Ciudad de México, 25 de octubre (SinEmbargo).– Don Cheto acudió al aeropuerto a recoger al mayor de sus hijos. Tenía cinco años sin verlo. Y, ¡ah, sorpresa!: Se había transformado en un cholo: completamente tatuado, rayado de pies a cabeza.
A Don Cheto se le fue el santo al cielo.
“En la parte de la nuca, una L y una A; y abajo en el pescuezo, el nombre de su mamá; tenía una cruz pintada en uno de sus brazos con el nombre de un amigo al que mataron a balazos; luego trae otro tatuaje que son dos caras pintadas: una de ellas está llorando y la otra, puras carcajadas. En el otro brazo trae a color una bandera y una vieja con sombrero charro y las chichis de fuera. Anda todo bien pintao, desde el codo a la muñeca. Trae un carro, una muerte y un calendario azteca. En el pecho trae West Side que creo que ese es un barrio, y también dos manos juntas que sostiene un rosario; unas letras chinas tiene, y la cabeza de un dragón, unos dados y entre lumbre, al Sagrado Corazón. En la panza trae escrita la palabra ‘bato loco’. En la espalda mi apellido y una lágrima en el ojo…”.
Quizás la mayoría de los mexicanos no lo sepan, pero la anterior letra es de una canción que acumula varios millones de vistas en Youtube. Tantos como cuarenta.
Pero muchos del otro lado, en cambio, sí conocemos a Don Cheto por sus canciones, rapas regionales donde nos ha dejado conocer a su familia, sus ideales políticos y sus añoranzas. Sin embargo, esa es solo una parte de todo su universo.
Para muchos inmigrantes en California –y sobre todo en Los Ángeles–, la voz de Don Cheto es indispensable para arrancar el día: empieza a las 5 de la mañana y durante las siguientes seis horas, es el locutor de uno de los programas más exitosos de la radio de Estados Unidos. Con las NotiChit (escrito así y posiblemente traducido “NotiMierda”) informa y da consejos migratorios. Con sus narraciones, “Historias de Don Cheto”, entrega fábulas al estilo los hermanos Grimm y nos entrega moralejas.
Don Cheto es querido y respetado porque es la representación de la añoranza. En lo personal, lo quiero y lo admiro bien. En dos ocasiones me he sentado a componer junto con él y Pepe Garza. La destreza mental de ese par es tremenda: a su lado soy como el gato que observa la pelota de pin pon.
Ahora estoy frente a él para hacerle una entrevista.
Don Cheto nació en Zamora de Hidalgo, Michoacán, en 1942. Se le conoce también como “Hombre del Vozarrón” y se considera un icono de la cultura mexicanoamericana. Se le puede escuchar en Los Ángeles en la radio, pero también narrando programas deportivos. Aparece, como él, en el videojuego Grand Theft Auto V. Su música, sus videos, su versión del Ganga Style… todo lo que toca se vuelve un fenómeno…
[NdeR: Amandititita se fue de reportera de SinEmbargo, a buscar a Don Cheto. La Redacción le dijo, como a cualquier reportero: “Hasta que lo encuentres”. Y lo encontró. No batalló. Son amigos. La siguiente es el diálogo que ambos sostuvieron].
–¿Cómo llegaste a Estados Unidos?, ¿de dónde eres?
Soy de un pueblito que se llama La Sauceda que está cerca de Zamora, nuestra cabecera municipal, en Michoacán. Tengo 34 años, así que échale lápiz, tengo ya un chingo de años por acá.
–Eres de mi año, 79.
–Si, ándale. Me vine a los 16 años, porque mi papá debía un dinero allá (en México), una cantidad para nosotros impagable en el pinche rancho y que ahorita no es que sea una cantidad irrisoria, pero es una cantidad pagable para cualquier mortal.
Debía como unos 4 mil dólares, en pesos mexicanos en ese tiempo que para una persona como mi papá y por las condiciones en las que vivíamos, porque éramos muy pobres, pues se tuvo que venir a Estados Unidos a pagarle a la señora que le debía el dinero.
Después (mi papá) ya me mandó traer a mí para que viniera a trabajar. Llegué a Estados Unidos con ayuda de un pollero. Me brinqué el cerro en la cajuela de un pinche coche con otras seis personas, después de una caminata de más de ocho horas. Ese día nos agarró la migra y nos aventó esa misma noche a Tijuana, yo no conocía.
