que el trato recibido por México de Estados Unidos ha sido «terrible», el respeto mutuo ha encauzado los primeros pasos entre Trump y López Obrador.
El mandatario estadounidense fue de los primeros en felicitar al izquierdista el 1 de julio, menos de dos horas después de que los sondeos a pie de urna le dieran como ganador.
«Estoy muy deseoso de trabajar con él. ¡Hay mucho que hacer que beneficiará tanto a Estados Unidos como a México!», escribió Trump en Twitter.
Tras esto, López Obrador manifestó que «tenderá la mano» al Gobierno del país vecino, con el que México atraviesa unos tensos momentos por la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y por las diferencias en los asuntos migratorios.
El futuro Presidente, quien ha resaltado los numerosos intereses comunes que el país guarda con Estados Unidos -con el que además comparte más de tres mil kilómetros de frontera-, ha invitado de manera no formal a Trump a su toma de posesión, propuesta que el estadounidense está estudiando.
La visita tiene «un carácter simbólico y un valor real», señaló a EFE Jorge Schiavon, académico del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
Aunque estas reuniones son habituales durante la transición entre un Gobierno y otro, el hecho de que López Obrador, en un gesto insólito, haya nombrado a los miembros de su gabinete presidencial desde hace meses favorece que ya se «empiece a trabajar en temas concretos» con los funcionarios estadounidenses, expuso.
Este encuentro, además, «tiene que ver con el reconocimiento incuestionable de López Obrador», quien ganó con una ventaja de puntos porcentuales por encima del segundo lugar.
Schiavon señaló que haber elegido a Ebrard como Canciller «marca un esquema de continuidad» para el próximo sexenio presidencial (2018-2024), en la línea de lo que se ha dado en el servicio exterior mexicano, que se ha caracterizado por ser «altamente profesional».
Probablemente, agregó el académico, el próximo Gobierno seguirá teniendo muy presente que la relación con Estados Unidos es «fundamental», pero también se verá un «más marcado acercamiento hacia los países de América Latina para mandar la señal de que México es un país de pertenencias múltiples».