Ciudad de México, 22 de diciembre (SinEmbargo).–La imagen de las aves que huían de la ciudad de Nueva York en la película «El día después de mañana» antes de que diera inicio la serie de eventos catastróficos podría no estar tan errada después de todo.
Algunas aves pueden detectar una tormenta inminente de 900 kilómetros de distancia y huir al detectar ondas de infrasonido, de acuerdo con estudio publicado en Current Biology.
Se trata de una investigación que observó a una especie de los pájaros cantores migratorios que evacuaron sus territorios para eludir una oleada de tornados severos.
Lo cual significó que, al verse obligados a partir, eran capaces de realizar grandes desplazamientos fuera de los periodos normales de migración.
Durante estas migraciones obligadas, las aves pueden tardarse o apresurar más sus vuelos, según las inclemencias del clima o hasta que prevalezcan los vientos favorables y logren reorientar sus direcciones al encontrar obstáculos ecológicos o metereológicos.
Lo que los investigadores cuestionaron era si las aves migratorias obligadas eran a partir de otras señales, aparte de las de sus migraciones regulares.
Para el estudio, el ornitólogo Henry Streby y sus colegas equiparon a 20 pájaros conocidos como chipes alidorados con geolocalizadores muy pequeños debajo de sus alas para rastrear su ubicación durante su migración invernal a Colombia y de vuelta al este de Tennessee.
Sin embargo, los expertos notaron que había algo raro en su ruta, pues habían rodeado el territorio estadounidense, cuando se supone que era su regreso de un viaje de más de 2 mil 500 kilómetros. Por lo que las aves viajaron por lo menos mil 500 kilómetros más hacia Cuba antes de regresar a Tennessee.
Fue ahí cuando Streby se dio cuenta que durante ese mismo periodo, en abril de 2013, un sistema de tormenta poderoso se avecinaba al sur de Estados Unidos con más de 80 tornados que dejó como saldo la muerte de 38 personas y mil millones de dólares.
Los investigadores también notaron que los pájaros partieron a su migración al menos dos días antes de que los humanos pudieran ver alguna señal de los fenómenos que se avecinaban.
De no irse, existía una posibilidad de que las aves hubieran muerto por las lluvias y los fuertes vientos de esa tormenta.
Este podría ser el primer caso documentado de que las aves hacen desvíos en sus rutas para evitar sistemas climáticos destructivos a base de infrasonidos, ya que en general no existen investigaciones o experimentos con las aves tan precisos.
De acuerdo con Streby y su equipo, las aves pudieron haber detectado la tormenta con un ruido casi imperceptible para los humanos creado por la misma tormenta. Los pájaros pueden recoger frecuencias bajas y es por ello que se propuso la teoría del infrasonido.