Caminé la ciudad sólo dinero, empecé a correr las pinches calles como loco. Todo estaba lleno de puros cholos. Le pregunté a un taxi donde se encontraban un CEBETis y CONALEP juntos porque recordaba que por ahí vivía una tía.
A la mañana siguiente, les platiqué toda mi travesía y pensé que me iban a decir descansa, ya no te vayas. Pero no, me despertaron y otra vez a calarle. Hice la misma travesía. Esta vez éramos sólo cuatro. No sabíamos qué pasaba porque íbamos escondidos en el auto. El chofer se estacionó y nos dijeron “sálganse”. Me caí porque traía una pierna dormida. Llegamos a una casa repleta de gente. Dormimos ahí. Esperamos al otro día, sin tragar, hasta que (los coyotes) llegaron por mí.
Nos llevaron en una Van sin asientos, todos íbamos acostados. No sé a dónde nos llevaron, a qué ciudad, hoy me gustaría saber cuál era. Empezaron a repartir a la gente. Una vez que cruzabas a Estados Unidos ya podías sentarte.
Yo fui el último de todos, el Coyote ya no me quería llevar según porque no encontraba la ciudad. Pero en una pasada, ví un letrero que decía El Monte, así se llamaba la ciudad a la que iba y mi tía llegó por mí.
Empecé a trabajar en una fábrica pero por ser menor de dad, me corrieron. Llegué con mi papá y le dije que me tenía que inscribir en la escuela. Y pues me mandó muy “a huevo”. Terminé el 12º., grado, me gradué, aprendí inglés. Y seguí trabajando normal, aunque siempre traje esa ondita de trabajar en radio. Ya sabes el cásico hablador de la pandilla y shalala shalala…
Así que por un amigo, de un amigo, de un amigo le pregunté si había una estación de locución en Los Ángeles, mi papá me acompañó. Nosotros vivíamos en una garaje con un chingo de familias. Y pues no teníamos dinero para pagar la inscripción y la mensualidad de las clases de Locución, así que desistí de mi onda. Tenía casi 19 años.
Pero un día me encontré a un amigo y me preguntó que si había estudiado, le dije que sí, pero no Locución porque no tenía dinero. Me dijo que tenía un amigo que trabajaba en la estación de radio Qué Buena, yo en ese tiempo era un pinche roquero, punk. Escuchaba punk. Fui a la estación y empecé a trabajar todos los sábados. De lunes a viernes trabajaba en Long Beach, me iba en camión todos los días, dos horas de camino de ida y vuelta para “el jale”.
Un día se me presentó la oportunidad de ir diario porque necesitaban un operador. Pero «sin feria». Mi papá me dijo que si me gustaba lo tomara. «Si vemos que no se arma», me dijo, «te regresas y trabajas».
Después de un año de trabajo me empezaron a pagar 150 bolas al mes, entonces compraba mi pase semanal para el camión y como me sobraba una feria se la mandaba a mi mamá.
Aprendí a operar con muchos locutores en la estación. El primer año no traía ni para el camión, sin embargo empecé a hablar más, con más picardía, y me dieron más chanza. Me dieron un turno como Juan Carlos, mi nombre.
Pero un día una locutora a la que yo operaba me preguntó si en mi racho había una radio. Le dije no, mi pueblo es bien chiquito y no hay estaciones de radio, están en Zamora.
–“Y entonces. ¿cómo se comunican?”, me preguntó.
–“Pues ahí está don Rubén. Tú vas a su casa donde tiene una bocina, un tocadiscos y un micrófono. Todo lo que sucedía en el rancho él lo anunciaba. Le pagabas uno, cinco o 10 pesos y le decías”: ‘Oiga don Rubén, que si no me anuncia que mi mamá mató pollos y va a venderlos’. “El señor prendía su tocadiscos y empezaba a anunciar. Él hablaba así como don Cheto”.
Arriba en (el techo) su casa, tenía sus bocinas amarradas. Se oía en todo el pinche rancho. Te despertaba todos los días con sus anuncios, hay muchas anécdotas cagadas sobre él.
