En Morelos los operativos policiales recrudecieron a partir del asesinato de la Alcaldesa de Temixco. Unos 300 elementos federales colaboran con el modelo del Mando Único de la entidad con un objetivo en común: evitar que grupos del crimen organizado se apropien del control. Aunque ya están ahí, los tres ordenes de Gobierno tienen otro problema que resolver: conciliar el rechazo de la población a las estrategias de seguridad del Gobernador. SinEmbargo decidió recorrer el estado y averiguar por qué la gente se siente insegura con y sin policías.
Morelos, 12 de enero (SinEmbargo).— Cualquier visitante que llega a Tlaquiltenango, un municipio al sur de Morelos, encontrará un pueblo tranquilo, dedicado especialmente a la producción agrícola y ganadera. Pero sólo bastará conversar un poco con los locales para caer en la cuenta de que hay un miedo generalizado: el regreso del Mando Único.
El combate a la inseguridad parece estar en la boca de todos, así como la disputa que mantiene el Alcalde Enrique Alonso Plascencia con el Gobernador Graco Ramírez Garrido Abreu, por imponer el modelo del Mando Único en la localidad y otros 14 municipios, después del asesinato de la Alcaldesa de Temixco, Gisela Mota Ocampo, el 2 de enero.
Nada pareciera unir a Temixco con Tlaquiltenango, dos municipios separados por 31 kilómetros de distancia, al norte y al sur de Morelos, excepto los cambios simultáneos que realiza la entidad en la organización policial.
Mediante un decreto, el Gobernador ha hecho que Tlaquiltenango, como desde hace dos años y medio, vuelva a ceder sus policías al mando del orden estatal. Una decisión que no gustó a Alonso, ni al Alcalde de la capital del estado, la ex estrella del futbol, Cuauhtémoc Blanco Bravo.
Si bien, ambos protestaron en un principio, cuatro días después, Blanco claudicaba y dejaba como único opositor a Tlaquiltenango, un municipio de alrededor de 30 mil habitantes.
Al enterarse de que ya no tendría el control sobre los policías, Alonso dijo a la prensa que una de las razones para oponerse al Mando Único es el rechazo del “cien por ciento” de la población al esquema policial impuesto por Graco Ramírez.
Dicha afirmación, que podría calificarse de ser una mera generalización cobra fuerza conforme se escuchan las historias de los agricultores y la postura unánime de los regidores de los distintos partidos políticos que integran el cabildo en contra del Mando Único.
Cinco homicidios fueron reportados a las autoridades en el 2014 y un año después, entre enero y noviembre, el número de personas ascendió a 13. Mientras que los robos comunes no sufrieron mayor alteración al pasar de 85 a 70 en el 2015.
Estos últimos resultados, de acuerdo con las autoridades del Ayuntamiento, sumados a la desconfianza de la población a los elementos juegan en contra de la aceptación del Mando Único en el lugar.
El modelo lleva ya dos años y medio funcionando. Y las rispideces para ratificarlo se han dado año con año, hasta que la semana pasada cinco regidores y el Alcalde decidieron no ratificarlo de forma unánime.
Afuera del Palacio Municipal, las calles de Tlaquiltenango son ocupadas, en su mayoría, por adultos mayores, que se sientan en las aceras a conversar los unos con los otros, y en esta ocasión con los periodistas visitantes.
— Aquí no los queremos a los del Mando Único. Como lo revisan a uno en los cruces que van hacia San José de Pala (rancho del municipio) y Chinameca (población en el Municipio de Ayala ) — contesta Pedro Pineda, trabajador del campo.
— ¿Por qué los revisan?
— Sólo por llevar machete o un cuchillo ya dicen que uno es un delincuente — contesta otro agricultor, Gustavo Doroteo Adulfo.
—¿Qué le han hecho?
— Si algo les gusta se lo quedan. Hay gente que le han quitado su dinero. 300 pesos. Sólo se calman cuando viene el Ejército los miércoles. Esos están más disciplinados — agrega.
En Tlaquiltenango se siembra principalmente caña, enviada al ingenio Emiliano Zapata, ubicado en el municipio de Zacatepec. Los campesinos advierten que los puestos de la policía se han ubicado en las entradas al pueblo, y justo por los caminos donde tienen que pasar para atender sus tierras.
“¿Qué no lo miran a uno?, rápido se sabe que uno es trabajador”, dice Doroteo. De acuerdo con datos proporcionados por el Ayuntamiento, en la comunidad hay al menos mil 500 ejidatarios dedicados a la siembra de caña.
Las denuncias ciudadanas parecieran concordar con lo expuesto por las autoridades locales. El regidor por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), Eder Campo Domínguez, refiere que la negativa al Mando Único aprobada por el cabildo se da tras los asaltos hechos por los policías.
“No estamos en contra de la Germandería ni de la Policía Federal, sino del Mando Único, porque estamos escuchando lo que el pueblo dice. En el momento que a ellos los detienen es cuando abusan de la ciudadanía, nos han reportado que les quitan la cartera, celular, el dinero”.
