Por Juan José Romero. Corresponsal
San Luis Río Colorado, Son., 2 Nov (Notimex).- La leyenda del patriota mexicano, Joaquín Murrieta, quien inspiró las andanzas de “El Zorro” en California, ha empezado a desmitificarse a raíz del descubrimiento de documentos que prueban su existencia, señalan historiadores.
Durante los siglos XIX y XX, escritores de diversos países se han dedicado a publicar libros sobre este personaje, más literariamente sobre las vivencias de la leyenda de “El Zorro”, que presentando pruebas históricas de su existencia.
Se han hecho diversas películas del hombre vestido de ropa de negra, con capa, antifaz y sombrero, pero sobre todo con una habilidad extrema en el manejo de la espada, con la cual deja la marca de la “Z” en la frente de sus oponentes al hacer justicia.
Sin embargo, persiste el debate entre historiadores, novelistas, poetas y otros investigadores sobre la existencia de este personaje, en qué historia de vida se inspiró y hasta de su nacionalidad.
De acuerdo con historiadores, se han encontrado documentos eclesiásticos que demuestran la mexicanidad de Joaquín Murrieta, inclusive, en una cueva se hallaron armas que datan de mediados del siglo XIX, entre ellos espadas con las iniciales JM, que esperan a que científicos determinen si le pertenecieron.
El investigador de El Colegio de Sonora, Nicolás Pineda Pablos, dijo que una de las obras más recientes que trata el tema es la novela “La hija de la fortuna” (1998), de la escritora chilena Isabel Allende.
La obra está situada a mediados del siglo XIX y trata de la saga de Eliza Sommers, una chica chilena de Valparaíso que escapa de su casa y viaja a San Francisco, California, en 1849, durante la Fiebre del Oro, en busca de su novio Joaquín Andieta, dijo.
“La novela describe de manera bastante vívida el ambiente y los grupos de inmigrantes que concurrieron en esta región. Vestida de hombre, la chica recorre los campamentos mineros sin encontrar a su amado”, citó.
El misterio se dilucida cuando, una vez muerto el bandido que había cobrado fama, Eliza va a verificar su cabeza expuesta al público y en la última página insinúa que el bandido es el mismo novio chileno que andaba buscando, destacó.
Consideró que esta identificación de Joaquín Murrieta como chileno se agrega a la que anteriormente hizo Pablo Neruda en un poema, “aunque Joaquín Murrieta tiene más de leyenda que de historia”.
Este texto lo que sí describe, al igual que muchos de los escritos de ambos siglos, es la situación campirana en que vivían los inmigrantes chinos y la suerte de los indígenas y mexicanos, así como de los burdeles y de los comerciantes, todos en una lucha encarnizada por enriquecerse, expuso.
Pero los estudiosos consideran que conforme se revelan aspectos de la trayectoria de Murrieta, se avanza en un conocimiento más exacto de quién fue y el contexto de su participación en la resistencia de los mexicanos en la región californiana, que recién había perdido México ante Estados Unidos en la guerra de 1846-1848.
Debido a que el Registro Civil en México fue fundado hasta el año de 1859, para conocer datos anteriores de los diversos actos de la familia, se debe recurrir a los archivos parroquiales manuscritos, lo que es un procedimiento aceptado y estándar entre los cronistas.
De acuerdo con documentos eclesiásticos de la parroquia de Santa Gertrudis, que después pasó a ser de Nuestra Señora de Guadalupe en Altar, Sonora, en el siglo XIX hay algunos antecedentes de la familia Murrieta Orozco, recientemente certificados por el sacerdote Luis Enrique Sinohui.
Entre otros, en el Libro de Bautismos 1804-1844 de la Misión de Tubutama, datada el 23 de abril de 1823 hay una fe de bautismo de Joseph Anselmo Murrieta Orozco, hermano de Joaquín, y procreado por Don Juan Murrieta y Juana Orozco.
Ellos manifestaron en el documento, ser vecinos de la Hacienda San Rafael de Alamito, que se localizó en lo que ahora es el territorio del municipio de Trincheras, en el norte del estado de Sonora.
Posteriormente, en un documento original fechado el 10 de diciembre de 1849, el en ese entonces juez eclesiástico, Lorenzo Vázquez, escribió que en el templo de Altar, Joaquín Murrieta y su esposa Carmen Félix fueron padrinos de bautizo de María Luisa, hija de Miguel Vega y Dolores Ramírez.