Él hablaba así como Don Cheto, le soplaba al micrófono (puff puff con carraspera): ‘Oigan, se les comunica a todo el poblado de La Sauceda que por ay en la casa de doña Amanda ay mataron pollos. Vayan, compren su pollo para que hagan un buen caldito pa el marido, hágale un caldito de pollo al viejo pa que aguante andando allá en el campo. No le mande tanta verdolaga porque me lo enzacata. Los hombres ocupamos un pedacito de pollo, una pechugüita, una patita, vayan a comprar pollo allí con la señora Amanda’, así lo repetía unas tres veces.
Si a alguien se le perdía una vaca, él lo anunciaba. ‘A fulano se le perdió una vaca, ya sabemos quien se la robó no queremos dejarlo en vergüenza, entriéguenla’. Claro que no era cierto, pero él así lo anunciaba.
Se había muerto alguien del pueblo y la familia no tenía para enterrarlo. El decía: ‘Hay que cooperar para esta familia, hoy por ellos y mañana por ustedis’, no decía por nosotros.
Todas estas cositas yo las miraba y a mí se me hacían chidas. Esto era algo común (en el rancho), nadie se reía de ese cotorreo. Entonces yo empecé a imitarlo en la radio y la gente se empezó a identificar. Entonces llamaba los escuchas y me pedían que les mandara saludos como el señor de mi rancho, en ese tono.
–¿Por qué nombraste a tu personaje Don Cheto?
–A mí se me ocurrió ponerle Chíspiro porque era un señor de mi pueblo, un viejito barbón con un costal que siempre lo andaba cargando. Ya no le puse así (al personaje) porque tenía parientes aquí (Estados Unidos) y me dije: “Se van a encabronar”. Mi productor me sugirió que mejor le pusiera nombre corto y le puse Don Cheto.
–¿Hace cuánto fue de esto?
–De esto, hace como 12 años más o menos. Empezamos a componer cancioncitas para ponerlas en el programa matutino con Pepe Garza, pero siempre me daban chance de decir mis loqueras como Don Cheto. Hasta que por fin me dieron un programa en la tarde como Juan Carlos. Pepe fue quien me dijo: ‘Juan Carlos hazte una hora de Don Cheto’.
Me dije: “Chingue su madre, me voy a dedicar a esto porque a la raza le gusta”. Le quise dar un sentido a Don Cheto. Empezar con una historia detrás de él, quería que todo fuera verídico, basándome en las historias familiares de mi papá, mi mamá, mi abuelo, también de las cosas que escuchaba de la gente de mi rancho.
–Siempre que hay verdad detrás de las historias, es cuando atrapas a la gente. No se sienten inventadas. Se siente la experiencia.
–Pues así empecé a darle esa forma. Y lo de las canciones fue por cotorrear, por «echar carrilla». Siempre me ha gustado el rap, el hip hop. Yo pensaba ser rapero como Juan Carlos, pero se me dio como Don Cheto, al igual que escribir rimas, cositas. Se me ocurrió entonces sacar en el programa una canción que era sólo para transmitirla en el programa: Vámonos pa el rancho, que hablaba de un problema de Don Cheto con uno de sus hijos, ya que el muchacho no quería ir a México y entonces Don Cheto lo regaña: “Vámonos pa el rancho”, y el hijo le respondía: “I do not want to leave LA”.
Se volvió un éxito local, hablaban para comprarla. Un buen día en la Ciudad del Monte, si no me equivoco después de Santa Ana, es la ciudad con más latinos en Estados Unidos, ahí el 98 por ciento somos pinches mexicanos. Ahí empezaron a vender la canción, y decidimos grabar un disco, con unas siete, ocho rolas. Nos fue bien en las ventas. Este disco nada más tenía la canción de rap “Vámonos pa el rancho”, el resto eran rancheras. Autoría de mi jefe, Pepe y mías.
Fue hasta que escribimos la historia de «Enamorada», que empezó a ganar popularidad.
Regresé a mi rancho después de 10 años y los habitantes cantaban la canción sin saber que yo la había compuesto. Tenía poco de haberla grabado cuando ya se estaba escuchando. La escuché en un mercado de Zamora en Michoacán. Estuve en México como seis meses porque me fui a arreglar una visa.