Otros ciudadanos han hecho hincapié en que los policías que vienen de fuera han llegado a dar golpizas a la población. “Lo hacen entre tres o cuatro. Pero el Alcalde no ha hecho nada, por qué, porque él ni es de aquí”, critica Limón Vásquez, un anciano productor de caña de la localidad.
“La gente no se siente en confianza porque son policías que vienen de fuera. Tal vez con otro modelo en el que los policías locales se quedarán entonces no habría el mismo problema”, considera el regidor, Pedro Aragón Michaca , del Partido Socialdemócrata (PSD), que tiene a Cuauhtémoc Blanco, como principal figura.
A 10 minutos caminando del centro del parque central de Tlaquiltenango está el módulo de Seguridad Pública de Tlaquiltenango, al cruzar el puente “La Cantora”, donde el martes 5 de enero el comisionado de Seguridad Pública, Jesús Alberto Capella Ibarra, arribó para decir a los 40 elementos del municipio que se encontraban bajo su mando.
Un retrato fiel del tono en el que han sido las anteriores visitas del comisionado a Tlaquiltenago. El 14 de diciembre del 2014 llegó al sitió para desarmar a las policías del municipio después de que el entonces Alcalde Mauricio Rodríguez González rechazara el Mando Único. Y un mes después volvió a hacer presencia, el 28 de enero del 2015, para notificar la imposición del controvertido modelo policial para el año en curso.
“Simplemente decirles que su servidor en este momento es el responsable de la Seguridad Pública en este municipio, y que ya todos los elementos municipales están notificados del tema, y estarán trabajando bajo nuestro mando. El día de mañana analizaremos la posibilidad de que aquellos que estén certificados, puedan contar nuevamente con las armas que retiramos”, dijo al medio local Conurbados, a su llegada a la Alcaldía.
SinEmbargo llegó a las instalaciones recién notificadas ahora en enero del 2016 para averiguar sobre las interacciones de la policía con la gente. Pero en el sitio hay poco movimiento.
Dos elementos toman Coca-cola en el patio delantero de la caseta, y un tercero se asoma por una rendija para averiguar quienes son los reporteros que se acercan.
Afirma que no hay cateos a la gente por ahora. Y cuando se les pregunta sobre el Mando Único se limita a contestar que no pueden hablar del tema, está prohibido. “¿Quién lo prohíbe?”, se insiste. “El comisionado”, contestan otros policías.
Aunque los policías no hablan. El regido Campo Dominguéz refiere que en su visita, la misma semana, los elementos se acercaron para quejarse de su traspaso al Mando Único.
“No tienen seguro de vida. Tienen más de seis años en el que no les llega su aumento. Y lo más grave no tienen chalecos antibalas, están en completa vulnerabilidad”.
Pero ahora, en el módulo policial aún resuena quizá la advertencia hecha dos días atrás por el Alcalde, que recién tomaba funciones de su cargo.
En la que amenazó al Gobernador que de no retirar el Mando Único sería la misma población la que tomaría las instalaciones de la fuerzas de seguridad pública en Tlaquiltenango.
De acuerdo con Pineda y Doroteo, la comunidad estaba al tanto de estas acciones y al menos, ellos, estarían dispuestos a participar si el Alcalde convocara a la población. Pero él llamado nunca llegó.
MÁS OPERTATIVOS
“Bájense todos, les vamos a hacer una revisión. Entre más rápido se bajen más rápido se van a poder ir”, dice un policía al subirse al autobus en uno de los retenes colocados por el Mando Único en la salida de Jojutla rumbo a Zacatepec.
Las personas dentro del transporte se manifiestan sorprendidos por el operativo. Al tiempo que los policías insisten que sean sólo los hombres quienes bajen con todo su equipaje.
Bajo la oscuridad de la noche, varios pasajeros aprovechan para acomodar en sus maletas o con sus acompañantes, las pertenencias que no quieren mostrar.
Ya abajo del transporte, una patrulla alumbra las acciones policiales y los agentes ponen contra uno de los costados del autobús a cada viajero para iniciar el cateo. Las revisiones son exhaustivas. Se registra cualquier objeto que se pueda traer dentro de la ropa o el equipaje.
Un día antes del asesinato de la Alcaldesa, el Gobernador lanzó el operativo Delta Sur-Oriente-Metro, con 300 elementos del Mando Único y otros 300 federales y de la Germandería.
El patrullaje en la capital del estado también ha asustado a más de un poblador que se ha encontrado con que en ocasiones los policías presciden de las patrullas al realizar caminatas de vigilancia.
Asimismo, el asesinato de la Alcaldes hizo que la seguridad fuera puesta sobre las autoridades locales, al grado que los ediles y altos cargos del Ayuntamiento de Temixco deben llevar escoltas.
“Yo llevo ahora dos personas conmigo, todo el tiempo, y aún así tememos por lo que nos pueda pasar”, confesó el secretario del Ayuntamiento de Temixco, Carlos Caltenco Serrano, en entrevista a SinEmbargo.
Asimismo, lo hace el Alcalde de Cuernavaca, que desde que aceptó el Mando Único, es acompañado a todo lugar por nueve soldados y dos unidades artilladas.
