La cacería de Joaquín Guzmán Loera, «El Chapo», habría abierto la supremacía de los cárteles en México «a alguien aún peor»: Rubén Oseguera Cervantes, alias «El Mencho», líder del Cártel Jalisco Nueva Generación, alerta la revista Rolling Stonee en un reportaje dedicado a este capo.
La celebre publicación hace un repaso del ascenso de Oseguera Cervantes tras la muerte de Ignacio «Nacho» Coronel, el rompimiento con el Cártel de Sinaloa, el triunfo que le dio el control de Jalisco y el jugoso negocio de la metanfetamina, que lo convirtió líder de la, posiblemente, organización criminal más importante de México.
Poco se sabe de este ex campesino, ex migrante y ex policía, cuyo cártel opera hoy en «docenas de países en seis continentes y controla un territorio que abarca la mitad de México, incluyendo ambas costas y ambas fronteras», pero su forma de operar –reflejado en episodios en el que la violencia extrema es la norma– muestran a un hombre con «cero respeto por la vida humana».
Esa característica también podría ser su sentencia, dice la revista. De acuerdo con agentes mexicanos y estadounidenses consultados por Rolling Stone, aparentemente redujo sus matanzas con alto impacto mediático cuando se convertía en el «enemigo público número uno» de México y EU apretaba las finanzas de su organización. Para ello, sostienen, usó el proceso de recaptura de «El Chapo», pues los esfuerzos para someter a la justicia al sinaloense quitaron los reflectores sobre él. Un antiguo agente de campo de la DEA afirma que será difícil que «El Mencho» sea detenido y extraditado: «Me sorprendería que lo capturaran vivo».
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Ciudad de México, 13 de julio (SinEmbargo).– La cacería y posterior detención de Joaquín Guzmán Loera, «El Chapo», «pudo haber abierto la puerta a alguien aún peor»: el Cártel de Jalisco Nueva Generación, liderado por Rubén Oseguera Cervantes, alías «El Mencho, sostiene la revista Rolling Stone.
El legendario medio publica en su página web un reportaje titulado «El ascenso brutal de El Mencho», en el que expone el origen humilde del capo mexicano, su iniciación en el narcotráfico, su integración a los grandes cárteles del país, su ruptura con ellos, el comienzo de su empresa criminal y el rápido ascenso de su organización en una de las más poderosa que existe en México.
El reportaje firmado por el periodista Josh Eells se basa en entrevistas con agentes de Estados Unidos y mexicanos, así como en documentos oficiales y personajes que conocieron al líder del CJNG. Oseguera Cervantes, dice, nació el 17 de julio de 1966 en el pueblo de Naranjo de Chila, Michoacán, y tiene cinco hermanos.
«El joven Rubén abandonó la escuela en el quinto grado y comenzó a trabajar en el campo; a los 14 años se había graduado para proteger los cultivos de marihuana», afirma el texto.
En 1986, continúa el reportaje, el joven Osegura vivía en el Área de la Bahía, en San Francisco, California, donde fue arrestado por posesión de artículos robados y un arma cargada, y aunque no está claro cuando inició en el negoció del tráfico de drogas en EU el texto cita que «según Univision, cruzó la frontera varias veces más durante los últimos años ochenta, contrabandeando drogas bajo una variedad de alias (Rubén Ávila, Roberto Salgado). Según la DEA y los informes mexicanos, también fue durante este tiempo que obtuvo su introducción al comercio de metanfetamina».
El reportaje plantea que su cuñado Abigael González Valencia, «El Cuini», educó a Oseguera Cervantes sobre el negocio de las drogas.
En 1989 fue detenido junto a su hermano mayor, Abraham, por venta de drogas. El joven Rubén Oseguera fue obligado a declararse culpable para evitar que se dictara una cadena perpetua a su hermano. Ya en enero de 1997 salió de prisión con libertad condicional y luego fue deportado a México, donde se enrolaría como policía estatal en Jalisco.
DEL CÁRTEL DE MILENIO AL CJNG
El reportaje plantea que Oseguera Cervantes se integró al Cártel del Milenio cuando éste ya estaba convertido «esencialmente en una filial [del Cártel] de Sinaloa».