La última semana antes de visitar México, grabé la canción que iba a salir en un disco que íbamos a grabar cuando regresara, pero la muchacha con la que la grabé me pidió chanza de sacarla en el disco de ella, y como yo empecé a mirar que íbamos a durar mucho en territorio mexicano pues le dimos chanza de que la sacara en su disco. Pues vendió 150 mil copias, la morra.
Con el primer dinero que empecé a recibir de las regalías, le construí su casa a mi mamá en el rancho. Teníamos una casa de adobe y aluminio, le hice un casa de colao.
Entonces así con más ganas le empecé a dar más por el lado del personaje, de buscar una cara, cómo se lo imaginaba la gente y cómo me lo imaginaba yo.
–Yo creo que ahí, lo de la caracterización, te da mucha libertad, porque si la gente te reconociera como Don Cheto no podrías ni comer, ni caminar por las calles. De verdad, cuando salgo a algún lado, hay siempre alguien que me pregunta por ti. ¿Cómo está Don Cheto? Es muy loco. ¿No es cansado de repente? Sobre todo porque la gente cree que eres así.
–Si te cansas de repente, porque yo odiaba al personaje. Buscaba ser famoso yo, ya sabes como ese ego que tiene uno. Pero pasado el mes me dije: «Qué bueno que él sea el chingón». Lo más difícil para mí es disfrazarme, porque implica un chingo de horas: Maquillaje, una panza falsa, una peluca, bigote, resistol y vestir así por 8 o 10 horas. No me gusta el proceso y que me digan don Cheto, tampoco. Se lo paso a quien no me conoce, no hay pedo. Pero los que saben mi nombre…
La gente piensa que es cierto. Si yo digo: “Dicen que mi esposa está mala”, no falta el que me habla y me pregunta por ella. «No guey está a toda madre, tiene 35 años, no está viejita”. Aunque hablo y digo que mi esposa está enferma me refiero a mi jefa, porque escucho en la casa que mi mamá se queja de esto y del otro, y ya lo digo en la estación para tener esa onda de familiaridad.
Entonces si es cansado, ¿cómo chingados no?, me enfado. Pero me gusta más hacerlo porque saco cosas de mí que como Juan Carlos nunca me atrevería a decir.
–Tienes esta sección de “Historias de don Cheto”. No conocía esa faceta, sólo las canciones. No conocía esta faceta de los hermanos Grimm que son como cuentos de fábulas. Se me hizo increíble, fascinante. Y aquí me voy a la última pregunta antes de hablar sobre la Presidencia de los Estados Unidos, y que a mí también medio me caga cuando me la hacen porque es un poco abstracta. ¿Cómo te inspiras para crear este universo de fábulas donde hay una moraleja en las historias de Don Cheto?
–Fue casualidad, yo nunca creí tener como esa onda de narración y un día me agarré de ahí. No sé de que estábamos platicando en la radio, hace 5 o 6 años había más libertad en la radio y como que ahora es de segmentos cortos. Hablas menos de cinco minutos y anuncias que tienes preparado en los próximos minutos para acaparar a la audiencia. Yo, al contrario, podía hablar toda la hora, nada más respetando la hora comercial y no ponía ninguna canción.
Entonces un día estaban hablando de una cosa que era muy familiar para mí y conté la historia, no me acuerdo ni cuál y la gente empezó a pedirla más historias. Me vi obligado a leer libros, cuentos para cambiarlos a un estilo ranchero.
“Había una vez que un rey en su castillo… y su hija” y yo decía: “Había un señor rico allá en un rancho que tenía una hija…” El caporal, el capataz, así los fui cambiando. De repente se hizo tan popular que eso era lo que le daba el rating al programa: las historias. Y después dije y ahora que jijos de la chingada madre voy a contar… Me leí Las mil y una noches y le di vuelta y así a otros libros. Unas historias tienen moralejas y otras no, nada más son relatos. Pero a la raza le gusta que cuente esas cosas.
Y sin querer le quedó al personaje porque es el clásico viejito que se agarra platicando como los que uno conoce allá en sus ranchos. Por ejemplo: En mi rancho había luz, pero con cualquier pinche viento, con un rayo que caía se nos iba la luz por días y era precisamente cuando a la luz de las velas salían esas historias que contaba mi abuela, mi mamá o mis tíos, y ahí estábamos escuchándolas. Y la neta que eran muy buenos narradores los señores de antes, tenían su timing.
