Carstens destacó que el reto más grande que enfrentan los bancos centrales del mundo, y particularmente el Banco de México y la economía mexicana, es la normalización de la política monetaria estadounidense.
Ciudad de México, 12 de enero (SinEmbargo).– El Gobernador del Banco de México (Banxico), Agustin Carstens, avaló el alza en el precio de las gasolinas y reconoció que derivó de las reformas estructurales, contrario al discurso que ha manejado el Presidente Enrique Peña Nieto.
«El Banco de México, y yo personalmente, considero que la liberalización de los precios de las gasolinas son una medida adecuada, que es parte de las reformas estructurales», dijo Carstens.
Durante su intervención en el seminario sobre Perspectivas Económicas de México 2017 organizado por el ITAM, Carstens señaló que las varias alzas de tasas de interés que se espera efectúe la Fed en 2017, podrían generar una menor demanda en los mercados mexicanos y ajustes de portafolios financieros, lo que genera riesgos para la estabilidad financiera del país.
El alza en las gasolinas constituye un aumento de un precio relativo que, aunque se reflejará temporalmente en la inflación, no se trata de un aumento generalizado y sostenido de los precios. A finales de este año, la inflación regresará al objetivo del Banco de México tras un periodo de niveles por arriba de 4 por ciento, advirtió Carstens.
El Gobernador comparó este cambio con la época en la que el país pasó de un régimen de tipo de cambio fijo a uno flexible, que finalmente resultó tener impactos marginales en los precios en el país. Por lo cual prevé que lo mismo pasará con las gasolinas.
«La liberalización de precios de los combustibles es importante sobre todo porque es parte de la reforma energética, que abre el mercado energético mexicano a la inversión extranjera, que resultará fundamental en tiempos en los que hay riesgo de que se cierren otros mercados», indicó en referencia a la política proteccionista que defiende Donald Trump.
Carstens agregó que el tipo de cambio es el principal amortiguador que absorbe los embates del exterior, y en ese sentido, el Banco de México no debe reaccionar interviniendo en el mercado cambiario, pues de lo contrario podría terminar afectando la estabilidad económica.
El funcionario destacó que el reto más grande que enfrentan los bancos centrales del mundo, y particularmente el Banco de México y la economía mexicana, es la normalización de la política monetaria estadounidense.
-Con información de Economíahoy