Al mando de Ignacio «Nacho» Coronel, el ex policía se convirtió en estratega de seguridad y contrainteligencia de la facción del cártel que controlaba Jalisco y que desde entonces era líder en el comercio y producción de metanfetamina. «Gracias a su experiencia en Estados Unidos, Mencho estaba bien posicionado para tomar ventaja», destaca el periodistaJosh Eells.
En 2009, expone el reportaje, el próximo capo «había ascendido a través de las filas del cártel para convertirse en un importante teniente» en el Cártel del Milenio. Meses después, uno de los líderes del cártel fue arrestado y, pasados otros nueve meses , el propio «Nacho» Coronel fue asesinado. «De repente, los dos principales jefes de Jalisco habían sido sacados de la mesa. Un ambicioso Mencho se adelantó para ocupar su lugar».
Sin embargo, el cártel entregó el mando a otro de sus colegas y como segundo al mando «inició su propio grupo disidente, que pronto declaró la guerra a [los cárteles del] Milenio y Sinaloa. Los combates se intensificaron en las calles de Guadalajara, destruyendo la tregua de larga data de la ciudad, y la tasa de homicidios de Jalisco se duplicó con creces».
«Los tipos que eran leales al [Cártel] Milenio fueron asesinados […]. Todo el mundo se vio obligado a huir, y Mencho ganó –ese fue el comienzo del CJNG», explica al medio estadounidense el agente especial Kyle Mori, integrantes de la división de campo de DEA en Los Ángeles.
En un inicio, plantea la revista, el CJNG se presentó en un inicio como una especie de «salvadores» que estaban «luchando contra Los Zetas por el pueblo de México».
Pero en la guerra contra las drogas, «en realidad no hay Robin Hoods en México», destaca Scott Stewart, analista de la firma de seguridad Stratfor, y «pronto se reveló que CJNG no eran buenos chicos en absoluto, sino sólo otro cártel tratando de proteger su naciente imperio de metanfetamina».
La violencia que caracteriza al cártel, afirma la publicación, es una muestra.
«Mencho también ha mostrado un salvajismo que es extremo incluso para los estándares del narco. Para El Chapo, sin duda brutal, el asesinato era una parte necesaria de los negocios. Para Mencho se parece más al sadismo como espectáculo público. Ha habido asesinatos masivos, como los 35 cuerpos atados y torturados arrojados en las calles de Veracruz durante la hora punta de la tarde de 2011. Dos años más tarde, los integrantes del CJNG violaron, mataron y prendieron fuego a una niña de 10 años a quien ellos (equivocadamente) creyeron hija de un rival. En 2015, los asesinos de CJNG ejecutaron a un hombre ya su hijo en una escuela primaria detonando palos de dinamita pegados en sus cuerpos, riéndose mientras filmaban la espantosa escena con sus teléfonos».
«Es como un material de ISIS […]. La manera en que matan a la gente», dice en entrevista a Rolling Stone un agente de la DEA que ha investigado al cártel.
A estos hechos se suma el asesinato de 15 policías federales, en Ocotlán, en 2015 y semanas después la emboscada contra elementos de la Fuerza Única, en Puerto Vallarta, que dejó un saldo de 15 efectivos de élite sin vida. Y en mayo de ese año, la ejecución de ocho soldados y un policía durante tras el derribo de un helicóptero militar en un operativo de captura contra «El Mencho» en Villa de Purificación, Guadalajara.
«La comparación con ISIS es instructiva por otra razón. Cuando Chapo estuvo a la altura de su poder, siguiendo las sangrientas guerras de cártel de México de hace una década, el país disfrutó de un período de relativa paz, lo que el cronista novelista y narcotraficante Don Winslow llamó ‘Pax Sinaloa’. Pero, al igual que la forma en que el Estado islámico creció a partir del vacío del Irak post-Saddam, una consecuencia involuntaria de sacar Chapo puede haber estado abriendo la puerta a alguien aún peor», destaca el reportaje de la icónica revista.
El origen de la violenta forma de operar de CJNG se podría explicar, sostiene el medio, como parte de un esquema de negocio que no depende de alianzas con organizaciones del continente para producir su negocio estrella: la metanfetamina.