–Entrando en otra materia: Don Cheto ¿qué podemos pensar los mexicanos del presidente Obama y su postura ante la migración?, ¿cuál es la suya al respecto?, ¿le está gustando?, ¿le decepcionó?, ¿cree que se podría hacer más?
–Creo que se ha hecho menso, él puede hacerlo. Pero sabe que haría enojar a un chingo de gente más si lo hace. Nos ha traído con esa ondita de «Si les voy a dar, pero espérense». No falta que chingados se le atraviese, no falta. Siempre nos pone hasta la cola cuando ya nos toca. Nos ha jugado mucho con esa onda. Tiene buenas intenciones pero le tiene miedo a los de otros, a el otro partido, le tiene miedo a quedar mal, a bajar su popularidad con los americanos, especialmente con esos, los que nunca nos han querido.
Tiene buen corazón pero le hace faltan huevos, para decir: «Lo voy a hacer por mis huevos y ¿qué?».
–¿Cómo se le hace en este momento el tema de Michoacán?
Tristi, a mí se me hace triste porque yo soy de allá. No hay seguridad. Los que queremos ser de allá ya no queremos estar cerca del rancho. Se me hace tristi y creo que fue algo que se le fue de las manos al Gobierno. Que el gobierno agarró bandera de algún lugar, de algún cártel, alguna una empresa de ese tipo e hizo que se enojaran los demás y ahí es que se hizo el desbarajuste. Por eso es que vemos en las noticias, que fulanito sale con sutanito. Y luego las autodefensas a las que se les acusa de pertenecer a otros financiados por otros carteles. Se les fue de las manos al Gobierno, por eso la cosa se puso fea. Porque la gente es brava en esos lugares, de donde son los autodefensas. Esa gente siempre ha sido de armas tomar. Los que no somos de esa región siempre hablábamos de esos pueblos “uh pa allá la gente es cabrona”.
Si iba a haber un lugar donde se iban a levantar en armas, iba a ser ahí. Hay otro lugares donde no somos tan arrojados.
Es una situación tristi para todos los que vivimos de este lado y todo por culpa del Gobierno, que agarró bandera nada más de un lado y ahí se vino el desmadre.
–En el tiempo que ha estado aquí ¿cuáles considera los mejores y los peores presidentes de México? Y de los Estados Unidos en cuanto a su política migratoria.
–Mmmm… Yo creo que Bush papá fue buen presidente en cuanto a la política migratoria porque fue durante su mandato que dio la única amnistía que ha habido para los latinos, para los trabajadores del campo. Bush hijo no sirvió pa nada. Duranti su mandato ay andaban unas personas haciendo leyes anti-inmigrantes que no paraba o que las dejaba mucho tiempo pa no pararlas.
Obama al parecer ha sido de los buenos, aunque también ha habido mucha deportación. O sea que de todos no se hace un cabrón. El peor ha sido Bush hijo, no sirve pa nada.
De mexicanos… Teniendo en cuenta lo que puedan hacer ellos allá, más que decir “oiga aquí un paro pa los paisanos”. Todos hablan, vienen, reciben al Presidente, pero no pasan de dicir “ahí le encargo a mis paisanos”, qué tanto pueden hacer ellos.
–Si Don Cheto pudiera confrontar a Joe Arpaio, sheriff de Arizona, ¿qué le diría?
–Yo le diría que no juzgue al latino porque no por una persona tiene que juzgar a todos. Hay una historia detrás del señor. Creo que perdió a un familiar por un conductor borracho que era latino, ilegal. De ahí él agarró como esa onda de «la van a pagar». A lo mejor es bueno en su puesto, no lo dudo. Siento que el señor no ha de ser tan mala persona, más bien hace mucho circo. Eso de ponerles calzones de color de rosa. Y tener ciertas cositas que ya son más de burla que un castigo en sí.
Mientras él tenga gente que lo siga apoyando en ese tipo de cosas, él va a seguir haciendo esas tonterías. No es necesario. Él puede estar en contra de la migración ilegal y hasta combatirla, pero no es necesario ponernos en ridículo como lo hace. No es necesario esa postura de los calzones rosas o de meter no sé cuántas personas en una sola celda…
–Sobre todo que hay cosas muy serias y de repente, siento que es una situación cómica pero haciendo cosas muy duras
–Es como una película de vaqueros chistosa. Es como una película de Cantinflas donde él es el sheriff. Generaliza por lo que pasó y le gusta la cámara, le gusta los micrófonos, le gusta que se hable de él, le gusta al pinche viejo.
