Aficionados del Hamburgo crearon disturbios en el minuto 90 del partido en el que su equipo enfrentaba al bávaro Borussia Mönchengladbach. Petardos, bengalas y humaredas provocaron que se desplegaran más de un centenar de elementos de seguridad sobre la cancha a modo de prevención. El motivo de la protesta fue el descontento con el descenso del Hamburgo a la segunda división, luego de 55 años de disputar juegos en la primera categoría.
Berlín, 12 de mayo (EFE).- Con detonaciones, luces de bengala, humaredas y poco más de un centenar de cuerpos de contención sobre la cancha, algunos montados a caballo, terminó el partido de la Bundesliga entre el Hamburgo y Borussia Mönchengladbach, en Alemania. El motivo fue el desencanto con el descenso del primero de ellos a la segunda división.
El Hamburgo no pudo salvarse pese a la victoria de por 2-1 ante el Borussia, puesto que Wolfsburo, al haber ganado 4-1 ante el Colonia, lo dejó sin opciones y ahora uno de los históricos de Alemania tiene que hacer planes para jugar en la liga menor.
En las últimas temporadas, el Hamburgo había estado coqueteando permanentemente con el descenso, pero en el pasado fue uno de los grandes de Alemania.
El Hamburgo ha sido seis veces campeón alemán, con lo que es el quinto equipo que más veces ha levantado la ensaladera por detrás del Bayern, el Núremberg, el Borussia Dortmund y el Schalke.
Además fue campeón de Europa en 1983 y tiene una Recopa en sus vitrinas, obtenida en 1977. Durante un tiempo, el Hamburgo fue visto incluso como el segundo equipo de Alemania. Por sus filas han desfilado jugadores como Uwe Seller, incluso Franz Beckenbauer al final de su carrera, Horst Hrubesch o Felix Magath.
El actual presidente del Bayern, Uli Hoeness, vio durante mucho tiempo al Hamburgo como su principal competidor o incluso el único que tenía las condiciones necesarias para disputarle la hegemonía al club bávaro.
Sin embargo, en algún momento en los años 90 el Hamburgo perdió el rumbo en lo referente a la organización.
Hubo intentos de salvar la crisis siguiendo el modelo del Bayern llamando viejas glorias del club (Seller fue presidente y Magath entrenador) a puestos de responsabilidad, pero el experimento no tuvo el efecto deseado.
Desde hace décadas la normalidad en el Hamburgo había sido la zozobra y las buenas temporadas habían sido la excepción.
En las últimas temporadas la lucha contra el descenso se había convertido en la vida cotidiana del club.
Para muchos el destino del Hamburgo es inexplicable puesto que el club tiene todas las posibilidades de atraer inversores.