Por su parte, el investigador de la Universidad Autónoma de Baja California, Manuel Rojas, manifestó que estos documentos permiten establecer la mexicanidad de Joaquín Murrieta y empezar a desmitificar todas las leyendas que le han adjudicado.
Comentó que se ha dicho que este personaje nació en Chile, y en Álamos, Sonora, entre otras partes, “pero nadie ha presentado un sólo documento que haga constar que nació allí. Nadie ha fundamentado lo que dicen. Se lo sacaron de la manga”.
Los diferentes elementos históricos y archivos, estimó, permiten ubicar el nacimiento de Joaquín Murrieta Orozco alrededor de agosto de 1828 en la Hacienda San Rafael de Alamito, actualmente Trincheras, Sonora.
Años después el cronista sonorense de entonces, José Francisco Velazco, publicó en la obra “Noticias estadísticas de Sonora entre octubre de 1848 y marzo de 1849”, que debido al descubrimiento de oro hubo una migración de Sonora de entre cinco mil y seis mil personas hacia California.
Murrieta salió de Altar hacia California a fines de 1848 o principios de 1849, pues después aparecen los primeros registros del personaje en los periódicos de esa entidad, de acuerdo con los datos de las hemerotecas.
Posterior a la intervención estadunidense en México, las autoridades y anglosajones recién llegados empezaron a dar una serie de malos tratos, vejaciones y despojo de tierras a gente de origen mexicano que tenían títulos, incluso de mercedes, de la Nueva España.
Rojas comentó que a raíz de estos abusos en California se levantó un grupo de mineros principalmente sonorenses, los cuales formaron la banda de “Los Joaquines”, comandada por Joaquín Murrieta, a manera de resistencia o guerrilla, refirió.
Lo cierto, relató, “es que se acusa a estos mexicanos de subvertir el orden, cuando debemos darnos cuentas que en ese momento de la historia en dicha región minera, lo que prevalecía era un estado de desorden generalizado”.
También es necesario señalar, que fueron diferentes grupos de mexicanos los que se rebelaron contra la nueva situación, pero al cobrar cierta fama Joaquín Murrieta, después los escritores y periodistas de la época tendieron a culparlo de cuanto asalto, asesinato, fechoría y demás que se cometiera en California.
Rojas mencionó que una de las situaciones que sí es históricamente válida, es que ante la imposibilidad de ganarse la vida honradamente, “Los Joaquines” robaban caballos en territorio californiano y los trasladaban al rancho La Verruga, en Pitiquito, Sonora, para venderlos.
Estimó que es necesario que los historiadores y cronistas realicen verdaderas investigaciones de campo, en documentos históricos válidos, para que desentrañen la real vida de los personajes, como en este caso “El Patrio”, como también se le conoce a Murrieta.
Mencionó que todo parece indicar que Murrieta murió en una emboscada en el arroyo de Cantúa, en el condado de San Benito, en julio de 1853, la cual fue comandada por Harry Love, por órdenes del gobernador John Bigler.
El historiador local, Severiano García, destacó que sobre los hechos que vivió Joaquín Murrieta se han realizado películas como “El Zorro”, “El Coyote”, “El jinete sin cabeza” y “El Patrio”, con diversos tintes.
A su vez, el presidente de la Comisión de Asuntos Históricos de esta frontera de Sonora, Hermes Flores Navarro, manifestó que hace tiempo descubrieron una cueva cercana a la que era la colonia agrícola Lerdo, asentada al sur de este municipio por órdenes del gobierno del presidente Sebastián Lerdo de Tejada en el siglo XIX.
Mencionó que en el sitio encontraron una pistola, espadas, un rosario y unas esposas para los pies de los reos, por lo que están dispuestos a que cualquier autoridad los analice y certifique o no que corresponden a esa fecha.
“Un cuchillo que encontramos en la cueva tiene unas iniciales grabadas con otro cuchillo posiblemente, y dicen JM en el mango. Los objetos podrían ser de Joaquín Murrieta”, refirió el profesor de historia.
Los investigadores coincidieron en que sobre Joaquín Murrieta se han escrito leyendas, pero con documentos ahora es tiempo de ponerlo en la realidad histórica, es tiempo de conocer la verdadera historia de origen de “El Zorrro”.