–¿Y qué le dirías a la columnista que propuso al gobierno de Estados Unidos que bombardeara México como lo hace Israel con Palestina?
–Ta loca la cabrona. Nos extraña que una persona como ésta piense de esa forma, ¿cómo se le ocurre? Primero, que eso vaya a suceder y segundo, decirlo. Habla de la cultura que tiene, de lo poco informada que está. Y que seguramente jamás ha estado en los zapatos de una familia latina. Eso es lo que le falta al ciudadano común, al ciudadano americano. Ellos pelean, dicen que nosotros les robamos los trabajos. No es cierto. Ellos dicen que no pagamos impuestos, es falso. Nosotros si lo hacemos, al contrario del americano. A fin de año el Gobierno te regresa una feria por el pago de impuestos. Nosotros nunca la recibimos porque no tenemos seguro social.
Nada más hablan porque son parte de una ola de gente.
–¿Qué piensa Don Cheto de un político como Schwazenneger?
–Me da tristiza el pensar, no porque dude di las capacidades del amigo, pero cómo nos sigue influyendo la imagen, como fue el caso también de Ronald Reagan. Daba la impresión de proteger a la población con esa imagen grande, con su cuerpotote acá y sus pistolotas. Me imagino que se rodió de 10 0 15 personas que le decían qué hacer, qué decir. Que le explicaban palabra por palabra. Las leyes que están por pasar o sucediendo. No tenía ese talento para la política, nada más lo pusieron ahí porque era famoso.
A la mejor nos toca otro peor cabrón nada más porque es famoso. No dudo que en algún momento pongan a la Kim Kardashian, la gente mensa va a votar.
–Si estuviera aquí Schwazenneger, ¿que le diría?
–Le diría en su cara: (Con voz enérgica) «Sr. Schwazenneger, (con voz suave pregunta) ¿cómo le hace usted para estar tan mamado?, ¿por qué esta usted tan mamado?
–En SinEmbargo te van a apoyar con una campaña para proponerte como presidente de los Estados Unidos. Si llegaras a la Presidencia, ¿cuál sería tu primera acción?
–Acción así ya de ley, dar papeles a todo mundo. ‘Oiga pero que…’. «Ya dije”. La gente que esté de ilegal aquí, que se forme, foto y toda la cosa. Darle por ese lao.
Yo creo que es lo primero y último que voy a hacer, porque me van a correr todos los demás. Yo creo que no se trata de llegar a la Casa Blanca y mexicanizarla. No creo que me dejen quitar la bandera de EU y poner la mexicana.
Eso haría, porque el gavacho común no sabe qué gran parte del bienestar del país, tiene que ver con nosotros. ¿Hace cuánto no estuvimos en crisis? Y algunos analistas decían que legalizando a las personas se acababa la crisis. Porque al legalizarlos ibas a cobrar por ello. Así una persona legalizada se iba a animar entonces a comprar una tele, una casa, viajar, comprar una camioneta, y ahí con todo el potencial económico del latino el país se iba a alivianar. Sólo piensan que somos los jardineros, los que les limpian la casa.
Yo tengo un familiar que trabajaba en la construcción y ganaba un dineral semanalmente, tenía su cuadrilla. Se ganaba como 6 mil dólares a la semana y no tenía papeles. Quería adquirir casa y otras cosas, pero no podía.
Si a la gente ilegal le dices que le va a costar 2 mil dólares legalizarse, los pagan. ¿Sabe Dios de dónde lo sacan?, pero lo pagan.
Entiendo la parte de ellos, que hay cholos, personas que no nos granjeamos nada, delincuentes, rateros, como en todas las razas. Pero yo creo que la mayoría de los paisanos en Estados Unidos es gente trabajadora de verdad. Han querido pasar leyes chicas que no aparecen en los medios de comunicación. Por ejemplo: en estados como Oklahoma, mismo California establecen que van a pedir papeles a los que renten casas, pasa una semana y la gente se empieza a quejar porque nadie les renta. O que van a pedir papeles a los que trabajan y a la semana se empiezan a quejar los comerciantes porque nadie les comprar. Claro, la gente tiene miedo de salir porque la policía les pediría sus papeles.