“Simplemente es por seguridad, me los mandaron de México, la verdad estoy muy tranquilo, muy feliz, como siempre he sido, pero es un protocolo que ahora tenemos que llegar a estas instancias”, declaró el Edil, durante un recorrido que realizó por las oficinas del Ayuntamiento.
Blanco dijo el 7 de enero ante diversos medios de comunicación, que “a partir de hoy, la seguridad la tiene el Gobernador, y el señor Capella, y yo nada más les quiero decir a los ciudadanos que cualquier cosa que pase es decisión de ellos”.
FOSAS Y MÁS FOSAS
Las autoridades acusaron que gracias a información obtenida de los presuntos asesinos de la Alcaldesa Gisela Mota, un menor de edad, un joven de 18 años y una mujer, dieron con la existencia de una fosa clandestina, donde presuntos miembros de “Los Rojos” habrían ido a tirar el cuerpo de otras cuatro personas.
Pero en Xochitepec las cosas no están claras ni para las mismas autoridades. El encargado de Comunicación Social, Juan José Díaz, explicó que al Alcalde, Alberto Sánchez Ortega, no se la ha permitido hacer ningún acercamiento en la zona, un poblado llamado Alpuyeca, al sur del municipio.
“El acceso al lugar está siendo restringido por la Fiscalía estatal”, dice Díaz, al tiempo que asegura que el equipo, que apenas llegó a la Presidencia del Municipal, enfoca su atención en una serie de conciertos que organiza la localidad por la celebración del Día de Reyes y la Feria local que será el 15 de enero.
La administración de Graco Ramírez Garrido, iniciada en octubre del 2012, ha estado marcada por otras apariciones de cuerpos no identificados.
“Yo lo que me sorprendo es de qué rápido se nos olvidaron las fosas de Tetelcingo”, dice a SinEmbargo Gerardo Becerra Chávez de Hita, vocero de la Coordinadora Morelense de Movimientos Ciudadanos (CMMC).
En noviembre, la Fiscalía General de Morelos inició un proceso penal y administrativo contra quien o quienes resulten responsables por la inhumación clandestina de al menos 116 cadáveres en dos fosas en 2013 de Tetelcingo, municipio de Cuautla.
Al 22 de diciembre, la Fiscalía refirió que del total de cuerpos 105 se encuentran en carpetas de investigación, de las cuales sólo 39 habían sido identificadas por medio de su huella dáctil.
Becerra explicó que esto es producto de que en Morelos los municipios conurbados a Cuernavaca sean utilizados como base de operaciones para grupos criminales. Como es el caso de Xochitepec o Temixco.
JUSTIFICACIÓN DEL MANDO
A diez días del homicidio de Mota Ocampo, en el Hotel St Regis de la Ciudad de México, el Gobernador de Morelos, Graco Ramírez Garrido Abreu, organizó una conferencia ante distintos medios de comunicación en las que asegura que el modelo de Mando Único ha sido una medida acertada en el combate a la delincuencia.
Esa misma delincuencia, que de acuerdo con el Gobernador amenazó meses atrás a 13 alcaldes recién electos en la entidad.
Las peticiones de parte del crimen, detalló el Gobernador, se basaron en tres demandas que debían cumplir los ediles al tomar sus cargos, ente ellas: rechazar el modelo del Mando Único y dejar que ellos impusieran al director de la policía municipal, así como entregar los contratos de la obra pública y pagar una renta mensual en efectivo equivalente al 10 por ciento del presupuesto municipal.
Tanto con Cuauhtémoc Blanco, como con Enrique Alonso, Graco Ramírez inició desde la semana pasada una ofensiva al hacer declaraciones en distintos medios en los que sostuvo que ambos alcaldes tenían vínculos con el narco. A este último, incluso, llegó a señalarlo como el vocero del principal líder de Los Rojos, “El Carrete”.
En entrevista con SinEmbargo, Alonso Plascencia se desmarca de cualquier acusación que provenga del Gobernador. “No tengo ningún vínculo con los Rojos. El Gobernador intenta meternos presión con sus declaraciones”.
Plascencia del que su propio partido, el PRD, confirmó que estuvo preso en el 2009 por tráfico de personas, al ingresar nueve guatemaltecos indocumentados por la frontera sur, contraataca al Gobernador, diciendo que no le interesa la seguridad del municipio. Sino el dinero.
El Edil refirió que la problemática del Mando Único tiene relación con el dinero, y lo que el municipio considera un modelo “fallido” para combatir la inseguridad. Si Tlaquiltenango se pudiera salir del modelo serían 27 millones de pesos menos por tres años lo que no estaría administrando el Gobierno de Morelos.
El Mando Único se podría revertir por ser ilegal aseguran varias figuras de la entidad como el constitucionalista Tomás Osorio Avilés, o políticos como el Diputado local del Partido Acción Nacional, José Manuel Tablas Pimentel, y el Senador Rabindranath Salazar Solorio del PRD, por presuntamente violar la autonomía municipal.
Alonso interpuso una controversia ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación con el fin de que se declare ilegal, el primer municipio de Morelos en interponer este recurso, que podría tardar en resolverse más de un año.