La Unicef señaló que 2.8 millones de los niños ucranianos han sido desplazados dentro del país y otros dos millones ya se encuentran en otras naciones.
Por Edith M. Lederer
NACIONES UNIDAS, 11 de abril (AP) — Casi dos terceras partes de los niños de Ucrania han tenido que dejar sus hogares en las seis semanas que van de la invasión rusa, y Naciones Unidas ha verificado la muerte de 142 menores de edad, aunque es casi seguro que la cifra real sea mucho mayor, informó la Unicef el lunes.
Manuel Fontaine, el director de programas de emergencia de la Unicef que acaba de regresar de Ucrania, dijo que es «increíble» que 4.8 millones de los 7.5 millones de niños ucranianos hayan sido desplazados en tan poco tiempo. Añadió que es algo que nunca antes había visto que ocurriera tan rápido en sus 31 años de labor humanitaria.
«Se han visto obligados a dejar todo atrás: sus casas, sus escuelas y, a menudo, a sus familiares», dijo Fontaine al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. «He escuchado historias de las medidas desesperadas que están tomando los padres para poner a sus hijos a salvo, y de niños tristes por no poder volver a la escuela».
El Embajador de Ucrania ante la ONU, Sergiy Kyslytsya, acusó que Rusia ha sacado a más de 121 mil niños de Ucrania y, según reportes, presentó una iniciativa para simplificar y acelerar los procesos de adopción de huérfanos e incluso de niños que tienen padres u otros familiares. Añadió que la mayoría de los niños fueron retirados de la sitiada ciudad de Mariúpol y llevados a la región oriental de Donetsk y posteriormente a la ciudad rusa de Taganrog.
Fontaine declaró que la Unicef ha escuchado los mismos reportes, pero añadió que «aún no tenemos el acceso que necesitamos para poder investigar y verificar, y ver si podemos ayudar».
Señaló que 2.8 millones de los niños ucranianos han sido desplazados dentro del país y otros dos millones ya se encuentran en otras naciones. Al mismo tiempo, agregó, casi la mitad de los cerca de 3.2 millones de niños ucranianos que siguen en sus casas «podrían estar en riesgo de no tener comida suficiente», y que la situación más grave es para aquellos que viven en ciudades sitiadas como Mariúpol.
Fontaine declaró que el cierre de escuelas afecta la educación de 5.7 millones de niños pequeños y de 1.5 millones de estudiantes de educación superior.
«Cientos de escuelas e instalaciones educativas han sido atacadas o utilizadas con fines militares», puntualizó. «Otras sirven como refugios para civiles».
El consejo también escuchó a Sima Bahous, directora ejecutiva de ONU Mujeres, quien recientemente regresó de Moldavia, país que alberga a cerca de 95 mil refugiados ucranianos.
Bahous dijo que su agencia escucha cada vez con mayor frecuencia acusaciones de violación y violencia sexual. Aseguró que el Gobierno moldavo y la policía fronteriza también están sumamente preocupados por el riesgo de tráfico de personas, en particular mujeres jóvenes y adolescentes sin compañía de un adulto.
«La combinación del desplazamiento masivo con una enorme presencia de reclutas y mercenarios, y la brutalidad mostrada contra los civiles ucranianos, ha encendido todas las señales de alerta», aseguró.
El Embajador ucraniano dijo que la Fiscalía de su país investiga en estos momentos un caso en la región de Kiev en el que se acusa a un soldado ruso de haber asesinado a un residente y posteriormente violar en repetidas ocasiones a su esposa dentro de su casa. Dijo que el supuesto agresor ya fue identificado.
Kyslytsya dijo que la Fiscalía General, en cooperación con agencias de investigación e instituciones de salud, también están implementando «un mecanismo especial» para documentar los casos de violencia sexual por parte de soldados rusos.
La sesión del Consejo de Seguridad sobre el impacto de la guerra en las mujeres y los niños fue convocada por Estados Unidos y Albania.
Ambas naciones, además de Ucrania y otros miembros del Consejo atacaron a Rusia por crear la alarmante situación para mujeres y niños, señalamientos que el Embajador ruso Dmitry Polyansky rechazó rotundamente.
La Embajadora estadounidense Linda Thomas-Greenfield dijo que cuando hombres como el Presidente ruso Vladimir Putin «empiezan guerras, las mujeres y los niños son desplazados», lastimados, violados y maltratados, y mueren.
«Desde el inicio de la guerra no provocada de Rusia contra Ucrania, Rusia ha bombardeado orfanatos y hospitales de maternidad», declaró. «Hemos visto fosas comunes llenas de niños muertos uno encima del otro».
El Embajador albano Ferit Hoxha acusó a Rusia de cometer «crímenes indescriptibles» todos los días, incluyendo quemar a civiles, arrojar sus cuerpos en fosas comunes, disparar contra parques con juegos infantiles, ataques premeditados contra escuelas, y causar sufrimiento a todos los ucranianos, en especial a las mujeres y niños.
«En su vida normal, los niños dibujan a sus padres, casas y árboles. La guerra rusa ha hecho que los niños ucranianos dibujen bombas, tanques y armas», señaló Hoxha.
Los embajadores de Estados Unidos, Albania y muchos otros países, resaltaron el descubrimiento de cadáveres, algunos de ellos con las manos atadas por la espalda, en la localidad de Bucha, a las afueras de Kiev, tras el retiro de las tropas rusas, así como el ataque con misil en el que murieron 52 personas, en su mayoría mujeres y niños, en una estación de tren en Kramatorsk. Hoxha destacó que el misil tenía inscrita «una enfermiza firma: ‘Por nuestros niños'».
Polyansky culpó a los «nazis ucranianos» de las muertes de civiles en Bucha y del ataque en la estación de Kramatorsk, los que describió como «una clásica operación de bandera falsa».
Acusó a Ucrania y a sus expertos en relaciones públicas, así como a Occidente, de promover «falsedades y propaganda» como parte de una «guerra de información en contra de Rusia».
«Esa guerra es tan intensa como las operaciones militares en el campo de batalla», aseguró.
Tariq Ahmad, el ministro de Gran Bretaña para la ONU y quien presidió la reunión, respondió que Rusia intenta una vez más desviar la atención de lo que sucede en el campo «mediante lo que únicamente se puede describir como declaraciones bastante insólitas, e incluso mentiras».
«Sin embargo, lo que es verdad, lo que es un hecho, es que los ataques rusos contra civiles y zonas residenciales han sido una barbarie», puntualizó.