¿Qué pasó ahí en Arizona? Se quedó sin gente, sin mano de obra. No hay nadie que coseche, que compre sus productos, que atienda el campo. No se puede, bien que mal tenemos que estar aquí. Es necesario para nosotros, para ellos también aunque lo nieguen. Un amigo con papeles americano no te va a trabajar lo que un amigo sin papeles. Es más, el gavacho común no te trabaja en la construcción. Tristimente somos los que más trabajamos y menos nos pagan. Tú te vas para el norte del California y ¿a quién ves? A mexicanos chambeando. ¿Qué van a hacer sin nosotros?
–Y si fueras presidente de México, ¿cuál sería tu primera acción?
–Ahí si ya no hallo qué. Pues igual que todos, hacerme de una feria e irme. Y es que uyyy hay tantas cosas qué hacer. Yo creo que hay una cosa de la desigualdad muy grandi, de senadores que ganan mucho dinero, nada más por estar ahí dormidos. Lo que haría es que la gente hiciera lo que le corresponde. Nada más eso. Ya basta de que esos en el Senado vayan a hacer acto de presencia solamente. A lo mejor bajarles el sueldo, porque para qué quieren tanto dinero.
Haría que los senadores y diputados vivieran un mes como viven la mayoría de los mexicanos, para que sintieran lo que es. No tienen idea. Ellos dicen «que suba, que baje», pero no saben qué es vivir con 80 pesos al día. Que conozcan a la gente a la que deben de estar sirviendo porque ese es su puesto. No conocen las condiciones de cómo vive la gente que están gobernando. No tiene sentido no conocer el modo de vida, las carencias de la gente que tu representas.
Se encierra en su burbuja de ganar dinero, y de viajar con su familia, qué bueno que viajen con su familia!, que conozcan. Su familia a la mejor se lo merece, trabajaron un chingo pa ello. Pero yo nada más diría que cada uno haga el trabajo que le corresponde y que conozcan a la gente que representan. Ande cabrones.
–¿Cómo deberíamos sentirnos los mexicanos con respecto a los migrantes centroamericanos en su paso por México? ¿Cómo ve Don Cheto ve esa situación tan desgarrante?
–Para nosotros es algo familiar, deberíamos familiarizarnos con eso. Nosotros también tenemos ese tipo de muchachillos, todos lo días también y antes más que cruzaban la frontera solos sin sus papás. Deberíamos de sentirnos a la mejor avergonzaos por la forma en que nuestras fronteras están porque nosotros los mexicanos también queremos cierta dignidad pa los que cruzamos pa acá. Y esa dignidad nosotros no se la mostramos a los de Centroamérica.
Allá somos bien pinches largos, bien picudos, somos peor que las maras. La aduana mexicana está peor que las maras. Es otra mafia ahí, llena de abusos, de corrupción como cualquier corporación o más que cualquier corporación mexicana y nos debe dar pena como tenemos nuestra frontera. Más cuando nosotros exigimos un buen trato a los que cruzamos la frontera estadounidense, cuando nosotros tenemos un pinche desmadre, un desbarajuste. Vuelvo a lo mismo, que cada uno haga el trabajo que le corresponde, hijo de la chingada, cada uno. El policía que cuide, el aduanal que haga su trabajo. Está bien, vienes de ilegal pero no hay por qué hacer violaciones a los derechos humanos o ese tipo de tranzas. Vergüenza de cómo tenemos la frontera y de cómo tratamos a nuestros paisanos.
–Y ya en serio, Don Cheto, ¿le gustaría ser político?
–No creo que la haga ahí. Lo único que siento que puedo hacer de política es para huevonearle, pa estar ahí aplastao sin hacer nada, pa eso sí creo que puedo ser político. Políticos buenos no hay muchos y yo soy malo pa echar mentiras. A lo mejor ya eché todas las que tenía que echar, ya no hallo qué más inventar. Ya he echao muchas mentiras en la radio todos los días, como pa andar echando más todavía.
Ya no quiero echarle mentiras a la gente, luego no cumplo. Es como cuando le echas una la esposa no más pa que se calle, le dices: “Si” y al rato que te recuerda le dices: “¿A poco yo te dije eso?”… Ya como le hago si ya me comprometí con eso bien gacho.
