Pablo Ruíz Galindo Covarrubias
12/05/2014 - 12:00 am
#BringBackOurGirls
No ser libre es, me imagino, el sentimiento más frustrante que se puede llegar a tener. La vida es lo más valioso que tenemos, pero una vida sin libertad puede valer muy poco para el que la vive. Desgraciadamente, en México el tema nos es muy familiar. Según el Mapa de Riesgos de la consultora […]
No ser libre es, me imagino, el sentimiento más frustrante que se puede llegar a tener. La vida es lo más valioso que tenemos, pero una vida sin libertad puede valer muy poco para el que la vive. Desgraciadamente, en México el tema nos es muy familiar. Según el Mapa de Riesgos de la consultora Control Risks, México encabezó la lista de secuestros en 2013, registrando un 20% del total en el mundo, seguido por la India y Nigeria. Si bien el problema en México es mayor y no hay que quitar el dedo del renglón, Nigeria está en este momento en una situación crítica.
El pasado 14 de abril, en una escuela de Chibok, en el estado de Borno fueron secuestradas 200 niñas, y 11 más el domingo 4 de mayo. El primer secuestro fue cometido por Boko Haram, grupo islamista liderado por Abubakar Shekau, y expertos dicen que es muy probable que también sea responsable del segundo secuestro. A este grupo terrorista se le atribuyen varios ataques y homicidios en los últimos años.
La intención de Boko Haram es imponer la Sharia (ley islámica) en Nigeria, un país con predominancia musulmana en el norte y cristiana en el sur. La Sharia es el conjunto de normas religiosas, y también civiles, regida por cinco ejes principales: castigos severos como los azotes y la amputación de miembros; la vestimenta de las mujeres, que deben ir cubiertas desde la cabeza hasta los pies; el matrimonio, que permite la poligamia a los hombres y exige la obediencia de las mujeres hacia sus esposos; justicia, que puede hacerse por propia mano; y libertad religiosa, que es inexistente. La Sharia es la ley que se aplica en países como Irán, Pakistán y Arabia Saudita, aunque no por ser tan rígida, permite los delitos que está cometiendo Boko Haram.
Shekau y el grupo que lidera busca la imposición de un islám radical, justificando cada uno de sus actos por órdenes recibidas de su dios. Está en contra de la educación de las mujeres y en lo que va de este 2014 ha asesinado a más de 1,500 personas en Nigeria. Había amenazado en ocasiones anteriores en ir en contra de la educación occidental que, según el grupo, suprime al islam y refuerza el cristianismo, y desde entonces ha atacado escuelas y matado a estudiantes. En un video en el que aparece Shekau, actuando casi como un loco y presumiendo con risas el secuestro de las niñas, menciona que las esclavizará y venderá, diciendo también que, como esclavas, las casará. Las niñas se encuentran en la zonas remotas y montañosas del noroeste de Nigeria, en donde también es probable que las tengan como esclavas sexuales para los jóvenes que se van uniendo al grupo. Activistas de derechos humanos en Nigeria, como Shehu Sani, ven estos actos como una rebelión contra un gobierno corrupto y que ha detenido a algunos de los miembros del grupo, de la cual están pagando los más inocentes. No se deben ver como casos aislados o dejarles de dar la mayor importancia, por el rumbo que puedan tomar.
Más allá de los varios actos que ha realizado este grupo, el secuestro de las niñas nigerianas ha movido al mundo entero. Resulta increíble pensar que existe todavía ese modo de pensar y vivir tan fanático, justificado por un dogma mal razonado e interpretado, que puede llevar a actos como estos. El fanatismo y las atrocidades de este líder y su grupo ha provocado un movimiento de muchas personas alrededor del mundo con la leyenda “devuélvanos a nuestras niñas”. El hashtag #BringBackOurGirls y el mensaje de “los verdaderos hombres no compran mujeres” ha dado vueltas en redes sociales y en la televisión con la intención de mover gente, organizaciones y gobiernos.
Ya el gobierno de Estados Unidos ha enviado miembros de la FBI y del ejército a Nigeria para colaborar con el presidente del país. También han ofrecido su ayuda países como Francia, China, Reino Unido y Canadá. Es indudable la necesidad de la participación y cooperación tanto de organismos internacionales como la ONU, como de los países en lo individual que tengan la posibilidad física y económica de prestar su ayuda. El repudio hacia estas conductas se debe reflejar en el mundo entero. En momentos de tensión y de crisis, es satisfactorio ver una intención de cooperación de distintos países. Ojalá sea sincera y los resultados sean positivos. #BringBackOurGirls.
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