«El CJNG se especializa en metanfetamina, que tiene mayores márgenes de beneficio que la cocaína o la heroína. Al centrarse en los lucrativos mercados extranjeros de Europa y Asia, el cártel ha mantenido un perfil bajo en Estados Unidos y ha construido un enorme cofre de guerra, que según algunos expertos vale 20,000 millones de dólares. ‘Estos chicos tienen mucho más dinero que Sinaloa’, dice un ex agente de la DEA que pasó años cazando el cártel en México (y que pidió el anonimato por razones de seguridad). Según otro investigador estadounidense, «Mencho ha sido muy, muy agresivo –y hasta ahora, por desgracia, ha dado sus frutos»», expone Rolling Stone.
«El problema con los hombres de la metanfetamina es que están desquiciados», dijo un analista de la DEA, quien explica que en comparación con los cárteles más establecidos, El Mencho y el CJNG eran «tipos que hicieron su reputación aplastando pseudoephedrina y «no tenían que vincular y cenar con proveedores bolivianos, o volar a Sudamérica para hacer negociaciones internacionales, no son sofisticados, son muy duros», destaca el texto.
El hecho de que la guerra que sostiene el CJNG con otras organizaciones haya bajado su intensidad a nivel mediático, aunque el número de víctimas aún sea alto, derivaría de una estrategia tomada por Oseguera Cervantes, quien antes de la tercera captura de «El Chapo» ya era visto como el enemigo público número uno de México y estaba en la mira de las autoridades de Estados Unidos.
«Después de mayo de 2015, Mencho casi había sido declarado enemigo público número uno en México, pero luego llega el 11 de julio, ¿qué pasa? El Chapo se escapa. Obviamente, el gobierno mexicano está avergonzado y en el infierno. Con los todos los recursos volcados para capturar a Chapo, creo que el CJNG aprovechó esa oportunidad para reevaluar su estrategia […].Todavía están matando gente […]. La diferencia es que están matando a sus rivales», sostiene un investigador federal en entrevista con el medio extranjero.
EL ENIGMA DE «El MENCHO»
El reportaje afirma también que por «sólo un puñado de fotos de Mencho se sabe que existe». Pesa 165 libras, tiene ojos marrones, cabello castaño, y se sabe además que ama las motos rápidas y las peleas de gallos. «Pero por lo demás, él es un enigma».
Una fuente consultada por el medio, que conoció a Oseguera Cervantes, sostiene que el capo es un hombre de negocios astuto que no bebe, no tiene amantes como otros líderes del cártel y no confía en casi nadie.
«[Con] Más de 25 años de trabajo en México, te encontrarías con chicos que habían conocido a El Chapo, que hablarían de él […]. Pero con Mencho, no escuchas eso, es un fantasma», dice el ex agente de la DEA.
El ex efectivo de seguridad comenta a Rolling Stone que ha escuchado varias llamadas telefónicas grabadas de «El Mencho» hablando con sus subordinados y que podrían dar atisbos de su temperamento.
«Estos tipos son asesinos, y tenían miedo […]. Él estaba ordenando alrededor de ellos, no creo haber escuchado ningún momento que estuviera tranquilo, pero él no perdía la cabeza, los gritos estaban muy controlados, él sabía lo que estaba haciendo», dice.
El ex efectivo de seguridad de Estados Unidos narra una anécdota que pintaría el nivel de control y fidelidad de sus huestes.
«Una vez hubo un gran tiroteo en una feria […] Alguien lanzó una granada, y algunos tipos [CJNG] cayeron sobre ella para evitar que Mencho fuera asesinado», comenta.
«Él tiene cero respeto por la vida humana», dice la fuente que conoció al líder criminal. Esta versión macha con otro testimonio que se destaca en el reportaje. «El agente [de la DEA] una vez tuvo una fuente que se acercó –tenía una dirección del Mencho. Pero cuando el cártel se dio cuenta de que estaba husmeando, secuestraron al hombre así como a su hijo adolescente. ‘Encontraron el cuerpo del padre un mes después’, dice el agente», y agrega: «el del hijo no ha sido localizado».
Y aunque el carácter violento del líder del CJNG impulsó su rápido ascenso también podría ser su condena. El antiguo agente de campo de la DEA no cree que llegue a ser detenido y extraditado. «[El] Mencho es un asesino», dice. «Me sorprendería que lo capturaran vivo».