Igual y siendo político hago concha como todos los que prometen y no cumplen nada. A la mejor siendo político ya te sale esa cosa de echar la concha de prometer y no cumplir y de pensar más en los que vas a representar que en tu beneficio personal o propio y shalala… shalala…
–Y Don cheto, ¿usted legalizaría, si fuera Presidente, las drogas?
–Ay hijo de la… La mariguana ahí como quera, el mariguano es más inofensivo, hora ya se supo. Aunque en mis tiempos, el mariguano era señalao. Antes decías “ese es mariguano, se persignaba uno”. Ahorita dices, “Ese es mariguano. Gracias a Dios que nada más es mariguano porque ahora hay tantas drogas tan feas…”
La mariguana como quera le ha ido bien a EU con la legalización, allá también en Uruguay se ha legalizado como quera.
No sé si otras drogas (duda). Es que las otras alocan más feo a la gente.
–Uno de los remedios para levantar la crisis, había leído por ahí es legalizar las drogas e imponerles un impuesto muy fuerte, a todas.
–No creo que estemos preparados, está muy loca la gente. La mariguanía como quera. Ahí los hippies, ahí que consumen mariguana, ya las demás está muy difícil. No sé si sería el fin del narcotráfico o lo que sea. Aunque por el otro lado también tenemos al alcohol, al tabaco que también matan a un chingo de genti. Ah entonces, ahí andan los asegunis.
–Ya que Obama confesó que por ahí se había echado un toque, Don Cheto, díganos la verdad, ¿Usted lo ha hecho?
Yo no he quemao, pero me la he untao, toda mi vida me la he untao pa la riuma, en alcohol, mariguana ay, ay, ay… Que me duele esto que me duele lo otro. Untada hasta el día di hoy, todavía la uso. Pero, he tenido amigos mariguanos, así que yo creo que direitamente yo, del gallo, nunca. Horneao, machín. Yo vivía con mariguanillos, yo también horneaba ahí. No le tengo miedo, no soy un persignado de las drogas, cada quen su vida. Creo que mijo también fuma mariguana. Yo creo que como que he visto, he olido muy feo su cuarto. Los ojos sí, como que ido. Como chiniito ido, como que le hablo y nomás “Eeh”.
Y luego así como que un olor a zorrillo, no es malo que jume, juma de la más chafa, de la más hedionda. Fume de la buena!
–Para don Cheto quiénes son los enemigos en general: ¿los narcotrafricantes mexicanos o los gringos cazadores de inmigrantes? ¿Quién sería para usted un enemigo, si lo hay para usted?
Si hay enemigos. El narcotraficanti como se le conocía antes o lo que sea, pus era la persona que se dedicaba a eso, a hacer su negocio y no meterse con la genti. Creo que el error del narcotraficante han sido los carteles, estar lejos del alcance de los patrones. Esos que ya traen una pistola en el cuadril y ya se les hace fácil hacer jales extras: el secuestro, el secuestro express.
Los enemigos yo creo, serían los malos ciudadanos, la gente que le hace mal a una persona. A un narcotraficanti a un polecía, un político, un vecino, todos los que le hagan mal a otra persona.
–Claro porque todo mundo tiene su capacidad de malar. Desde el político hasta el narcotraficante, hasta yo. Todo mundo puede ser malo, ese es el enemigo.
–Una cosa es ser maldoso, pero ya hacer un jale de ese tipo, un secuestro, o un asesinato. Ahí habla de algo ya mental, de algo más feo, está más cañón. Todo aquel que haga mal a la sociedad, que se lleve entre las patas a terceros. Si tú te puedes hacer mal a tí mismo, pues hazti mal.
–Eso es todo don Cheto, ¿alguna cosa que quiera agregar para la gente de SinEmbargo?
–Pus naaada, que me da gusto que me invitaran a participar con ustedis, que pensaran en mí.
–Ya se le estima y se le va ayudar mucho para que llegue a la Presidencia
–Pues si nos aventamos a la grandi, ahora si se va a poner bueno.
–Le está yendo bien a SinEmbargo y a usted también. Así que yo creo que si unimos fuerzas para la próxima candidatura…
–Nos está yendo bien, SinEmbargo nos puede ir mejor. Gracias a ustedis, gracias Amanda.