Hace unos días, en el Acuario Inbursa de la Ciudad de México, se dio el nacimiento del primer pingüino antártico en México, tras dos años de fallidos intentos de que sus padres, llegados de Japón en 2014, procrearan; el nacimiento recuerda la importancia del cuidado de los ecosistemas.
Por Mónica Rubalcava
Ciudad de México, 12 de enero (EFE).- Con plumaje de polluelo y aún muy pequeño, el primer pingüino antártico nacido en México ha hecho historia y pese a los tiempos tan convulsos que enfrenta la humanidad con la actual pandemia, el pequeño Alex recuerda la importancia de cuidar el medioambiente mediante el milagro de la vida.
El 2 de diciembre del 2020 el equipo del Acuario Inbursa en la capital mexicana fue testigo de un hecho sin precedente en el país: el nacimiento del primer pingüino gentoo o antártico luego de dos años de intentos fallidos en la reproducción de sus padres, Mari y Beto, dos pingüinos de cuarta generación que llegaron de Japón en el 2014.
«(El nacimiento) es un gran logro porque podemos tener programas de conservación aquí, que es nuestro principal objetivo, y porque aunque no están en peligro de extinción, están amenazados por el calentamiento global», dice este martes en entrevista con Efe Patricia Velázquez, médico responsable del área de pingüinos del acuario.
Alex llegó al mundo, con un peso de 82 gramos y una altura de 12 centímetros, luego de varios acontecimientos que pusieron a prueba tanto los padres del pequeño, como al equipo del acuario.
El primero de ellos fue el acondicionamiento del espacio para que se pudiera llevar a cabo el ritual para la formación de las parejas. En éste el macho busca la piedra más bonita para ofrecérsela a la hembra, quien decidirá si la acepta o no.
«Si decide que sí, los dos empiezan a traer piedras para armar su nido y de ahí empieza el proceso de cortejo donde ambos bajan la cabeza en forma de reverencia y posteriormente empieza a haber cópula», detalla Velázquez.
Después, la hembra pondrá el huevo y dicho trabajo le llevará hacerlo alrededor de 33 horas.
Una vez puesto, los padres pasarán de 36 a 43 días turnándose el cuidado del huevo para salir a buscar alimento, aunque en el caso del acuario, los pingüinos son alimentados en el nido.
Por último, llega la eclosión del huevo, es decir, el nacimiento del polluelo y con ello, una serie de turnos de vigilancia continuos llevados a cabo por seis personas del equipo del acuario encargados del bienestar del pequeño.
UN PINGÜINO SANO
Aunque Alex nació en diciembre, fue presentado por el acuario el 6 de enero como regalo de Día de Reyes, pues antes de eso aún se desconocía si el pingüino sería lo suficientemente fuerte y sano para continuar con vida.
A 40 días de suceso, el pequeño animal ha demostrado una evolución constante que permite confiar en que sobrevivirá.
«Ahora ya pesa un 1.75 kilogramos, va aumentando gradualmente bien, llegará a pesar 7 kilos, aproximadamente», dice Patricia sobre Alex, cuya esperanza de vida de la especie en un acuario es de 40 años, a diferencia de los 15 a 20 años que viven los gentoo en su hábitat natural.
Sobre el nombre del pingüino, Andrés Flores, encargado de bienestar animal y acondicionamiento, explica que le fue otorgado en honor al fundador de acuario, Alejandro Nasta Icaza, además de que responde a las necesidades de elegir un nombre neutro pues aún no se sabe el sexo del polluelo.
«En cuanto cumpla los tres meses se va a realizar una prueba de sangre que se manda a laboratorios en el extranjero y dependiendo de esto podemos definir si es hembra o macho», apunta Flores.
EL CUIDADO DEL AMBIENTE
Los pingüinos gentoo como Alex, son reconocidos por su pequeña cabeza y el color blanco que los recorre de ojo a ojo y por todo el pecho, también por el color naranja que llevan en el pico y patas, además de ser una especie veloz y gentil.
Tuve al primer pingüino gentoo nacido en México antes de tener una relación.
¡Ya soy abuelo!— Sr. Juanito (@Le_Guizameaux) January 6, 2021
«Se cree que el nombre de ‘gentoo’ viene de que son bastante gentiles, muy nobles y hasta cierto punto nerviosos. Es el pingüino más rápido de todos los que existen, llegan a alcanzar los 36 km por hora nadando y son la tercera especie más grande de las 18 reconocidas que existen», explica Andrés.
Desde su punto de vista, el nacimiento de Alex reforzará la labor del acuario para seguir esparciendo la conciencia en torno al cuidado del medio ambiente y de las especies.
Actualmente el acuario se encuentra cerrado al público al estar la Ciudad de México en Semáforo Rojo a causa de la pandemia por la COVID-19.
Pese a ello, el cuidado de los animales ha sido el mismo, así lo asegura Patricia, quien comenta que uno de los retos que han sufrido por la pandemia ha sido la cantidad de cuidados que han tenido que llevar a cabo los trabajadores para mantenerse sanos.
Además, esperan que en septiembre, cuando vuelva a empezar la temporada reproductiva de los pingüinos, se repita la historia de Alex.
Pero los pingüinos no son la única especie de la que esperan tener nuevas crías ya que el acuario tiene varios programas de reproducción, entre ellos, el de el pez payaso y el ajolote mexicano, especie en peligro de extinción.