A escala mundial el trabajo infantil sigue cobrándose 168 millones de víctimas, de las cuales 85 millones realizan labores peligrosas, alertó hoy la Organización Internacional del Trabajo. De ellos 2 millones 475 mil 989 menores provienen de México; niños y niños que se caracterizan an su mayoría por pertenecer a zonas no urbanizadas y carecer de una educación escolar. Según cifras de la Unicef y de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, en México hay 3.6 millones de menores trabajadores (entre cinco y 17 años de edad), que es la mitad de la cifra reportada para la región de América Latina y el Caribe.
Ciudad de México, 12 de junio (SinEmbargo).- En México viven 3.6 millones de menores trabajadores (entre cinco y 17 años de edad), que es la mitad de la cifra reportada para la región de América Latina y el Caribe, de acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en el marco de la conmemoración del Día mundial contra el trabajo infantil, que se conmemora hoy.
Víctor Inzúa Canales, académico de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM, resaltó que los infantes son seres humanos que aún no deben cumplir con un trabajo, pues “no han gozado de su niñez. Además de ser pequeños física y mentalmente, emocionalmente tienen otras características, pero ante las circunstancias del país las familias en pobreza extrema recurren a ellos para que contribuyan”.
El académico expuso que estos niños están inmersos en una realidad paradójica: por un lado, la calle, la pobreza y la marginación se han convertido en una forma cotidiana de vivir y, por otro, ese espacio es donde buscan la libertad, a veces a costa de su integridad.
La situación en la calle incrementa su vulnerabilidad por los riesgos que implica: violencia, adicciones, delincuencia y marginación social. Sin embargo, la marginación es una construcción del imaginario social, pues según estudios y muestras del universitario, sólo cuatro de cada 10 cae en problemas de adicciones y delincuencia, y su esperanza de vida es de 22 a 25 años por el daño físico y a la salud que se infringen.
El resto continúa en la búsqueda de formas de subsistencia informal, pero honesta; incluso, algunos llegan a matricularse y egresar de instituciones de educación superior.
Con certeza, no se sabe cuántos niños están en situación de vulnerabilidad por trabajo en el mundo; algunos organismos internacionales como el Fondo de las Naciones Unidas para Infancia (Unicef) o la Organización Internacional del Trabajo (OIT) consideran que esta población es de entre 167 y 250 millones, en México, el INEGI, con información del Modulo de Trabajo Infantil (MTI) 2015, presentaron los indicadores que permiten conocer el monto y las características de la población ocupada de 5 a 17 años de edad.
El Modulo de Trabajo Infantil muestra una tasa de ocupación de la población de 8.4 por cada 100 niñas y niños de 5 a 17 años de edad, lo que corresponde a 2 millones 475 mil 989 menores que realizan alguna actividad económica.
Del total de los menores ocupados, 69.8 por ciento son niños y 30.2 por ciento son niñas, lo que representa una tasa de 11.5 ocupados por cada 100 niños y 5.2 ocupadas por cada 100 niñas.
El reporte señala que en las zonas menos urbanizadas, la tasa de ocupación de esta población es mayor a la áreas más urbanizadas, pues en las primeras se presenta en 10.3 y en las segundas, en 5.9 por cada 100 niñas y niños.
9 de cada 10 niños que son sometidos a algún trabajo realizan actividades no permitidas, es decir, que no están dentro de la edad mínima para ejercer un trabajo o son actividades peligrosas, de acuerdo con la Ley Federal de Trabajo.
La tasa de ocupación no permitida de la población de 5 a 17 años en áreas menos urbanizadas es de 9.5 por cada 100 niñas y niños en estas edades, menor que en las más urbanizadas con 5.0 por cada cien, determina el informe.
Aunque la Convención sobre los Derechos del Niño, exhorta en su Artículo 32 a proteger a las niñas y niños de ser víctimas de explotación económica y de desempeñar cualquier trabajo que pueda ocasionarles daño, entorpecer su educación, o que sea perjudicial para su salud y desarrollo, esta población crece.
Incluso, de acuerdo a las características de la XVIII CIET, los niños de 5 a 11 años no deberían realizar ningún tipo de actividad laboral; “el grupo de 12 a 14 años únicamente trabajos ligeros que no perjudiquen su salud o desarrollo y no impidan su asistencia escolar; en tanto que los mayores de 14 años pueden tener un trabajo regular, quedando fuera actividades y condiciones consideradas en la categoría de trabajo peligroso y peores formas de trabajo infantil”.
La población de menores ocupados se concentra en el rango de edad de 15 a 17 años con el 64.2 por ciento, de 12 a 14 años con el 21.8 por ciento y el último 14 por ciento corresponde a los niños de 5 a 11 años.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT), que creó el Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC), reitera que la vulneración vulneración del derecho a la educación de los niños conduce a reproducir la situación de pobreza. Aunque tampoco garantiza que que todos los niños y niñas estén escolarizados a menos que se acabe con el trabajo infantil.
La condición de asistencia para la población de 5 a 17 años ocupada, indica que cuatro de cada 10 (37 por ciento) no asisten a la escuela. Por sexo, la inasistencia se presenta en 39.3 por ciento de los niños ocupados y en 31.6 por ciento de las niñas ocupadas. Lo anterior evidencia la relación de ocupación-inasistencia, pues para el caso de la población de 5 a 17 años que no está ocupada, 95.7 por ciento del total sí asiste, y 4.3 por ciento no lo hace.
TRABAJO INFANTIL EXPONE A LA ESCLAVITUD: CNDH
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) afirmó que la vigencia y efectividad de los derechos de niñas, niños y adolescentes en México, a pesar de haber habido avances, no sólo están muy lejos de ser una realidad, sino que se encuentran en riesgo permanente de vulneración, sobre todo los de quienes cubren sus necesidades de subsistencia ante los insuficientes ingresos de sus padres o tutores, como consecuencia de la desigualdad y pobreza en que viven.
«Exponer a niñez y adolescencia a diversas formas de trabajo infantil es ponerlas en riesgo de hacerlas víctimas de explotación, esclavitud y trata de personas, fenómenos delictivos para los que no debe existir tolerancia social ni omisión de las autoridades», expuso el organismo defensor de los derechos humanos.
La Comisión Nacional llamó al Estado mexicano a cumplir con las observaciones sobre los informes periódicos cuarto y quinto consolidados que el Comité de los Derechos del Niño le formuló ante el elevado número de niñas y niños que laboran en la minería y agricultura, así como por la ineficacia de medidas para abordar el trabajo doméstico que afecta especialmente a las niñas.
«El Estado mexicano debe fortalecer el sistema de inspección, sancionar a las personas y empresas que exploten económicamente y abusen de niñez y adolescencia mediante trabajos de mendicidad, labores domésticas y agricultura, además de proporcionar recursos adecuados para la aplicación efectiva del Programa Nacional para Prevenir y Erradicar el Trabajo Infantil y Proteger a los Trabajadores en Edad Permitida”, indicó.
La CNDH destacó que las tres entidades federativas con mayor población de niñas, niños y adolescentes que trabajan son Estado de México, con 286 mil 153 (11.55 por ciento), Jalisco, 220 mil 116 (8.89 por ciento) y Puebla, 208 mil 450 (8.41 por ciento).